Tal como éramos... los heavies

Es como un capítulo de la serie «Cuéntame» dedicado a los barrios obreros y a una tribu urbana muy particular. Porque «Heavy 1986» (ed. Sapristi, 17,90 euros) es un cómic Miguel B. Núñez que narra la historia de unos chicos como había a cientos en aquellos años, con las mismas preocupaciones, con los mismos problemas familiares, con la mili acechando como una espada de Damocles... pero con una misma pasión: el rock duro.

El autor sabe de lo que habla porque vivió ese mismo fanatismo por Obús, Barón Rojo, Judas Priest y Metallica. De hecho, hay una banda sonora asociada al cómic. Cada capítulo se cierra con una explicación sobre la música a la que se alude en él.

Miguel B. Núñez, autor de «El rey huevo», «El corazón de los árboles» y «El fuego», entre otros libros) empezó colaborando con las revistas «Heavy Rock» y «Thrash Metal», y además ha tenido experiencias como músico en varias bandas, en especial formando parte del dúo de punk Humbert Humbert.

También él acudía, como los jóvenes de esta historia, a la madrileña sala Canciller, el templo heavy por antonomasia. Las cazadoras vaqueras, las chapitas, las pulseras de pinchos, los pelos largos, los primeros romances, las litronas... son los detalles que cualquiera que haya vivido esa época recuerda como parte del paisanaje madrileño. Unas pintas que las autoridades solían asociar a la palabra «delincuencia» y que también, con frecuencia, conllevaban padres escandalizados cuando no familias desestructuradas, problemas financieros para llegar a fin de mes, unas instituciones educativas poco motivadoras, barrios hostiles y un futuro profesional muy poco halagüeño.

Todo ello queda perfectamente reflejado en «Heavy 1986», donde no hay grandes aventuras, sino la vida cotidiana de una pandilla unida por su amor a ese sonido que vivía su época de esplendor y que les transportaba lejos de las tribulaciones diarias. Esas mismas que les empujaban sin miramientos a pasar con rapidez de la adolescencia a la madurez.