Dan Brown: «Soy optimista. Poseemos el poder para destruirnos y, sin embargo, aún no lo hemos hecho»

El escritor presenta «Origen», conjura científico-religiosa ambientada en Barcelona, Bilbao y Sevilla

Dan Brown, fotografiado ayer en La Pedrera de Barcelona INÉS BAUCELLS
David Morán

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Explica Dan Brown que, de proponérselo, sería capaz de escanciar unos cuantos culines de sidra con no poca pericia e incluso podría recitar del tirón el «Asturias, patria querida», así que era de esperar que, antes o después, el autor de «El código Da Vinci» hiciese las maletas y enviase a Robert Langdon, su archiconocido profesor de iconología y simbología, a deshacer entuertos científico-religiosos al primer país al que viajó siendo aún un adolescente.

«España es un país de hermosas paradojas», sostiene el escritor desde el auditorio modernista de La Pedrera, uno de los escenarios por los que Brown y Langdon conducen la trama de «Origen» (Planeta), nueva entrega de esa colosal saga de éxito y conspiración con la que el autor estadounidense ya ha vendido nada menos que 200 millones de ejemplares.

«El libro habla de lo más antiguo y de lo más moderno, de la religión y la ciencia, así que España era el país perfecto»

Así, a vueltas una vez más con los enigmas que esconden inaccesibles bibliotecas y relucientes museos de arte contemporáneo –«en tiempos especialmente convulsos no podemos aceptar que las cosas sean aleatorias, así que creamos conspiraciones», asegura–, Brown ha escrito una novela que, asegura, es en realidad una «carta de amor a España».

No aparece Gijón, la ciudad en la que descubrió que «la capacidad para parar y disfrutar es maravillosa», pero sí que lo hacen el Guggenheim de Bilbao y una generosa selección de edificios de Gaudí. «Cuando veo la Sagrada Familia lo que veo un gran respeto a la divinidad a través de lo orgánico», ilustra.

Normal que, llegado el momento, el escritor no esquive las preguntas sobre la actualidad política y confíe en una pronta resolución del conflicto. «Amo a España y adoro a Cataluña. Es un momento doloroso, pero soy optimista y creo que todo se va a solucionar», subraya antes de enfatizar que si se hizo escritor fue precisamente para «fomentar el diálogo».

Ciencia y monarquía

«Creo que Langdon necesita unas vacaciones. O quizá sea yo quien necesite unas vacaciones de él»

Así, con la novela basculando permanentemente entre tradición y modernidad, el autor de «Ángeles y demonios» vuelve a echar mano del optimismo para espantar los malos augurios de quienes consideran que «nunca se ha creado una tecnología que no se haya convertido en un arma». «Soy optimista. Poseemos el poder para destruirnos y, sin embargo, aún no lo hemos hecho. El odio tiene mucha prensa, pero la especie humana tiene mucha más capacidad de amor», señala un autor que reconoce que su único secreto está en escribir el libro que a él le gustaría leer. Así de simple y también así de paradójico viniendo de un autor que confiesa que apenas lee novela. «Mi trabajo consiste en aprender; amasar gran cantidad de conocimiento y de información de libros de no ficción y destilarlo hasta conseguir algo entretenido», apunta.

Una apuesta por el entretenimiento de la que quizá se apee, aunque sea temporalmente, ese personaje fetiche al que medio mundo identifica ya con Tom Hanks. «Compartimos curiosidad por la historia del arte y los símbolos, pero creo que Langdon necesita unas vacaciones. O quizá sea yo quien necesite unas vacaciones de él», desvela.

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