González-Barba, con su tercera novela
González-Barba, con su tercera novela - RAÚL DOBLADO

Andrés González-Barba: «Una novela de género puede ser tan buena como una más sesuda»

El periodista y escritor ha publicado su tercera novela, «El último tren de la estación del Norte», una pieza a caballo entre dos géneros

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El periodista y escritor Andrés González-Barba presentó en la Fundación Martín Robles, e introducido por el también escritor Luis Manuel Ruiz, su tercera novela, «El último tren de la estación del Norte» (Punto Rojo). Una narración, la más personal que ha escrito, en la que insiste en la novela de género, aunque sería mejor hablar de novela de géneros, ya que el comienzo de la obra remite a la serie negra, para después adentrarse en el terror.

-En su tercera novela vuelve a apostar por el género, ¿por qué?

-No ha sido algo premeditado, simplemente es el tipo de literatura que más me gusta leer, aunque, como habrá visto, no me ciño a un género concreto. Mucha gente me demandaba, cuando publiqué «Los diarios de Regent Street» (2010), una segunda parte.

Querían algo policíaco, pero he ido siempre cambiando, porque no me gusta encasillarme. El género policíaco en la primera, el relato juvenil y la fantasía en la segunda -«El sueño de Titania» (2014)- y en esta tercera he dado el salto hacia adelante, porque es como dos o tres novelas en una.

-¿Usa el género para subvertirlo?

-He usado los géneros que me gustaban y, en cierto sentido, les he dado un homenaje, intentándolos adaptar a la época actual. Primero, con la novela negra clásica, adaptándolo al Madrid de nuestra época. Después, la novela de terror… Es como si el lector estuviera leyendo una parte de una novela de Dashiell Hammett o Raymond Chandler y, de repente, se sumergiera en un mundo totalmente distinto, más cercano a «Drácula» o «El retrato de Dorian Gray», y al final desencadena en un «thriller». Eso ha sido también un hándicap para mí, porque hay editoriales que me han rechazado la novela por mezclar géneros. Las editoriales hoy día no están por la labor de arriesgar demasiado y quieren historias muy convencionales.

-¿Por eso ha optado por la autoedición?

-Lo intenté por varios sitios y vi que no había posibilidad porque no estaba fácil el momento. Y en ese sentido, se lo agradezco a Punto Rojo, la editorial, porque me editaron el año pasado «El sueño de Titania» y han confiado otra vez con esta historia.

-¿Las editoriales apuestan en esta coyuntura de crisis económica y del libro yendo solo a lo seguro, a autores consagrados más que a emergentes?

-Hacen una mezcla. Apuestan, por supuesto, por sus autores de «best-sellers», pero, aparte, están muy atentos a las editoriales de autoedición, al fenómeno Amazon… Están oteando constantemente los libros que se publican en internet o en pequeñas editoriales, porque se pueden producir a pequeña escala fenómenos de grandes ventas. Entonces, si ven que funcionan ahí, es cuando se lanzan sobre ese autor y apuestan por él. Hoy necesitan ese espaldarazo.

-El desplazamiento del género negro a otros es uno de los aspectos más interesantes de la novela. ¿Esa mezcla hace que esta sea su obra más personal?

-Sí, porque parto de personajes propios y no le debo el homenaje a Sherlock Holmes, aunque ya me hubiera gustado a mí inventar un personaje de esa calidad y de ese calibre. Estoy muy satisfecho porque he apostado mucho por esta historia, que es muy personal, lo cual no quita que tenga homenajes hacia el tipo de literatura que a mí me gusta. De hecho, estoy muy satisfecho de que Luis Manuel Ruiz me presente la novela porque él en los últimos años ha apostado mucho por dignificar la literatura de género.

-¿Por qué la literatura de género está tan mal vista en España frente a la novela denominada literaria?

-Aquí llega todo más tarde. Hace poco, cuando estuve entrevistando a Matilde Asensi, me dijo que en España el tema de la literatura de género había llegado mucho más tarde que en otros países. Aquí, claro, quien está decidiendo es el lector, que al final es el que pone a cada uno en su sitio. Mientras sea una apuesta de género y de calidad, y la historia sea convincente y esté bien escrita, para mí fantástico, y puede ser igual de buena que una historia más sesuda.

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