Diego Ojeda, Escandar Algeet, Loreto Sesma y Pablo Benavente, en streaming este viernes a las 12:30 desde ABC.es

En el Hay Festival Segovia, entre poemas y canciones, un debate sobre la poesía en red desde la IE University

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Vamos a poner la pausa y dejar que mundo gire un rato por su cuenta, mientras desperezamos y acariciamos las plumas de estas aves extrañas: los poetas. Luego le damos al play. Unos jóvenes y talentosos cantautores están revolucionando los márgenes de la página y del verso. Nombres como Marwan, Diego Ojeda, Escandar Algeet, Loreto Sesma, Pablo Benavente, Rayden, Ajo... llenan con sus libros los anaqueles de las librerías y triunfan en la lista de los más vendidos. ¿Estábamos esperándolos?

Y multiplican sus poemas desde la escala de las redes, donde han sabido enchufar a nuevos públicos. Es una poesía urgente, respirable, que llueve sobre la piel envuelta en música y que se enfrenta a las averías de nuestro mundo con los recambios originales del corazón (y no importa si está en paro, cansado, redimido, eufórico, aburrido y agrietado, o por supuesto, enamorado). La poesía vuelve a ser una necesidad, se vende y (se) suma y (se) sigue.

Con algunos de los mejores de estos poetas, ni más ni menos que Diego Ojeda, Escandar Algeet, Loreto Sesma y Pablo Benavente, podremos disfrutar hoy a las 12:30 en directo desde el Hay Festival Segovia. Les acompañará su editora en Espasa, Belén Bermejo. Junto a ellos trataremos de calibrar una vez más el acelerómetro de nuestras emociones para comprender esta revolución literaria que procede de internet. Vamos a escucharles hablar, recitar y cantar. Vamos a pasarlo bien y, desde luego, si no estás en Segovia y no puedes acercarte al campus de la IE University para disfrutar con ellos en director, siempre te quedará la Web. ABC.es ofrecerá el acto en streaming. Sigue el link del vídeo que hay sobre estas líneas. ¿Te lo vas a perder?

Así suenan ellos:

Loreto Sesma

Zaragoza, 1996. Estudiante de Periodismo bilingüe.

Empieza de pequeña a escribir canciones hasta que la poesía llama a su puerta.

Un buen día decide empezar a contar su historia en YouTube y reúne un ejército de salvavidas de más de 56.000 personas. Así, sobrevive a su primer libro, «Naufragio en la 338», y junta el valor para llegar a tierra y emprender un nuevo viaje.

Mañana no sabe qué pasará, lo único que tiene claro es que seguirá escribiendo.

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Diego Ojeda

29. Madrid. Siempre de gira.

Música y poesía.

He publicado dos libros:

A pesar de los aviones (2011)

Mi chica revolucionaria (2014)

y cuatro discos:

Escaparate (2009)

Canciones para amantes sin futuro (2012)

Te voy a hablar de México (2013)

Por culpa de la poesía (2014)

He cantado en varios países

y en muchísimas ciudades,

y eso me ha permitido conocer

lugares increíbles, pero, sobre todo, personas.

Soy diplomado en magisterio musical

y durante más de ocho años dediqué mi vida

a la maravillosa y dura tarea de educar,

y lo echo de menos.

Ahora tengo una editorial, dos perros, dos gatos

y pronto mi primer hijo.

La poesía es el más pacífico de todos los lenguajes

y el amor, la mejor de todas las revoluciones.

De eso hablan estos poemas.

Aquí también hay canciones, pensamientos,

lugares imposibles hechos realidad

por la pluma mágica de Cristina Reina.

Un año entero: 2014.

Este es mi universo:

Siempre

Donde

Quieras.

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Pablo Benavente

Pablo Benavente nació en La Línea de la Concepción (Cádiz) en el 89. Desde que tuvo sentido de la razón -contando con que alguna vez lo haya tenido- quiso volar del nido usando pasaportes falsos y parafraseando a Quique González. Ha trabajado de periodista, relaciones públicas, comercial, camarero, albañil, pintor, electricista, mecánico, y en una cadena de montaje en una fábrica de cuyo nombre prefiere no acordarse. Ha vivido en Cádiz, Sevilla, Granada y, ahora, desde hace una semana, Madrid, donde espera quedarse hasta la próxima vuelta de tuerca.

Circo de Quimeras (2015, Harpo Libros) es su primer poemario, publicado cuando tocaba, muchos años después de su realidad.

Participa junto a otros autores en la antología autoeditada Degeneración Salvaje (2015), y está preparando, pincelada a pincelada, su próximo poemario, titulado Izar la negra.

secreto a voces

Habrá palabras nuevas para la nueva historia

y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ángel González

Fingimos que la mala suerte era un bache necesario, y llegó el día

en el que sólo nos preguntábamos el color del abrigo con el que nos iba a abrazar,

la tristeza, esa misma noche.

Como si todo, a las cinco de la mañana,

le quitara cualquier pequeño sentido que le hubiéramos podido dar, de día, al sol.

Cansados de presenciar milagros a pie de calle y decepciones entre las nubes,

asfaltamos el miedo haciendo, de la vida,

una carretera de un único sentido.

Esperanza, lo llamamos, sí,

y, otra vez, nos dejamos la cara y las manos por un dios

que, en el fondo, todos, sabíamos que no existía.

Y pintaron de rojo, y dibujaron cuernos, a todo el que quiso oponerse.

Pero si ellos son el demonio, lo siento,

está claro que elegimos mal el bando.

El olvido debe llevar un vestido de infarto

porque cada cuatro años volvemos a meternos, obedientes, en su aserradero,

y el mismo serrín de hacer con nosotros lo que quieren,

es el que usan como confeti en sus fiestas, nuestras pieles

tapizan sus deportivos, y ya no nos queda más que aceptar que somos

nuestra principal razón, causa, excusa y motivo para ser tan, absurdamente,

dóciles.

Pero ahí fuera siguen sueltos los hijos del hermano bastardo, escondidos

en torno a sus hogueras, haciendo sonar sus tambores

para recordarnos que estamos en guerra.

Los que cuentan el gran secreto a voces: Que las heridas en las manos valen más

que cualquier título nobiliario.

Ahí fuera, siguen los que tuvieron que cargar, como una droga cualquiera,

con una mala reputación,

los que no van a rendirse hasta ver el mundo, su mundo, arder.

Los que hacen de la madrugada un buzón de reclamaciones a la vida.

Ahí fuera siguen, pintados de rojo,

con la sangre de cientos, ahí

fuera, siguen, con los cuernos de corretear tanta mentira.

Y como decía, si ellos son el demonio, perdona que les diga,

está claro que elegimos mal el bando.

Así que no lo olvides, la próxima vez

que te cuenten como a un simple número,

que dios los crea, sí.

De acuerdo.

Pero ellos, nosotros,

somos los que los esquivamos

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Escandar Algeet

Escandar Algeet nació en Palencia en el 84. Y allí creció, en todos los sentidos, protegido por 6 mujeres que le enseñaron que el amor es eso que está por encima de todas las cosas.

Edita la imprevisible revista Pro-Vocación, alterna la barra con rodajes y, aunque sigue perdido siempre, termina por encontrarse gracias a gente a la que él llama amigos, sin permiso, con perdón.

Alas de mar y prosa (2009, Ya lo dijo Casimiro Parker) fue su primer libro, con el que nunca ha parado de volar mucho más alto de lo que pudo soñar en cualquier momento.

Un invierno sin sol (2013, Ya lo dijo Casimiro Parker) no es un libro, es una herida abierta y mil cicatrices sin cierre.

4 de Agosto publica en el invierno de 2015 la plaquette Tres tristes trastes

En 2015 vuelve con Ojalá joder y Y toda esa mierda (ambos editados en Ya lo dijo Casimiro Parker), como si duplicar la poesía fuera parte del desdoblamiento de la propia vida.

MIRE DONDE MIRE

En la cara oculta de la duda

recogen los escombros de la noche para que nosotros nos sintamos a salvo.

Detrás de cada pelea contra nosotros mismos

miramos fuera del cuadrilátero buscando su cuna

y siempre encontramos unos párpados en donde poder mojarnos las flaquezas.

Mire a donde mire, solo veo mujeres luchando.

Dejándose las mejillas en los adoquines,

la piel en el fuego,

la espalda contra la pared.

Luego todos se llenan la boca con privilegios,

con derechos inmunes,

con su causa de fusta rellenan la historia con injusta crueldad de olvido,

con esa arrogancia que desprenden las farolas que se creen capaces de iluminar

todo el camino

rellenan su bolsa como si jamás hubieran conocido la vergüenza.

Y ellas mientras,

sosteniendo los remos, siguen sin odiar las galeras, y reman.

Hay que joderse, me digo,

que haya quien dude que nosotros somos los elegidos...

que fueron ellas las que dieron el paso al frente,

las que parieron los hijos

y labraron la tierra, agachadas

como siempre

por esa ceguera que solo tienen los monstruos que se creen fuertes

porque no han visto el infierno de cerca, ni su alma podrida

haciendo chispas en la hoguera de las vanidades.

Hay que joderse, me digo,

que sean ellas siempre las que vengan a sostener nuestras cabezas

como si no tuvieran suficiente con mantener su propio equilibrio,

hay que joderse, insisto,

que nosotros trafiquemos con el humo que sale de sus hogueras,

que presumamos de nuestros fuegos de artificio

mientras reímos con aliento de hiena.

Es por eso que cada vez que puedo

grito en claro femenino la palabra fuerza.

Y me regocijo en los brazos firmes de mi madre.

En los sueños perdidos de todas esas que me miran de reojo

para que yo no me pierda.

Mientras, en la lista de espera nadie levanta la mano,

y mirando para otro lado

todos se cruzan de piernas,

hacen estragos,

se inventan quimeras para bailar excusas

y tiemblan.

Tiemblan tanto que de las manos, la cara al fin, se les cae de vergüenza.

Yo sigo caminando, pero mire donde mire

solo veo mujeres luchando.

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