EurovisiónLuísa Sobral: «Si Portugal no pasa a la final de Eurovisión, me quedaré muy triste»

La hermana del representante portugués y compositora de su canción cree que su país ha enviado «temas malos» al festival y confía en las opciones de Salvador para devolver a Portugal al éxito

CORRESPONSAL EN LISBOA Actualizado: Guardar
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A sus 29 años, Luísa Sobral encarna el eslabón clave para que su hermano Salvador pueda representar a Portugal en el inminente Festival de Eurovisión. Suya es la canción ‘Amar pelos dois’, suya es la ‘culpa’ de que él se haya sumergido en el mundo de la música, en general, y del jazz-pop, en particular. Suyo es el respaldo permanente ahora que los nervios se acrecientan por momentos. Suyo es el cuidado si lo necesita, pues la salud del joven parece haberse resentido en los últimos meses.

En dura competencia con «Viva la Diva», el intérprete se alzó el pasado 5 de marzo como ganador del Festival da Cançao, la gala puesta en pie por la cadena pública RTP para elegir el tema que viajará a Kiev para defender el pabellón luso en la semifinal del próximo 9 de mayo y, si acaso, en la gran final del día 13.

Salvador, operado recientemente de una hernia en el ombligo, sufre problemas cardiacos y no le conviene exponerse a una actividad frenética si quiere llegar fresco a la competición. Para que pueda descansar, será su hermana quien cante durante los ensayos técnicos en la capital de Ucrania los próximos días 30 de abril y 4 de mayo. Mientras tanto, él intentará mentalizarse y prepararse para la dura batalla, pues ganarán su billete a la velada cumbre 10 de los 18 contendientes en cada eliminatoria previa.

Luísa Sobral, madre de un niño que todavía no ha cumplido un año (de un padre cuya identidad no ha querido revelar en ningún momento), recibe a ABC en la sede de su oficina de ‘management’, en pleno corazón de Lisboa, para revisar su propia trayectoria discográfica: con álbumes de suave barniz ‘jazzy’ como ‘The cherry on my cake’ o ‘There’s a flower in my bedroom’, aunque últimamente apunta más a las influencias ‘folk’ de Joni Mitchell, y describir su parecer sobre Eurovisión.

Esta ex alumna del prestigioso Berklee College de Boston, donde se inscribió hace una década para modular su inclinación por el jazz vocal, está marcada por su estancia norteamericana, pues vivió en Nueva York cuando abandonó la ciudad de los Cars y los Pixies. «En aquella época, yo escuchaba mucho a los Beatles y a los Rolling Stones, pero allí aprendí a amar a Billie Holiday o Ella Fitzgerald», declara mientras se afana en diferenciarse de otras damas jazzísticas portuguesas, estilo Maria Joao y Jacinta: «No tenemos nada que ver y, además, yo compongo mis propios temas».

Criada en un barrio muy musical de Lisboa, Madragoa, jalonado por destacadas casas de fado, esta sensible mujer con antecedentes aristocráticos confiesa: «No me gusta que el jazz se haga hoy como antes. Creo que tiene que ser un género contemporáneo, por eso procuro hacer algo nuevo. Sinatra ya hubo uno, y era irrepetible, así que no hay por qué tratar de repetirlo ahora. Es lo mismo que pasa aquí en Portugal con Amália Rodrigues».

¿Y cómo se fraguó su aventura eurovisiva? «Conocí en París a Nuno Galopim (escritor, cineasta y tótem de los sonidos lusos, tal cual demostró al escribir sendos libros sobre Sérgio Godinho y The Gift). Hablamos sobre Eurovisión, pues los dos tenemos en común pensar que las canciones portuguesas presentadas ahora eran malas», dice antes de aclarar: «En todo caso, yo no compuse ‘Amar pelos dois’ con el objetivo de llegar a ganar el festival. Simplemente, pretendía escribir una canción bonita, y creo que lo es».

Las casas de apuestas testimonian la excelente acogida que ha cosechado hasta hoy la pieza en la voz de Salvador Sobral, quien debutó con su primer álbum, ‘Excuse me’, el año pasado después de haber residido sendas temporadas en Palma de Mallorca y en Barcelona, donde llegó a actuar en el Sónar como líder del grupo de pop electrónico Noko Woi. De hecho, se sitúa en cuarto lugar entre las favoritas, una lista que encabeza Italia con el ‘Occidentali’s Karma’ de Francesco Gabbani.

Recuerda Luísa para este periódico las complicadas circunstancias en las que se gestó la armónica ‘Amar pelos dois’: «Acababa de tener a mi primer bebé solo cuatro meses atrás y estaba muy cansada porque el niño estaba todo el día llorando. Faltaban dos días para la prueba de fuego y pensé que no iba a ser capaz de terminar la canción, pero al final sí».

Desde un primer instante, tuvo en mente que la melodía se destinaba a su hermano, pues ella prefería quedarse en la atalaya de compositora. «Hay muchas expectativas, la verdad. Así que, si Portugal no pasa a la final, me quedaré muy triste. Lo que me alegra es que, de los cinco países del grupo ‘Big Five’, España y Reino Unido votarán en la semifinal donde nos toca competir».

Pase lo que pase, la experiencia no se le olvidará nunca, comenzando por la victoria en la selección local: «Ayer, cuando llegué a casa, mi hijo dormía. Aunque hubiese estado despierto, nada habría cambiado. Entonces me imaginé que un día se lo contaría todo», escribió aquella noche en las redes sociales.

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