ARTE

Las mil y una caras de Warhol

Una nueva exposición reinterpreta la figura del padre del pop a través de sus trabajos relacionados con el mundo de la música, especialmente su faceta como diseñador de portadas de vinilos

León Actualizado: Guardar
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Un intento de nueva lectura del maestro del pop norteamericano. Eso es « All Yesterday's Parties. Andy Warhol, música y vinilos (1949-1987)», la exposión que en el MUSAC ha comisariado Javier Panera. Abordando varios puntos de su trayectoria, se ofrece una mirada transversal de las creaciones del artista a través de su vinculación con la música y su faceta publicitaria. Para muchos, su figura, más que la del propulsor de un estilo, ha sido la de una celebridad: un magistral diseñador gráfico y publicitario con gran capacidad mediática y artística, en la que el personaje ha devorado por completo a las obras. Y es que la figura del denominado «padre» del Pop es tan controvertida dentro del arte contemporáneo como conocida y citada.

A través de los seis apartados de la exposición se recorre, casi de modo cronológico, su prolífica obra.

Sus inicios como diseñador/ilustrador/publicista quedan explorados en «Andy Warhol y los orígenes del diseño gráfico musical». Aquí se recoge la actividad casi anónima del artista hasta que, en 1955, se le permitió firmar sus trabajos. En «Fragmentos del jazz (1954-1960)», las portadas ya despuntan sus característicos retratos trazados a línea de músicos del momento. Es en esta época cuando comienzan las gradaciones tonales que luego continuarían a lo largo de su trayectoria.

De la sopa a la banana

No cabe duda de que Warhol es un maestro de la apropiación y la repetición, y que se convierte con los años en todo un «pope» para «celebrities» y artistas. Su función de nexo en la cultura de los setenta es innegable. El estadounidense comienza con la explotación de sus famosas cajas Brillo o las sopas Campbell. Estos trabajos quedan recogidos en el apartado «Definiciones conceptuales del pop a través de las portadas de discos (1963-1968)»: aquí crea cubiertas para John Wallowitch y dirige el diseño de la revista «Aspen», que contuvo en origen el primer «single» de The Velvet Underground. La famosísima portada de la banana llega en el momento en el que el artista se hace productor ejecutivo de la banda de Lou Reed, dos años de intensa relación que dieron como fruto el famoso «happening» « Exploding Plastic Inevitable». Sin duda, Warhol se sitúa como un formidable creativo capaz de sacar la parte más comercial a cualquier icono. El siguiente apartado de la muestra –y también de su vida– refleja la obsesión que le surge a partir de esta relación con los músicos: la de retratar casi compulsivamente a Mick Jagger. Gracias a esa faceta se encumbró como retratista de «celebrities» y se convirtió él mismo en uno de sus mitos. Eso sí, los más críticos con la industria Warhol no podrán más que descubrirse ante semejante inteligencia, capaz de encontrar virtud comercial a absolutamente todo, y claro, también reconocerán que, como decíaArthur Danto, lo que diferencia el arte de la realidad es el significado, no la apariencia estética.

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