El tránsito del arte urbano de la calle a la galería

Las primeras expresiones artísticas callejeras respondían a necesidades de visibilidad que implicaban una ocupación del espacio público por parte de colectivos marginales. Hoy, un amplio sector del denominado arte urbano se ha dejado seducir por el mercado y, sobre todo, por una poderosa estructura comercial vinculada a marcas internacionales. Un proceso que ha rebajado las cotas de compromiso y activismo de este movimiento, pero que, al tiempo, ha permitido su regulación institucional así como la configuración de un cierto marco profesional.

En su tránsito desde la calle hasta la galería, el arte urbano ha tenido que buscar estrategias para su trasvase formal, técnico e ideológico. Frente a la posibilidad de indagar en las tensiones generadas entre distintos modelos de exhibición, el comisario de la colectiva Spectrum ha optado por mostrar pinturas que anticipan o replican trabajos murales de los diez artistas seleccionados. El resultado es una exposición que no sólo sucumbe ante la autoridad simbólica del soporte pictórico tradicional, sino que también asume deudas demasiado literales con discursos canónicos de la Historia del Arte, tales como el surrealismo, el pop o la abstracción geométrica.

Pero el principal problema de Spectrum se ubica en el cambio de escala: lo que es efectivo en un muro callejero puede no serlo en una pintura de mediano formato . Esta proximidad con el soporte nos permite desvelar en algunas obras, proporciones y perspectivas mal calculadas, veladuras y recursos técnicos poco sutiles, e iconografías involuntariamente kitsch .