Jia Tolentino reflexiona sobre los reflejos y el autoengaño

De niños, solíamos ir al parque de atracciones del Tibidabo. Cuando aún no eras lo suficientemente mayor como para subirte en la montaña rusa o en los autos de choque, tenías muchos números de pasar largos ratos en una gran sala de espejos . Cada uno de ellos ofrecía un efecto diferente, y así, te buscabas en ellos y descubrías cientos de versiones tuyas que ni siquiera sabías que existían . Salías y entrabas de los espejos como quien se prueba un disfraz porque sabías que era un juego. Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado. Ya no vamos a los parques de atracciones para dar con nuestro reflejo deformado. La realidad nos ofrece infinitas y perversas maneras a la hora de distorsionar nuestra imagen y lo peor no es eso, lo peor es que nos las creemos.

De esto habla esta imprescindible colección de ensayos llamada justamente «Falso espejo. Reflexiones sobre el autoengaño», de Jia Tolentino . La periodista, que dirigió la revista «Jezebel» y en la actualidad trabaja en «The New Yorker», presenta un libro compuesto por nueve ensayos que conforman una brillante mezcla de investigación, periodismo y de indagación en su propia vida . Tolentino explica en el prólogo que los ensayos «se centran en las esferas de la imaginación pública que han moldeado la comprensión que tengo de mí misma, de mi país y de esta época», pero surgieron, también, ante la creciente confusión que dice experimentar con respecto a cualquier conclusión a la que pueda llegar ya sea sobre su vida o sobre su entorno.

Pese a que las temáticas de los ensayos son variadas, la mayoría pivotan en torno a la forja de la identidad y al poderoso mecanismo de autongaño. Empieza con el yo en internet , tema que aborda en el primer ensayo, donde recupera nociones tan interesantes como aplicables a nuestros días, como una teoría sobre la identidad de Erving Goffman, que data de 1959, y afirma que la identidad humana está construida alrededor del fingimiento . En el interesantísimo segundo ensayo, «Nunca dejes de optimizar», ahonda en el mito de la mujer ideal y en cómo el «athleisure» -ropa de «fitness»- se ha convertido en una indumentaria fetiche. También, en el que es uno de sus ensayo más sorprendentes, rescata los recuerdos de su participación en un «reality show» en Puerto Rico llamado «Girls vs Boys», y después, en otro, aborda sus años en la Universidad de Virginia. El culto a la mujer difícil, el mundo de las drogas y la religión, o el disparatado mundo de las bodas -éste es el único ensayo que no está al nivel de los demás-, conforman el abanico sobre el que levanta este libro de obligada lectura.

Escribir, dice, «es un modo tanto de transformar mis delirios como de hacerlos crecer». En realidad, al terminar el libro, uno tiene la sensación contraria: el delirio ha menguado. ¿Que si Jia Tolentino ofrece soluciones ante tanto disparate? No, en absoluto. Armada de una profunda agudeza para detectar y comprender lo esencial, de una lucidez acompañada siempre de un fino sentido del humor, Tolentino alumbra y pone palabras donde nosotros apenas teníamos intuiciones. «Falso espejo» es una especie de mapa, coordenadas en la oscuridad, la advertencia constante de que aunque te veas la mar de favorecido en el reflejo de ese espejo, por mucho que lo intentes, nunca terminará siendo real.