Otro «selfie» de Ramón Lez- R. L.Dónde está cuando no hace arte. Realizo talleres de pintura y dibujo, y doy clases a distintos colectivos. En estos grupos, trato de trabajar las emociones a través del arte y me esfuerzo para que ellos sean capaces de expresar sus sentimientos y su creatividad.
Una anécdota de mi época de estudiante es la de haber sido retratista de feria en el mercadillo de mi pueblo, con lo que también gané algo pero no demasiado
También he trabajado en dos ocasiones como director artístico en el ámbito cinematográfico y he creado mis propios cortos. He sido seleccionado en diversos festivales de cine de carácter nacional e internacional. También he realizado ilustraciones para revistas, libros y carteles.
Le gustará si conoce a... Durante la etapa de mi aprendizaje he tenido la oportunidad de formarme en talleres de creadores como Gunther Förg, Markus Ohelen, Luis Lizardo, Bill Viola y Abbas Kiarostami. Aparte de ellos, también tengo un largo listado de referentes a los que les he seguido los pasos y de quienes reconozco su aportación, pues han influido íntimamente en mi evolución artística y sensorial. Nombres tales como David Lynch, Peter Greenaway, Erice, Tarkovsky, Murnau, Concha Jerez, Dan Flavin, Carlos Cruz Diez, Olafur Eliasson, Pablo Armesto, Enrique Radigales, Herman de Vries, Darío Urzay, Oscar Muñoz...
De mi estancia en Venezuela durante el año 2002 recibí las influencias del arte nativo de la tribu Yanomami y de la obra de la escultora alemana Gego (Gertrud Goldschmidt). Mis tendencias artísticas están inspiradas en el arte primitivo, el expresionismo alemán, el cine clásico y experimental, el arte conceptual y el arte clásico de todas las épocas.
Una de mis preocupaciones es aprender a desaprender lo aprendido, como un viajero que no deja huella pero sabe que el conocimiento del pasado ayuda a evolucionar
En cuanto a mi generación, por supuesto, me siento identificado con algunos colegas con los que coincidí durante mi formación académica y con los que además me une una buena relación de amistad, tal vez porque sus proyectos derivan en instalaciones que combinan viejas y nuevas maneras de transformar. Entre estos están Clara Boj & Diego Díaz, Sonia Navarro, Nelo Vinuesa, Antonio R. Montesinos, María Carbonell...
¿Qué se trae ahora mismo entre manos? Ahora mismo trabajo en dos proyectos: En el primero, más a corto plazo, estoy preparando una serie visual que se exhibirá pronto en un festival de arte emergente al que he sido invitadoy invitado. Por otro lado, y a más largo plazo, estoy realizando una serie de estudios de color y profundización en formas simbólicas y primitivas. En definitiva, se trata de un nuevo trabajo basado en nuevas ideas de reconfiguración ontológica del cuerpo a través de materiales de deshecho mezclados con otros que proceden de las nuevas tecnologías. Sería como buscar un resultado híbrido entre lo natural y lo artificial..
¿Cuál es su proyecto personal favorito hasta el momento? Uno sólo no, voy a decir varios. Entre los que han marcado puntos de inflexión en mi trabajo, me siento especialmente satisfecho de varias obras. Para empezar, recuerdo con muy buen pie el proyecto instalativo «El hombre roto», de 2007, que formó parte de los proyectos de arte emergente becados para el espacio de La Bodega (Fundación Casa Pintada, Mula), que consistió en una pieza de intervención e interacción pública. También destacaré «Mutaciones, transformaciones», una pieza de vídeo incluida en una colectiva en el Centro de Arte La Conservera, en Murcia. La obra trata sobre las variaciones y modificaciones que el tiempo va generando en la materia. Por eso el material visual se exponía acompañado por una figura humana pintada con tinta china sobre un bloque de hielo.
¿Por qué tenemos que confiar él? Porque una de las cosas que me mueve es la honestidad en la concepción de mi obra. Por eso huyo de hacer trampas. Quizás también porque quiero entender el arte como una provocación de los sentidos que conduce a la elaboración de nuevos códigos de expresión y que permite resolver a través de preguntas y respuestas el rompecabezas de la realidad creativa. No me obsesiona lo que otros puedan pensar acerca de lo que hago, ya que eso limitaría mi libertad a la hora de expresar mis emociones e ideas. Una de mis preocupaciones es aprender a desaprender lo aprendido, como un viajero que no deja huella pero sabe que el conocimiento del pasado ayuda a evolucionar.
¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? Pues se lo cedería al tándem formado por Clara Boj & Diego Díaz, dos artistas en cuyos trabajos interactivos he hallado una afinidad creativa que me gustó.