ENTREVISTA
Maribel López: «La pandemia complicó el vínculo de ARCO con Iberoamérica»
La directora de la feria, Maribel López, habla sobre su aniversario y niega una posible crisis en el modelo de arte tradicional
La catalana Maribel López lleva tan solo tres años al frente de ARCOmadrid , periodo complicado debido a la pandemia. Este año, en su 40+1 aniversario, la feria, que abre hoy sus puertas, cuenta con 185 galerías, y mantiene su apuesta por el arte iberoamericano.
¿Qué podemos esperar de esta edición de ARCOmadrid con los datos de pandemia que todavía soportamos?
ARCO va a ser una feria de aproximadamente 180 galerías frente a las 210 de años anteriores, lo que creo que será bueno para los resultados. En nuestro imaginario, analizando las conclusiones de los años 2020 y 2021, estamos más cerca de 2020 en lo que se refiere a número de expositiores, a internacionalidad y a invitados.
Echando la vista atrás, ¿cree que pudo ser una irresponsabilidad celebrar la feria de 2021? Es decir, ¿por qué fue responsable celebrar ARCOmadrid y fue responsable no celebrar ARCOLisboa?
Desde luego creo que no fue irresponsable. Ifema tiene unos pabellones con un espacio increíble en los que el aire se renueva tres veces por hora. Lisboa tiene una situación muy diferente: es un edificio del siglo XVIII, no podíamos comparar las dos ferias al tomar la decisión de las garantías que podíamos ofrecer.
En 2021, la feria tuvo que renunciar, precisamente por motivo de la pandemia, a celebrarse en febrero y hacerlo en julio, dejándose en el camino un buen número de galerías convocadas y de visitantes. ¿Fue positivo el cambio?
Fue positivo y muy real, porque las galerías se sentían reconocidas y apoyadas, y creo que el hecho de que vuelvan, y que las que no vinieron sí lo hagan este año, explica que fue bien. Llevaban más de un año trabajando sin poder viajar: participar de este tipo de eventos, y ofrecer esa oportunidad nos pareció que era algo que teníamos que hacer.
¿Considera que celebrarla era realmente necesario o se hizo poara ser una de las pocas ferias a nivel mundial que no canceló ninguna edición?
Yo no pienso en esos términos. Realmente sentíamos que había que ofrecer a las galerías la oportunidad de trabajar y funcionó muy bien. También contábamos con apoyos que nos animaron a celebrarla, como la Fundación ARCO y el Museo Reina Sofía , que compró como cada año.
A efectos de ventas, ¿quedaron satisfechas las galerías?
Sí, se fueron satisfechas. Que vuelvan, y que lo hagan cogiendo más estands o más metros creo que es la evidencia que demuestra que sí que fue bien.
Se tiende este año, como en 2021, a una feria más pequeña en número de expositores, que no en superficie que ocupan: ¿tiene sentido el gran despliegue en metros cuadrados en dos pabellones si el número de galerías es menor?
Yo creo que sí, porque que se ocupe el mismo espacio es para que los pasillos sean más anchos y los visitantes se sientan más seguros. Además, el año pasado pudimos dar más posibilidades a las galerías para que presentaran sus propuestas de otra , que regresan condensados este año.
En un año normal, ¿tal vez no es preferible plantearse una feria así, más contenida, más adaptada a nuestro mercado y más abarcable por el visitante?
Iremos ajustándolo, recogiendo opiniones y resultados. ARCO es grande porque ha acogido a la sociedad durante 40 años. Cómo equilibrar el negocio de Ifema y el de las galerías con la parte social siempre es lo más complicado.
Si el éxito de julio fue tal, ¿no tendría sentido replantearse celebrar ARCOmadrid en primavera o en verano en lugar de en febrero?
No, ARCO es en febrero. Julio fue una experiencia muy buena, pero una excepcionalidad. Del mismo modo que cuando tomamos esa decisión no queríamos afectar el calendario ajeno, esta es nuestra fecha, con sus cosas positivas y negativas. No la queremos cambiar.
Iberoamérica fue uno de los talones de Aquiles de 2021 y su presencia se intentó resolver con la propuesta de Mariano Mayer. Este año este comisario repite. ¿Cómo se refuerza su planteamiento para que ARCO siga siendo puerta de entrada del arte latino en España?
Esa es una de las cosas que realmente se han complicado con la pandemia. Este año tenemos la sección ‘Nunca lo mismo: arte latinoamericano’ que comisarían Mariano Mayer y Manuela Moscoso. Parte de la idea de pensar en el arte en diferentes grados de materialidad, con propuestas bastante arriesgadas comercialmente.
El año pasado fue el 40 aniversario de ARCOmadrid. Este año celebran el 40+1. ¿Cómo lo plantean? ¿Este año sí vienen las grandes galerías extranjeras que el año pasado declinaron la invitación?
Sí, este año han vuelto algunas de ellas, como Ruth Benzacar de Argentina o Giorio Persano, de Italia. Los comisarios María Inés Rodríguez, Sergio Rubira y Francesco Stocchi han recogido su visión de la Historia de ARCO a través de una serie de galerías que para ellos han sido importantes. En paralelo tendremos un foro con exdirectoras de la feria, comisarios y coleccionistas. Hay dos partes más: una propuesta de recorrido visual y el podcast ‘Doble exposure’. Son 40 voces para 40 años de ARCO, que se convirtieron en 40+1.
En la dirección de ARCO tan solo ha habido un hombre en 40 años, pero no se da paridad con las galerías y artistas convocados, algo que sí que cuidan ya otras ferias. El año pasado ARCOmadrid puso en funcionamiento un programa para apoyar a las creadoras femeninas. ¿Cómo fue?
Fue un gesto porque realmente no había una igualdad, pero no hay que olvidar que ARCO no programa su contenido. Es cierto que incluso a mí me costó imaginar cómo hacerlo, porque no soy partidaria de poner un cupo de artistas a las galerías. Creo que es algo simbólico pero necesario porque ARCO es una feria que tiene mucha visibilidad.
Este programa, ¿se hizo por un convencimiento real o por contar con más contenido frente a la ausencia de muchas galerías por el Covid-19 y contentar a la opinión pública?
Realmente yo creo que hay que dar visibilidad a las artistas mujeres, algo que el comité apoya, y opino que no hay que dejarlo pasar. Respecto a la ausencia de galerías por la pandemia, esto lo habíamos contemplado antes. Es algo que al acabar la edición de 2020 ya estaba escrito en el proyecto.
Las ferias de arte están sufriendo los efectos de las ferias digitales, los NFT y las restricciones a la movilidad. ¿Cree que el modelo de feria está en crisis?
Yo creo que no, y creo que todas estas cuestiones son cosas que no hay que mezclar. Como feria intentamos proveer a las galerías de un contexto digital, y respecto a los NFT, están presentes en ARCO en tanto que los artistas trabajen con ellos. Por ahora no lo veo como competencia, sino como un lugar de investigación en otras inmaterialidades.
¿Continúa siendo igual de rentable pese al gran desnivel en los ingresos de un mercado y otro?
Yo creo que sí porque son adquisiciones diferentes. Cuando se está hablando de arte NFT se está discutiendo mucho más de su valor, mientras que en arte tradicional seguimos apreciando más su naturaleza. No veo en riesgo el modelo de arte tradicional.
¿Está abierto ARCOmadrid a un nuevo modelo de negocio como este?
Siempre que las galerías lo estén. Por ejemplo, una de ellas, que este año no va a estar, tiene una sección de NFT, y seguro que hay más. Mientras la investigación en arte esté en marcha, ARCO estará abierto.
¿Qué le pide a este 2022?
Que la pandemia acabe, ¿se puede pedir? [ ríe ]. Bueno, pues que a las galerías les vaya muy bien y que la gente venga con muchas ganas, pero sobre todo que la feria sea exitosa y que todo lo que pase sea bueno.
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