DARÁN QUE HABLAR
Javier Lozano: «No tengo web. Mi nombre lo registró un dentista»
Armado de ironía y buenos trazos, el trabajo de Javier Lozano bascula entre el dibujo, el fanzine y la docencia de ambas artes. No le pierdan de vista pues lo suyo «dará que hablar»
Nombre completo: Javier Lozano Jaén. Lugar y fecha de nacimiento: Albacete, 1981. Residencia actual: Madrid . Formación: Licenciado en Bellas Artes por la Facultad de Cuenca. Ocupación actual: Artista y profesor de dibujo.
Noticias relacionadas
Qué le interesa. Me interesa sobre todo la humanidad, entendida como lo que todos los seres humanos tenemos en común, más allá de coyunturas o momentos históricos. El amor, la muerte, la frustración, lo colectivo, lo subjetivo, el deseo, el dolor, lo material, los desencuentros, el poder, y también sus opuestos, son algunos temas que me seducen. También me interesa y me conmueve la estética, en concreto, lo figurativo. Además, la narración como estrategia, que ha estructurado mi trabajo casi desde el principio, ha ido cobrando cada vez más importancia en las cosas que hago.
De dónde viene. He expuesto en algunas galerías de poco postín y en varios espacios autogestionados, sobre todo en Madrid y en Berlín, donde viví algunos años. A nivel institucional, participé en «9, un proyecto de dibujo contemporáneo» comisariada por Roberto Vidal en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid , y hace algunos años, a través de Matadero , participé, con otros artistas del archivo, en «Escala 1:1», que consistía en intervenir la maqueta a tamaño real de un coche eléctrico de una marca concreta. Ante esta tesitura, decidí forrar el coche con mi currículum, mi dossier y los textos que había escrito sobre mi trabajo. A la altura de la luna delantera se leía con letras más grandes y rojas la palabra «autopromoción», y, debajo, mis datos de contacto. Los coches se sacaban al espacio público, y el mío estuvo uno o dos meses en la plaza de Chueca. Desgraciadamente, solo tengo algunas fotos que me mandó un amigo, porque en aquel entonces estaba viviendo en Berlín, pero son bastante graciosas. Me llamaron un par de personas, una de ellas interesada en comprar el coche.
Supo que se dedicaría al arte… Provengo de una familia conservadora, sita en Albacete capital, ajena por completo a la cultura; no digamos ya a la cultura «underground». De adolescente taciturno leía mucho, tenía un grupo de «grunge» y escribía tonterías, pero no fue hasta que llegué a la facultad de Bellas Artes que encontré por fin lo que venía buscando.
¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? No suicidarme.
Su yo «virtual». Tengo cuenta de Facebook , de Instagram y más de uno y de dos blogs, aunque solo mantengo actualizado el de cómics y fanzines. Nunca tuve página web porque al parecer todos los dominios con mi nombre los tiene registrados un dentista que ni siquiera los utiliza, y esa situación me tiene un poco bloqueado. El éxito parece ser que tus imágenes se vuelvan virales, y que mucha gente te siga, aunque mis amigos con galería en Múnich y coleccionistas millonarios no suben ni una foto de su trabajo a internet. En mi caso, siempre he pensado que la obra cobra sentido cuando se encuentra con la mirada del espectador, así que, cuantos más ojos la ven, más sentido cobra. Supongo que es la postura precaria.
Dónde está cuando no hace arte. He tenido proyectos musicales, que en realidad siempre fueron dúos. Nix Neues yArtic Drilling en Berlín y Remanso en Madrid, para los que además de música he hecho videoclips, diseño… Autoedito un montón de fanzines y los paseo y vendo por varias ferias nacionales. Hay mucho talento en el mundo de la autoedición española y, al final, todos somos amigos. Tengo fanzines de dibujos, otros de cómics y también fotonovelas, que realizo mano a mano con Ángela Losa , donde resignificamos colecciones de fotos antiguas inventando historias en un contexto LGTBIQ+.
También doy clases de dibujo desde hace ya tres años en el Instituto Europeo di Design (IED), culminación de mi experiencia haciendo talleres de cómic colectivo por el mundo. La docencia es como una segunda vocación, complementaria a la primera. La vivo como una oportunidad de aplicar mi creatividad a la creación, no de arte, sino de creadores.
Le gustará si conoce a... En la facultad me gustaban mucho David Hockney , Eduardo Arroyo y Aubrey Beardsley, entre otros. Hoy y siempre me arrebatan los Ukiyo-e japoneses y los códices y miniaturas de todo tipo: persas, hindúes, árabes, otomanas, prehispánicas y también occidentales, preferiblemente medievales, tipo beatos. Aunque últimamente sigo un poco obsesionado con el siglo XII, me gusta pensar que el arte, cuanto más antiguo sea, más me agrada.
Más que en artistas plásticos –que también–, reconozco a cineastas clásicos ( Fassbinder , Fellini, Buñuel, Bergman, Tarkovsky…) como referentes importantes a la hora de conformar mi visión del mundo y del arte.
De los artistas de mi generación, encuentro afinidades –y creo que merecen atención– con los trabajos de Cristina Busto , Catalina Obrador, Conxita Herrero, Gregory Gallego, Nacho García, Linus Malmqvist, Hemil Huck o Maria Medem. Y aunque la identidad no es el centro de mi trabajo, me parece que los trabajos de Harry Hachmeister, Dalila Virgolini y Rubén H. Bermúdez son excelentes en ese sentido. Además de grandes talentos, todos estos autores son gente maravillosa.
Qué se trae ahora entre manos. Inauguré una exposición individual titulada «Por todos los demonios» el 22 de octubre en El Imparcial (Madrid) . Además de un montón de cuadros, para la ocasión saqué a la luz algunos fanzines nuevos. Casi un mes después, el 20 de noviembre, se presentará «Ser amado», un libro de cómics y más de 250 páginas a todo color, editado por Fulgencio Pimentel y ganador de una mención de honor en el Puchi Award 2018 de La Casa Encendida.
A nivel todavía más lúdico, he diseñado, para el centenario del Ayuntamiento de Madrid, uno de los divertidos photocall con agujero para meter la cabeza y hacerse fotos, que seha podido ver y utilizar en el edificio de Cibeles del 25 al 27 de octubre.
Proyecto favorito hasta el momento. El libro «Welcome, editado por Belleza Infinita ; «Demons», editado por Frac de Medusas . La exposición «Paper», donde forré por completo el espacio berlinés Kleiner Salon con pósters de carácter político que hice durante tres años para promocionar una fiesta. La forma de mostrar los pósters en la exposición provocaba una sensación de lleno y vacío simultánea que resultaba bastante interesante y apropiada. Los pósters los editaría posteriormente Pogobooks en forma de dos bonitos fanzines: «Politics» y «More Politics». También me gustan mucho los videoclips realizados para los proyectos musicales en los que me he visto envuelto y las performances en Berlín, como subalterno de Cristina Busto, que resultaron casi epifanías.
¿Por qué tenemos que confiar en él? Yo intento desentrañar la realidad que me ha tocado vivir a través del arte. Al servicio de esta humilde actividad, pongo toda mi inteligencia, cuidado, sensibilidad estética y sentido del humor. Ojalá eso sea suficiente para crear un trabajo que hable, se abra paso y se defienda por sí mismo.
¿Dónde se ve de aquí a un año? Ya puedo decir que el otoño 2020 lo pasaré disfrutando de una de las residencias para artistas visuales de Matadero-Madrid . También espero seguir dando clases de dibujo y estar metido en cuantos más charcos, mejor.
¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? A Cristina Busto.
Defínase en un trazo.
