John le Carré, autor de «Volar en círculos»
John le Carré, autor de «Volar en círculos» - Guido Manuilo
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Un hijo llamado John le Carré

Mucho de justificación hay en las memorias de Le Carré. Lo mejor, el recuerdo de su padre, su gran bestia negra

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Gracias a las multimillonarias ventas de «El espía que surgió del frío», John le Carré pudo cumplir el sueño de dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Atrás dejó su verdadero nombre, David Cornwell, y un trabajo que no es ningún secreto: el espionaje. «Mi puesto de funcionario», lo llama él en sus memorias.

Uno espera descubrir detalles jugosos de aquella época, y lo que encuentra en «Volar en círculos» son justificaciones. Que espiar al Partido Comunista británico no le satisfacía y por eso, cuatro años después de ingresar en el MI5, solicitó el traslado al MI6. Que sus antiguos compañeros lo han acusado de manchar el honor del Servicio, cuando lo cierto es que «en alguna» de sus novelas ha pintado «a la Inteligencia británica como una organización mucho más competente de lo que es en la vida real».

Y que antes de él hubo otros «desertores literarios del MI6». Graham Greene y Somerset Maugham, por ejemplo. Aunque Somerset Maugham, como espía, «no era demasiado bueno». Vaya.

Apariciones estelares

Recordando aquellos años, Le Carré no puede evitar la ironía: la instrucción más rigurosa que ha recibido como escritor se la proporcionaron sus jefes: «se abalanzaban sobre mis informes con jubilosa pedantería y monumental desprecio, y garabateaban en los márgenes comentarios tales como ‘redundante’, ‘elimínelo’, ‘justifíquelo’, ‘poco elegante’ o ‘¿de verdad es esto lo que ha querido decir?’. Ninguno de los revisores que he tenido desde entonces ha sido tan exigente».

«De mi trabajo para la Inteligencia británica, desempeñado sobre todo en Alemania, no quiero añadir nada a lo que ya han escrito otros, de manera inexacta, en otros sitios», corta en seco. De manera que «Volar en círculos» se convierte en un catálogo de apariciones estelares -Arafat, Cossiga, Thatcher, Brodsky, Richard Burton, Alec Guinnes- por el que, de tanto en tanto, se cuelan personajes anónimos: quienes le inspiraron a la Tessa de «El jardinero fiel», el Jerry Westerby de «El topo» y «El honorable colegial», el Melik de «El hombre más buscado»... Y uno piensa: ¿de verdad esto le importa a alguien? ¿A los muy fans de Le Carré, quizá?

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