Una mujer coontempla una de las obras expuestas en ARCO´92
Una mujer coontempla una de las obras expuestas en ARCO´92 - MIGUEL BERROCAL
HISTORIA DE ARCO

El espíritu cultural de 1992 inundó la XI edición de ARCO

En el año de Madrid Capital Europea de la Cultura y la Expo de Sevilla, la feria tuvo más público y demanda de arte joven

Madrid Actualizado: Guardar
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El 12 de febrero de 1992 arrancó la undécima edición de ARCO, que por primera vez se celebró en el recinto ferial de IFEMA en el Campo de las Naciones, la que es su casa desde entonces. Bajo una gran incertidumbre motivada por la crisis económica internacional, ARCO'92 contó con la presencia de 193 galerías de arte –80 españolas y 113 extranjeras procedentes de 31 países– que ofrecieron, a curiosos y coleccionistas, las obras de los casi 1.200 artistas seleccionados para la ocasión. Además, como en 1992 Madrid fue designada Capital Europea de la Cultura, los organizadores de la feria intentaron conseguir la mezcla perfecta entre piezas «asequibles» –como consecuencia de la recesión en el mercado del arte– y prestigiosas, para conseguir que ARCO siguiera estando a la vanguardia del arte contemporáneo mundial.

Lo más de ARCO´92

Aunque se echó en falta la presencia de importantes galerías alemanas o estadounidenses de ediciones anteriores, en el ámbito internacional destacaron los estands de Biscchofberger, con un

Escultura de mujer vestida
Escultura de mujer vestida - J.GARCÍA

deslumbrante Pollock bien secundado por obras de Basquiat y Kiefer; el de Hans Mayer, que ofreció una curiosa versión de las Meninas de Dalí y un precioso Willem De Kooning; y la galería británica Marlborough, que deleitó a los presentes con buenas piezas de Bacon, Kurt Schwitters y Auerbach. Dentro del panorama nacional, llamaron la atención las propuestas de la galería valenciana Fandos, que dedicó todo su espacio al italiano Valerio Adami; y la madrileña Estiarte, con el dúo de pintores ingleses Sybil Andrews y Cyril E. Power. Una de las opciones más elegidas por los galeristas españoles a la hora de presentar sus estands fue la multidisciplinariedad, destacando en esta fórmula el de Soledad Lorenzo y el de Juana de Aizpuru.

Las piezas que más llamaron la atención en esta convocatoria fueron las esculturas «casi humanas» del norteamericano John de Andrea –valoradas en 13 millones de las antiguas pesetas– que presentó ACA Galleries. Dos mujeres –una desnuda y otra vestida con una malla negra– fabricadas en poliuretano y pintadas al óleo con tal realismo que no dejaron indiferente a ningún asistente de IFEMA.

Pintura y fotografía

Antoni Tàpies fue el pintor con mayor presencia en ARCO´92 y hasta dieciséis galeristas decidieron ofrecer sus lienzos. En este apartado, el segundo de la lista fue Eduardo Chillida, que apareció en ocho galerías, seguido muy de cerca por las obras de Pablo Picasso, Joan Miró y José María Sicilia, que colgaron de las escarpias de siete estands diferentes cada uno.

Con motivo de la capitalidad madrileña, el Consorcio Madrid Capital Europea de la Cultura decidió organizar una doble exposición de «foto-realidad» para la ocasión. Bajo el título «Europa: el Sur» se expusieron setenta positivos de Cristina García Rodero y sus viajes por el continente, en los que retrató los rostros y costumbres del pueblo. Cien fueron los originales elegidos del británico Philip Jones Griffiths catalogados como Visión retrospectiva (1952-1988). Un recorrido a través del objetivo del galés, y su más de treinta años como reportero de guerra, que mostró su visión seleccionada de la realidad humana.

Además, como muestra de la historia artística española, se celebró la exposición «Pasajes, actualidad del arte español». Cincuenta y un artistas que serían los responsables de defender la calidad del panorama artístico nacional en el pabellón que España tendría en la Exposición Universal de Sevilla 1992.

El 18 de febrero terminó ARCO'92, año en el que se recuperó el equilibrio perdido en ediciones anteriores.

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