LIBROS

Daniel Jiménez, elogio del narcisismo

En la estela de los «fake» inventados por Orson Welles, en «Las dos muertes de Ray Loriga» Jiménez se arriesga en un argumento increíble (y no cierto)

Tras «Cocaína», Daniel Jiménez acomete su segunda novela
Juan Ángel Juristo

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Daniel Jiménez (Madrid, 1981) debutó en el mundo literario con «Cocaína», narración que fue galardonada con el II Premio Dos Passos concedida a una primera novela, y que supuso cierta renovación, una especie de aire limpio, dentro del género del «thriller», género que suele agotar con profusión sus fórmulas debido a que se ha convertido, al igual que el género histórico, en la burbuja de la industria editorial de ficción.

«Cocaína» aportó ciertas novedades que, es curioso, se producen con cierta regularidad en el género bajo circunstancias muy distintas. Esas novedades consistían en la posesión de un estilo sucinto , muy proclive a lo económico pero terriblemente eficaz, tendencia que desde que Louis Ferdinand Céline dijo aquello de que la primera página de una novela debía suponer lo mismo que un puñetazo en la boca del estómago del lector, no ha dejado de ejercer tiránica fantasmagoría en los escritores.

Personajes reales

Esta novela, además, incorporaba una serie de trucos que se mostraron muy eficaces como fue la inclusión de personajes reales dentro de la trama. Así, Arturo Pérez Reverte, Javier Marías, Marc Marginedas o Carlos del Amor, amén de continuas referencias a la situación política y social de los momentos en que se desarrolla la historia, lo que entra más en la canon del género, hasta el punto de que ha habido etapas en la novela policial que bien se puede decir era la única literatura de denuncia presente en tiempos donde el juego y la indagación posmoderna parecía engullirlo todo.

Lo que me interesó en su momento de «Cocaína» es que representaba en cierta manera la inmersión del elemento narcisista en el «thriller» español, fenómeno que se había producido en otras modalidades de la narrativa antes -como la que se ha denominado autoficción y que en muchos casos consiste en que el escritor cuente su vida- lo que no deja de ser significativo para el autor... y para el lector que demanda ese modo. Esa inmersión en el narciscismo y, desde luego, Jiménez es autor de talento, aderezado con un sentido del humor bastante salvaje , es lo que definía esta novela.

Idea curiosa

«Las dos muertes de Ray Loriga» es el título de su segunda novela, y lo que en «Cocaína» no dejaba de ser un guiño al lector para incorporarle de sopetón en la realidad, lo de hacer de Pérez Reverte o Javier Marías personajes dentro de la ficción en esta novela se convierte en el «leitmotiv» de la misma. Trata de la muerte del escritor Ray Loriga tras una gira triunfal por Latinoamérica a raíz de haber publicado, tras años de sequía, «Rendición» , novela galardonada con el Premio Alfaguara.

El cadáver del escritor aparece en el barrio de la Boca , de Buenos Aires, y Daniel Jiménez, que había conocido poco antes al escritor en la Feria del Libro de Madrid, decide investigar sobre la vida de Loriga y su muerte, también su obra, con la idea curiosa de continuar ésta a través de persona vicaria. La literatura, viene a decirnos Jiménez, es una y lo que sea el autor es lo de menos . En este sentido Jiménez se apunta a la postura, no exenta de ironía, del Orson Welles de «Question Mark»: «Fake». Una buena y curiosa novela.

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