LIBROS

Caso Olof Palme: Jan Stocklassa juega a ser Stieg Larsson

El periodista sueco investiga en «Stieg Larsson. El legado» el asesinato del ex primer ministro socialdemócrata

Jan Stocklassa Isabel Permuy
Jaime G. Mora

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Días después de entregar a su editor el tercer volumen de la saga «Millennium», Stieg Larsson murió de un ataque al corazón. Tenía 50 años. Murió sin saber que sus libros se convertirían en un fenómeno mundial, con más de ochenta millones de ejemplares vendidos y varias adaptaciones al cine. Han pasado ya quince años desde que falleciera, y en este tiempo hemos sabido que la herencia del escritor va más allá de la millonaria cuenta de resultados que sus familiares siguen disputándose.

Larsson no solo escribía novelas policiacas en el tiempo que le quedaba libre cuando terminaba su jornada como infografista en una agencia de noticias; parte de su salud se le fue en las horas que echó investigando el movimiento de la extrema derecha en Suecia. Dos libros sobre los grupos ultras lo acreditaron como uno de los mayores especialistas del país e investigó el magnicidio de Olof Palme . Primer ministro en los años 70 y reelegido en los 80, el líder socialdemócrata fue asesinado en 1986 cuando volvía a casa del cine junto a su mujer. Un pistolero aprovechó que Palme no llevaba escolta para matarlo de un disparo a bocajarro. El asesino huyó por una escalera sin que la policía, más de treinta años después, haya conseguido desvelar su identidad.

Los errores de los primeros días, la inoperancia policial y el tiempo perdido en seguir pistas falsas fueron la tónica de una deficiente investigación. Primero sospecharon del PKK turco y después incriminaron a un drogadicto al que la justicia terminó absolviendo. Durante esos tres años perdidos por la policía, Stieg Larsson llevó una investigación paralela. Como reflejan sus archivos, el autor sueco estaba convencido de que la extrema derecha estaba detrás del asesinato. Larsson creía que grupos ultras ejecutaron un plan ideado por Sudáfrica, a quien Palme molestaba por su postura sobre el comercio de armas y contra el «apartheid».

El periodista sueco Jan Stocklassa resume en « Stieg Larsson. El legado » (Roca Editorial) las principales conclusiones a las que llegó el autor de «Millennium». Pero Stocklassa no se queda ahí. En su libro relata cómo él también se obsesionó con el caso Palme y se adentró en una investigación de ocho años en los que ha viajado a países como Sudáfrica o Chipre para ampliar las pesquisas de Larsson. Stocklassa entrevista a algunos de los ultraderechistas que podrían estar implicados en el magnicidio y aporta nombres y conexiones que se le escaparon al escritor sueco. Para contarlo recurre a la fórmula de la «novela documental» . Dicho de otra manera, en sus transiciones de una escena a otra y en sus saltos en el tiempo entre 1986 y 2018, no duda en «dramatizar», o fabular, sucesos para cubrir los vacíos de su investigación periodística.

Es arriesgado mezclar realidad y ficción, aunque sea «verídica», en un libro en el que apunta a varios culpables del crimen. Cuando el autor recrea entrevistas a las que acude con bolígrafos o gafas con cámaras ocultas uno no sabe si se está ajustando a los hechos o es un recurso de novela negra. La incorporación de una joven de Praga a la que conoce de casualidad por Facebook y que se revela como una valiente detective capaz de hackear cuentas de correo también es sorprendente.

Stocklassa se esfuerza en presentarse como un personaje de Stieg Larsson, pero le queda un relato con trampas y basado en hipótesis que no logra confirmar. En uno o dos años, dice, todo adquirirá sentido y el caso al fin se resolverá. De momento, la policía no ha incriminado a ninguno de los señalados en el libro.

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