MÚSICA

«Abbey Road», la coda final de los Beatles

El disco, del que se cumplen ahora 50 años, supone el principio del fin de la banda más exitosa de la historia del rock. Así se forjó aquel legendario álbum

The Beatles durante una de las sesiones de grabación de «Abbey Road» en 1969

Álvaro Alonso

Todo comienza con un cambio de planes. Dos semanas antes de lanzar en noviembre de 1968 el White Album , un alto ejecutivo de Apple anuncia tres conciertos de The Beatles a celebrar en el Roundhouse londinense.

Arranca 1969 y la banda se encuentra enclaustrada en unos estudios de sonido que ni la nevera del Ramiro, rodeados para más inri de cámaras que lo graban todo sin piedad. Es 2 de enero en los Twickenham Film Studios y, aunque los temas del White Album eran la idea inicial, John convence desde el primer día a George Martin de que pueden hacer juntos canciones nuevas. Teniendo en cuenta que la cita con el concierto en directo había sido fijada para el 20 de enero, eso suponía un auténtico reto. «Nos aburríamos enseguida. Queríamos ir por delante de nosotros mismos», declaró entonces Paul . «La idea era registrar el proceso de composición», prosigue Paul, «desde la primera semilla hasta su glorioso resultado en tecnicolor».

Glyn Johns , el ingeniero de los discos de The Rolling Stones , estaba tras la mesa de sonido, con la prescripción de no introducir efectos ni overdubbings . Aquel escenario rodeado de cámaras, cables e instrumentos, pasó a la posteridad tras ser publicado en 1970, como disco y como película, bajo el nombre de Let It Be . Los micrófonos recogieron conversaciones impagables, las llamadas «cintas de Twickenham». Ahí, de manera se diría que incluso ingenua, discuten sobre si seguir siendo «una unidad de destino en lo universal». No llevan ni una semana de ensayos cuando les llegan propuestas lunáticas , como la de tocar en Arabia, trasladando hasta tan singular escenario camellos, antorchas y algo de público.

Los cuatro intentan mantener la calma, hasta que un día como otro cualquiera, viernes 10 de enero de 1969, George Harrison escribe en su diario: «Ensayé hasta la hora del almuerzo, dejé los Beatles, me fui a casa». Es la primera gran crisis , que se solventa no sin que George ponga dos condiciones innegociables sobre la mesa: volver a la comodidad de los estudios Apple y dejar de grabar para la televisión. Los nubarrones parecen alejarse con la vuelta de todos al estudio. La llegada de Billy Preston ayuda a dar cierta luz.

Deciden, por fin, grabar dos secuencias para la película, que terminarían proporcionando las instantáneas míticas de The Beatles en la azotea del número 3 de Savile Row , el 30 de enero de 1969. Ninguno lo sospechaba, pero lo cierto es que aquellos 42 minutos fueron l a última vez que tocaron juntos en directo . Se estaba anunciando el final del grupo más grande de la historia y nadie parecía estar dándose cuenta.

«No sabía que iba a ser nuestro último disco», dijo George sobre Abbey Road . Grabado en dos fases, la primera incluye tomas desde finales de febrero hasta principios de mayo. Las cinco primeras: «I Want You (She's So Heavy)», «Something», «Oh Darling», «Octopus's Garden» y «You Never Give Me Your Money». Sobreviene, además, el encontronazo entre Paul , que se niega a firmar contrato con Allen Klein , un tiburón que había llevado los asuntos financieros de Stones o Animals, y los otros tres Beatles, que sí que firman. Vemos a Paul furioso, entrar en los Olympic Studios esa noche. Están presentes Glyn Johns y Steve Miller , que está grabando con su banda Brave New World . «Lo eché todo fuera, a la batería. Fue un momento extraño en mi vida y me salieron las primeras canas en el pelo», confesará en su libro Many Years From Now . De aquella sesión salió el tema «My Dark Hour».

La edición conmemorativa de «Abbey Road» cuenta con abundante material inédito

Pese a todo, no cabe duda de que el espíritu de trabajo de The Beatles no se vio afectado y los meses de julio y agosto fueron muy fructíferos. Vuelta a la bendita rutina de los estudios EMI, junto a George Martin. Se los ve felices, bromeando en las tomas que ahora ven la luz, infatigables a la búsqueda de la perfección . Es este, sin duda, un disco feliz, para un final feliz. Incluso George Martin se atrevió a jugar a lo sinfónico, antes de que se inventara el rock sinfónico, grabando como una pieza toda la cara 2, durante las sesiones de «The Long One». «Quisimos, sin ser pretenciosos, realizar una forma de arte».

La ventaja de las tomas ahora editadas en esta edición 50 aniversario es descubrir cómo fueron registradas algunas de ellas en directo. Así por ejemplo, destaca la toma casera de «Goodbye», Paul a solas con su acústica, trinando como un pajarito. Este prodigio melódico no fue incluido en Abbey Road , fue un regalazo que Paul le hizo a Mary Hopkin , cantante fichada para Apple que obtendría con este single un notable éxito, incluso en España. Al igual que la toma en el estudio, sobre piano y guitarra eléctrica, de «Something».

Es fascinante revivir el 20 de agosto de 1969, la última vez que The Beatles tocaron juntos como banda, de noche, fusionando los temas de corrido . «You Never Give Me Your Money», «Sun King», «Mean Mr Mustard», «Polythene Pam» (un homenaje a The Who y la fiereza de Tommy ), «She Came In Through The Bathroom Window», «Golden Slumbers», «Carry That Weight» y «The End». «The Long One» incluía «Her Majesty» (pista oculta al final de «The End»). George en el jardín de Clapton componiendo la inmortal «Here Comes The Sun».

Un amigo de John y Yoko, Iain MacMillan , fue el elegido para disparar las seis instantáneas del paso de cebra , a escasos metros de los estudios EMI. La idea fue entera total de Paul. La quinta fue la elegida, por ser la única en perfecta formación en V. Todo un icono.

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