Las influencias secretas de Star Wars

El próximo viernes se estrena la séptima película de la saga creada por George Lucas. Contamos aquí las historias en las que se basó su creación

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Esta es la historia de un hombre enamorado. Desde su estreno en 1977 y su ascenso (momentáneo) a la categoría de film más taquillero de la historia, «Star Wars» fue considerada por muchos críticos y cinéfilos como un film fundacional, el creador de un género nuevo (a mitad de camino entre la ciencia ficción y la fantasía). George Lucas asumió con muchísima ligereza la etiqueta de visionario, un papel que alimentó durante décadas proyectando una determinada imagen de sí mismo.

La innegable importancia de «Star Wars» en todos los niveles de la industria del cine y de la cultura contemporánea cinceló en mármol esa idea de Lucas como creador, ignorando la esencia del cine como un arte colaborativo y por ende las decisivas aportaciones a la saga de Ralph McQuarrie y de Lawrence Kasdan, nombres poco conocidos para el gran público.

El primero, creador del diseño de producción, el segundo el autor del guión que convirtió el cuento de hadas maniqueista de la primera parte en la oscura, compleja y shakespeariana segunda entrega. Sin ellos, «Star Wars» podría haber sido un pulp más, en lugar de una de las mayores aportaciones culturales del último medio siglo.

Si Lucas merece ser admirado por algo es por su capacidad para el amor. El amor de un niño pequeño por los seriales de su infancia, como Flash Gordon (1936), un amor obsesivo que le llevó a querer adaptar a toda costa la creación de Alex Raymond —el auténtico creador de la space opera junto a Edgar Rice Burroughs—, y al no lograr los derechos decidió crear el suyo propio, iniciando un viaje de descubrimiento de años.

Claras referencias

Visualmente, las influencias de Flash Gordon, en la que aparecen una ciudad en las nubes, un título inicial que se desvanece en el infinito y un maligno emperador al que se opone un único héroe rubio rescataprincesas es muy conocida y reconocida por Lucas. La que nunca ha admitido ha sido la influencia del serial fílmico «The Devil Fighting Dogs» (1938), en concreto del personaje de El Relámpago, uno de los primeros supervillanos enmascarados de la historia del cine, que iba a todas partes enfundado en su casco negro y con sus esbirros de armadura blanca. Juzguen ustedes por las fotos. Muy obvia y conocida es su relación con Akira Kurosawa, cuya «La Fortaleza Escondida» (que arranca con un campesino gordo y uno alto, llamados Tahei y Matashichi, que en su camino por el desierto encuentran a un viejo anónimo, en realidad un general de una guerra olvidada) es una de las referencias más poderosas, al igual que Sanjuro o Yojimbo, de las que toma elementos como el de esconderse bajo el suelo o la famosa escena de la cantina.

También el poderío visual de «El Triunfo de la Voluntad» (1935), de Leni Riefenstahl, cuya megalomanía nazi es convertida en la supremacía de los ejércitos imperiales (no en vano se les llama stormtroopers, el mismo nombre que la infantería de asalto del Führer) tiene un potente influjo en las películas. Quizás el giro más sorprendente en la puesta de la primera entrega de la saga sea el momento en el que Lucas calca el plano de la entrada de Adolf Hitler en el congreso de Nuremberg, pero en lugar de asignárselo a los malos de la película lo emplea para la entrada de Luke, Han y Chewbacca en el Salón del Trono para recibir sus medallas de manos de la Princesa Leia. De haber concluido ahí la saga de las películas, con los rebeldes comportándose de forma muy similar a los imperiales, el mensaje de la historia podría haber sido muy distinto. Es recomendable ver esa escena final sin la alegre música de boda que Williams le imprime a la secuencia, y de pronto resulta terriblemente oscura. Comparen en las fotos.

Hay decenas de referencias fílmicas que Lucas emplea en su historia, desde la lucha de espadas entre Errol Flynn y Basil Rathbone en «Las Aventuras de Robin Hood» (1938), hasta «El Mago de Oz» (1939), de la que extrae incontables elementos. No hay espacio para narrarlas todas, pero sí que podemos detenernos en el momento en el que están en la cabeza de Lucas, bullendo en las sucesivas y fallidas reescrituras de guión que no conseguía la aprobación de los estudios.

En ese momento, Lucas redescubre —ya lo había leído en la universidad, quizás cansado, quizás obligado, quizás sin entender— un ensayo oscuro, casi desconocido, de un experto en mitología llamado Joseph Campbell. El ensayo, titulado «El Héroe de las Mil Caras» (1949), partía de la idea de un antropólogo alemán llamado Bastian que fue el primero en proponer que todos los mitos del mundo parecían partir de las mismas ideas elementales. El psiquiatra suizo Carl Jung había investigado en ese sentido, para intentar comprender los sueños de sus pacientes, sugiriendo una serie de arquetipos de personaje inscritos en el subconsciente de las personas (incluyendo un héroe, un mentor y una búsqueda como elementos esenciales).

Denominador común

Campbell se alza sobre estos principios y rastrea una ingente cantidad de historias de todo el mundo, descubriendo un denominador común, un esquema poderoso presente en todos los relatos al que denomina Monomito, una leyenda universal e inmutable, tan inscrita en nuestro cerebro que forma parte del hardware en lugar del software, y que termina dando forma a todas las historias que conocemos, al igual que un vaso al agua que se echa en su interior.

El monomito se descompone en doce pasos o etapas, a los que denomina «El viaje del héroe». Cuando Lucas descubre este esquema, elimina todos los elementos superfluos de su historia, adaptándolos a esta leyenda universal. Así, el viaje del héroe comienza en un mundo ordinario en el que el protagonista recibe una llamada a la aventura (el mensaje de la princesa Leia insertado en R2D2). Enseguida el protagonista rechaza la llamada (Luke debe ayudar a sus tíos con la cosecha y no puede alistarse en las filas de la Rebelión). Se produce una ayuda sobrenatural (el maestro Obi-Wan rescata a Luke Skywalker de los moradores de las arenas), y tras ella el cruce del primer umbral (el Halcón Milenario escapa de Tatooine).

Crear un héroe

Tras esta fase comienza la iniciación del héroe. El camino de las pruebas (Luke practica con el sable láser), el encuentro con la diosa (la princesa Leia, vestida como una sacerdotisa vestal), el descenso al vientre de la ballena (el compactador de basura), y la tentación (Luke es tentado por el lado oscuro). El encuentro con el padre (Darth Vader y Luke se encuentran por primera vez), la apoteosis (el momento en el que el héroe alcanza un estatus cuasidivino, representado por la muerte solo física de Obi Wan), el rechazo al regreso (Luke quiere vengar a Obi Wan, a pesar de que su labor está en otro lugar, y Han Solo le arrastra dentro del Halcón).

El regreso a casa es la última fase del viaje del héroe, pero para regresar debe triunfar sobre los malvados que ha encontrado en su camino. Se produce un vuelo mágico (la batalla final) y una recompensa (la destrucción de la Estrella de la Muerte), tras la que se produce el premio final, que es la libertad de vivir con lo aprendido.

Y esta es la historia de cómo Lucas convirtió su amor en una historia, que luego convirtió a su vez en película. Y de cómo un hombre enamorado del cine, logró inocularnos a todos el amor eterno e incondicional a la gran pantalla.

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