Indy sacó oro puro de las tumbas
Indy sacó oro puro de las tumbas - ap
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Tumbas, arqueología y claquetas

Con gran fruición el cine ha basado muchas de sus historias en los tesoros ocultos y, generalmente, con escaso rigor y respeto

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Andan los historiadores revueltos con la tumba descubierta de la madre de Alejandro Magno y, casi al instante, se nos ha ido la mente a Angelina Jolie y no a Olimpia de Epiro, que era lo justo, correcto y necesario, pero claro no es lo mismo una y que otra y es que Angelina es Angelina.

Si yuxtaponemos ambos conceptos veremos que no es extraña la dualidad de mentes al respecto, no en vano el cine se ha basado muchas veces en la arqueología, las tumbas y los tesoros malditos para confeccionar sus guiones. Ciertamente, la mayoría de estas veces ha sido solo una excusa en busca de la aventuras de turnos: buenos buscan tesoros en las profundidades, generalmente para donarlos a los museos correspondientes, que es lo correcto, y los malos para quedárselos, vendérselos al mejor postor y ancha es Castilla.

Evidentemente, donde el cine ha sacado mayor tajada de esto ha sido en los Indiana Jones donde Harrison corría y corría y los tesoros se llenaban de barro y lluvia para luego acabar vengándose a su manera, es decir, con la madre naturaleza exhibiendo su furia.

La propia Angelina hizo sus pinitos, más chulescos que otra cosa, con la saga de «Tomb Raider», mientras que mucho más festivas (incluso) y con cero rigor histórico fueron las películas de La Momia. También un poco en las profundidades estuvo basada la olvidable «Sahara», cuando Matthew McCounaughey aún no se había transformado en actor de verdad

Nicolas Cage se metió también en minas y secretos con «La búsqueda», más que olvidable proyecto a pesar de Diane Kruger intentó hacernos olvidar el mediocre rato. Aunque muchos no lo recuerden, algo de «El paciente inglés» hablaba también de arqueología, no en vano el Conde Lazlo E. Almásy combinaba sus labores de espía disfrándolas de excavador a tiempo parcial. De hecho, la escena más sobrecogedora de la película (cuando Ralph Fiennes saca a la excelente Kristin Scott Thomas muerta) sale de la cueva donde la había dejado medio abandonada.

Pero sin embargo, y paradójicamente, lo más serio que hemos tenido en la pantalla en arqueología ha sido Tadeo Jones, que era el único de todos los personajes que en realidad respetaba los tesoros ocultos como lo que son. Y es que a veces los dibujos animados son mucho más serios que la propia realidad ficcionada.

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