«Cádiz debe estar orgullosa de lo que va a representar para el español»

Flanqueado en su presentación por el presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, Diego Calvo, Montero definió con tres palabras cómo se sentía de que la cita trianual se celebre en Cádiz «feliz, feliz, feliz». Esta Santísima Trinidad de vocablos, que siendo tres, son uno, estaba matizada con su exquisita educación: «Hasta el final defendí que la cita se celebrara en Arequipa, tal y como se había acordado. Pero cuando se vio que era imposible se comprobó que, para buscar alternativa, la única candidatura lo suficientemente madura era la de Cádiz».

Pese a ser poeta (iba a presentar en la Fundación Cajasol, a las 19 horas, 'Un año y tres meses') en su rueda de prensa fue tremendamente concreto. Así, indicó que se espera la presencia de entre 250 y 300 participantes en el Congreso entre académicos, ponentes y organizadores. A esos habría que sumar la prensa, los técnicos y los espectadores.

Respecto a los contenidos del Congreso, volvió a insistir en que «se ha respetado el lema del Congreso de Perú, 'mestizaje e interculturalidad', pero se han tenido en cuenta las características de una sede como Cádiz'». Entre estas características estarían su peso dentro del español que llegó a América y su posición de frontera con las influencias idiomáticas del Magreb.

«También es una buena ocasión -indicó el escritor granadino- para reivindicar la pluralidad de las hablas del español. Durante mucho tiempo se miró con cierta altanería las variantes del idioma, cuando un gaditano habla como habla y lo hace bien, igual que alguien de Salamanca o de Buenos Aires». «El territorio de la lengua es muy especial para reflexionar sobre el mestizaje y la diversidad. Una diversidad que ha conseguido que el español sea el segundo idioma nativo más hablado en el mundo».

Lo que parece claro es que el grueso de las actividades oficiales del IX Congreso de la Lengua se celebrarán en Intramuros. Para las sesiones de la mañana se opta por el Palacio de Congresos y para los actos culturales, para el Teatro Falla (que acogerá los conciertos programados para ahondar en la relación entre el flamenco y la música amerindia). También estarían negociando ubicaciones con el Ayuntamiento de Cádiz, la Universidad y la propia Asociación de la Prensa.

Debido al cambio repentino de la sede del Congreso (recordemos que fue en diciembre cuando se comunicó de manera oficial que no se realizaría en Perú, sino en Cádiz) parte del programa no ha podido cerrarse aún. «Teníamos académicos, en especial de edad avanzada, que por motivos de salud podían ir a Perú y no a España; ahora, nos sucede lo contrario», detallaba.

Si adelantó, no obstante, que habrá un par de conciertos y exposiciones de arte contemporáneo y fotografías. Además, se pondrá en marcha una exposición sobre la expansión bibliográfica en el Virreinato del Perú. García Montero destacó también la organización de una exposición sobre Antonio de Nebrija organizada por la Junta.

Y, cómo no, entre las actividades previstas por la cita de marzo habrá también encuentros con literatos. Al primero al que anunció fue al poeta nicaragüense Sergio Ramírez, en una pléyade de plumas que estará compuesta por nombres como el de Elvira Lindo o Soledad Puértolas.

No quiso olvidarse García Montero de la importancia que tendrán las actividades paralelas durante la semana previa al Congreso. Recordó la estrecha colaboración que hay con entidades sociales y especial con el Ayuntamiento de Cádiz al respecto.

Por último, y en un nivel íntimo que retoma el comienzo de este reportaje, García Montero destacó su particular emoción de vivir este congreso en Cádiz como director del Cervantes. «Tengo casa en la Bahía y, sobre todo, tengo una relación íntima con esta ciudad, a la que llegué en los años 80 con Rafael Alberti y en donde le rendimos uno de sus primeros homenajes».

«Cádiz debe reivindicar su papel en la historia del español pero, también, debe estar muy orgullosa de lo que puede representar para el español en las próximas fechas», se despidió Luis García Montero.