AÑO MURILLO

La modernidad de Murillo en una gran exposición de arte contemporáneo en Sevilla

La exposición «Aplicación Murillo» mostrará la modernidad de su obra a través del diálogo con artistas Picasso o Pepe Espaliú

«Niño con cinta», de Helen Lewitt, la influencia del pintor en la fotografía del siglo XX ABC

Jesús Morillo

La recta final del Año Murillo reservaa dos de las exposiciones más ambiciosas de la conmemoración del IV centenario del pintor y que abrirán sus puertas en otoño. La primera, por las obras maestras de Murillo de grandes pinacotecas que aspira a mostrar, es la antológica que acogerá el Museo de Bellas Artes .

La segunda, por la ambición de su planteamiento, quiere presentar su huella en el arte contemporáneo y, sobre todo, una relectura de la obra del pintor , que muestre «un Murillo vivo, releído como el artífice de la modernidad ».

La cita es del artista Pedro G. Romero , comisario junto a Luis Martínez Montiel y Joaquín Vázquez , de «Aplicación Murillo. Materialismo, charitas y populismos» , que abrirá sus puertas del 5 de diciembre al 3 de marzo en varias sedes: el Hospital de la Caridad , el Espacio Santa Clara , la sala Atín Aya del Espacio Turina y el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla ( Cicus ).

La exposición presentará más de un millar de piezas con el objetivo, según señala este comisario, de dejar atrás lugares comunes que ha venido arrastrando la obra de Murillo para reevaluarla y mostrar su conexión con la creación actual.

Así, la muestra albergará obras de Picasso , Sonia Delaunay, Dora Maar, Joseph Beuys , Man Ray, Marcel Duchamp , Sol LeWitt, Walker Evans, Tacita Dean, Tarsila do Amaral , Jean Luc Godard, Víctor Erice, Equipo Crónica, Pepe Espaliú , Esther Ferrer, Ángeles Santos , Julio Romero de Torres e Ilya Kavakov, entre otros.

Las obras provienen de instituciones como La Caixa, el Macba, Artium, Colección Arco C2M y el Museo Nacional Centro de Are Reina Sofía , entre otros. Este último museo, por el volumen de los préstamos, será institución colaboradora de la muestra.

«La exposición no es para que digamos qué gran artista era Murillo, sino preguntarnos por qué en la ciudad funciona como un refugio conservador de un clasicismo malentendido frente a la modernidad, cuando en su ADN están las herramientas que nos permiten dar nuestra propia visión de la modernidad », explica Pedro G. Romero, con una producción que alterna el arte, el interés por la cultura popular -especialmente el flamenco-, la teoría estética y la labor como comisario de exposiciones.

De esta forma, «Aplicación Murillo» pretende insertar al pintor en el canon de la modernidad , de donde salió en la época de las vanguardias y donde no comenzó a regresar hasta la postmodernidad.

«Muchas veces la reivindicación de lo propio pasaba por el desprecio de Murillo que había dentro del mismo arte español, frente a Velázquez, Zurbarán, Valdés Leal ... que fueron fuente de legitimidad. Pero ahora hay una serie de sensibilidades que tienen que ver con cuestiones como el giro social, la recuperación del espacio público, la feminización del arte... que han hecho que Murillo vuelva a ser idóneo, con u na óptica más adecuada para el presente ».

«Dos hermanos», de Ángeles Santos ABC

Esa «reordenación» de la lectura hay que buscarla dentro de la propia obra de Murillo , en las emociones a las que «sigue apelando, porque el arte está mucho más allá de las circunstancias históricas en que se produjo». explica.

En ese sentido, recuerda que Hegel consideró en su «Estética» a Murillo como el primer artista moderno , por pintar con dignidad y alegría de vivir, y «tan despreocupados como los dioses del Olimpo», a los niños del lumpen sevillano.

Esa mirada de Murillo sobre la pobreza, continúa Pedro G. Romero, la rastrea el crítico de arte Jacques Rancière , en la obra de fotógrafos del «New Deal» , como Walker Evans , Helen Levitt y Lewis Hine , «de la que vamos a tener una enorme representación» en la exposición.

El Hospital de la Caridad

Porque la muestra se estructura, por la naturaleza de sedes como el Hospital de la Caridad , como «pequeñas estancias donde se establecen relaciones con el espacio y entre las obras, que serían como una colección óptica para mirar a Murillo de otra manera . La Caridad permite introducir un discurso que habla de la modernidad sin filtro, porque Valdés Leal o Murillo son muy modernos... allí habrá pequeñas obras para que ese giro se lea, aunque todavía me parece más potente poder reescribir la cartela con una intención contemporánea y releerlo desde esa perspectiva».

Otro ejemplo de la conexión entre Murillo y la contemporaneidad está en Pepe Espaliú y toda su producción relacionada con su acción «Carrying» . «Él y Guillermo Paneque , toda esa primera hornada de la Máquina Española, eran muy Valdés Leal y de todo ese imaginario de la vanitas. Pero con la enfermedad, con el SIDA, Espaliú da un giro y me contó entonces que de la Caridad no eran los cuadros de Valdés Leal lo que más le interesaban, sino la relación entre Miguel de Mañana y Murillo en torno a la misericordia . El “Carrying” es el carrito que tenía Mañara con el que iba a recoger los curpos de los muertos. Tanto su monumento como el cuadro con San Juan de Dios cargando con los enfermos, provocan su trabajo».

Otra relación más entre la obra de Murillo y la modernidad a la que se sumarán otras relecturas que tienen que ver con lo popular , de las famosas cajas de membrillo a las reproducciones que realizaron artistas como Ramón Gaya para las misiones pedagógicas de la II República , pasando por pasatiempos en las páginas de ABC; y con la influencia que detecta este comisario en la abstracción sevillana que representan artistas como Ignacio Tovar y Juan Suárez .

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