El Prado canoniza a Picasso: lo sitúa entre El Greco y Velázquez

Su ‘Busto de mujer 43’, depositado durante cinco años, se exhibe en una sala del museo junto a 'El bufón Calabacillas', del sevillano, y retratos del cretense

Miguel Falomir, director del Prado, esta mañana en el Prado. A su espalda, de izquierda a derecha, 'El bufón Calabacillas', de Velázquez; ‘Busto de mujer 43’, de Picasso, y cuatro retratos del Greco ISABEL PERMUY

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Picasso ya cuelga en el Prado, museo del que fue nombrado director el 19 de septiembre de 1936 . Aunque aceptó el nombramiento, nunca tomaría posesión formal del cargo. Está en la sala 9B del edificio Villanueva, donde luce ‘Busto de mujer 43’ (pintado en un solo día, el 7 de octubre de 1943, en su estudio de la la rue des Grands-Augustins de París, donde pintó el 'Guernica'), valorado provisionalmente en unos 8,5 millones de dólares. Se trata de un depósito por cinco años , realizado por American Friends of the Prado Museum , a los que la Aramont Art Collection de la familia Arango Montull ha donado. Pasados los cinco años, se espera que, al igual que ocurrió con el ‘Retrato de Felipe III’ de Velázquez, acabará siendo donado al Prado.

Picasso no puede estar en mejor compañía. A un lado, Velázquez y su 'Bufón Calabacillas' . Fue uno de los dos cuadros que Picasso copió, a los 14 años, en su cuaderno durante su primera visita al Prado en 1895 (el otro fue 'Francisco Lezcano, el niño de Vallecas'). Los dibujos, realizados en lápiz de plomo, se hallan en el Museo Picasso de Barcelona. Al otro lado, un grupo de retratos del Greco : 'El caballero de la mano en el pecho', 'Jerónimo de Cevallos', 'Retrato de un caballero joven', 'Caballero anciano'... En la sala, además de las espléndidas pinturas del Greco para el retablo de doña María de Aragón, hay un guiño a los donantes del Picasso (los herederos del hermano mayor de Plácido Arango): se exhibe 'El Calvario' de Luis Tristán, que donó al museo Plácido Arango , quien fue presidente del Patronato de la pinacoteca. En 1897 Picasso se registró en el libro de copistas del Prado para estudiar la obra de Velázquez. Ese año copió también 'La Anunciación' de Murillo y una Venus de Tiziano. Decía Picasso que Velázquez «es de primera» y El Greco «tiene unas cabezas magníficas» .

«No queríamos ofender a nadie»

Javier Solana, presidente del Patronato del Prado , no escondía esta mañana, durante la presentación, su felicidad y satisfacción: «Es un día muy especial para mí, por muchas razones. El Prado y la cultura española son hoy mejores que hace unos meses». Explica Solana que esta operación se hizo «con inteligencia y el máximo cuidado . No queríamos ofender a nadie . Hubo conversaciones con la presidenta del Patronato del Reina Sofía, Ángeles González-Sinde . Fui ministro de Cultura y conozco muy bien la normativa». Se refiere al Real Decreto de 1995 , que establece la fecha del nacimiento de Picasso (1881) como límite del reparto de las colecciones entre el Prado y el Reina Sofía. La entrada de Picasso en el Prado se salta este Real Decreto, nunca derogado, pero que, según Solana y el propio director del Prado, Miguel Falomir , así como algunos patronos del museo consultados por ABC, quedaría revocado por las Leyes del Prado y el Reina Sofía, de rango superior y que otorgaban autonomía a ambos museos.

Miguel Falomir recuerda que, antes de aceptar el depósito del Picasso, llamó al Ministerio de Cultura y, tras consultar a la Abogacía del Estado, se dio luz verde a la operación: « Ni el Prado ni el Ministerio de Cultura cometen actos ilegales , se ha ajustado a la legalidad vigente». Niega que haya detrás de ello ningún plan o estrategia para arrebatarle el 'Guernica' al Reina Sofía («está allí maravillosamente, no habrá ninguna reclamación del Prado»): « Picasso no es un capricho ni una ocurrencia para el Prad o . Desde una perspectiva histórico-artística es irreprochable. Visitó el museo, se empapó y copió a maestros como Velázquez, El Greco y Goya, que fueron determinantes en su concepción del arte. En su vejez estuvo obsesionado por 'Las Meninas' , hizo numerosas versiones de este cuadro. Un maestro como Picasso es consciente del peso que tuvo el arte anterior a él. El Greco y Velázquez tuvieron muchísimo significado para Picasso». Cita Falomir que en la National Gallery de Londres cuelga una obra de Turner junto a su admirado Claudio de Lorena. La colección de Turner se halla en la Tate Britain. «Son momentos mágicos. Aquí ocurrirá igual», advierte Falomir, aunque puntualiza: « Picasso no es el epílogo de la colección del XIX del Prado ». En cuanto a si el Picasso podría acabar en otro museo español, como ya ocurrió con una obra de Juan Gris, donada por Douglas Cooper al Prado y que fue a parar al Reina Sofía, dice el director del Prado que «la voluntad del donante es sagrada» .

Entender al Greco y a Velázquez

A Javier Portús , jefe de Conservación de Pintura Española del Prado, ver a Picasso junto al Greco y Velázquez le resulta «absolutamente natural. No solo sirve para entender mejor a Picasso y de dónde viene parte de su arte, sino también para entender mejor al propio Greco y al propio Velázquez. Ahora nos parece normal el retrato de Calabacillas, pero cuando se hizo era absolutamente inaudito que alguien posara sentado en el suelo junto a un rincón. No sabes dónde tiene las piernas, su rostro está desenfocado. Picasso hace una distorsión parecida en sus retratos. Entiendes mejor lo que significa Velázquez». ¿Picasso ayuda a entender a Velázquez? «Sí. No solo lo digo yo. Antonio Saura , uno de los escritores de arte más inteligentes que ha habido en España, decía que no solo el arte antiguo ayuda a entender el moderno, no solo Velázquez ayuda a entender a Picasso, sino que el arte moderno ilumina el pasado, Picasso ayuda a entender a Velázquez y al Greco . Si Picasso está en esta sala no es para que le conozcamos mejor, sino para que entendamos mejor a Velázquez y al Greco. Hay pocas obras a través de las cuales se entiende mejor la absoluta novedad del cuadro de Velázquez que este retrato de Picasso. Es una ubicación muy natural para Picasso: se entiende de dónde procede, cuáles fueron las fuentes que le alimentaron a la hora de distorsionar sus retratos desde un punto de vista expresivo. Y uno entiende la novedad que significó El Greco o lo inaudito de un retrato de enano de Velázquez».

‘Busto de mujer 43’ es «una muestra de la respuesta de Picasso a la violencia de la II Guerra Mundial . En muchas de las imágenes femeninas pintadas en ese periodo el artista deformó los rasgos de las figuras de un modo radical. En esta, lo hizo con trazos rápidos y muy seguros». Javier Barón , jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX en el Prado, subraya que el lenguaje cubista y expresivo está en la matriz de esta pintura, en la que Picasso profundiza en el motivo del busto de mujer: «Hay una violencia en el rostro (un ojo de frente y otro de perfil), una dislocación de los senos, parece que la mujer tiene una trompa o un hocico, semeja a un animal». Hay, en su opinión, afinidades entre Picasso y los maestros del Prado: los fondos, con pinceladas disueltas y las transparencias de la preparación; los negros, un sentido de la composición perfectamente resuelta, una intensa presencia vital...

«Picasso no gana, el Prado tampoco»

Pero no todo el mundo está de acuerdo con la presencia de Picasso en las salas del Prado. En una reciente entrevista con ABC, Antonio López , que fue patrono del museo, decía: «No pasa nada, pero Picasso no gana y la colección del Prado tampoco . Esa comparación de cuadros de otras épocas y algunos más recientes me chirría, no me gusta. No se debe de hacer. Me gustó ver en la sala de Velázquez a Giacometti, porque eran esculturas y los dos artistas son hermanos».

No es la primera vez que se exhiben Picassos en la pinacoteca, pero hasta ahora había sido solo en exposiciones temporales. Así, en 2006 se celebró ‘Picasso. Tradición y vanguardia’, comisariada por Carmen Giménez y Francisco Calvo Serraller, donde más de un centenar de obras maestras se exhibieron entre el Prado y el Reina Sofía. En 2014, obras de Picasso se mostraron en la exposición ‘El Greco y la pintura moderna’. Y un año después diez importantes Picassos del Kunstmuseum de Basilea se exhibieron en el Prado.

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