Sevilla ha vivido una de sus 'madrugá', más especiales. Después de dos años sin celebrarse por el coronavirus las calles volvieron a llenarse de ciudadanos, turistas y miles de nazarenos para acompañaron en silencio, durante más de 12 horas, a las dos Esperanzas y a seis hermandades más. Un silencio sólo roto por gritos y cantos de saeta desde los balcones. Más de 7000 efectivos velaron por la seguridad de ña noche más larga y emocionante de la Semana Santa sevillana.- Redacción-
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