‘Plantados’ contra Fidel Castro

En coincidencia con la marcha del 15-N, se estrena en España un filme sobre las torturas a los presos políticos en Cuba

Ángel Fco. deFana (izda.) y Luis Zúñiga, esta semana en Madrid ISABEL PERMUY
Susana Gaviña

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Ángel Francisco de Fana estuvo 28 años preso en las cárceles castristas. Como miles de presos políticos, que rechazaron el ascenso de un nuevo sistema totalitario como el comunismo, se negó a vestir el uniforme de preso común y a participar en el programa de rehabilitación, que le hubiera permitido aliviar las torturas que sufrían en la cárcel. Su relato es dramáticamente similar al de muchos otros cubanos que se autodenominaron con el nombre de ‘Plantados’. Tras veinte años de retraso desde el primer proyecto impulsado por Leopoldo Fernández Pujals , la historia ha sido recogida en un filme que hace unos meses ganó el premio del público en el Festival de Cine de Miami (donde reside la mayor comunidad de exiliados cubanos), y que el próximo 19 de noviembre llegará a las salas españolas.

La película, titulada ‘Plantados’, ha sido dirigida por Lilo Vilaplana, que ha contado con el asesoramiento de varios de los presos políticos que sufrieron las cárceles castristas. «Cada hecho del filme ha sido corroborado al menos por tres versiones», señala Fana, que reconoce que ha sido doloroso volver a recordar aquellos días, «en los que fueron asesinados muchos compañeros. Lloré muchas veces durante el rodaje». Para Fana, lo peor del cautiverio no fueron los golpes, los falsos fusilamientos o permanecer durante horas en pozas de excrementos, sino las celdas estrechas (gavetas) y hacinadas, «donde había cuatro personas que se turnaban para acostarse», explica a ABC.

Luis Zúñiga , que sufrió prisión en dos ocasiones (logró escaparse de una cárcel en 1973, y un año después volvió a ser detenido –y condenado a 25 años– cuando regresó a la isla para «rescatar a personas perseguidas en Cuba»), corrobora lo que dice su compañero. Y añade:«También las celdas tapiadas y las torturas con ruidos electrónicos. Hubo un preso, Rafael del Pino, que se ahorcó porque no soportaba los ruidos», recuerda.

Un momento del filme, en el que un preso es puesto ante un pelotón de fusilamiento en una cárcel cubana

«Una de las cosas más terribles –interrumpe Fana– es la familia. Estar incomunicado durante años sin visitas, pensando qué pasará con mis hijos, con mis padres... Y sabiendo que tal vez ellos están sufriendo más que nosotros al desconocer nuestros padecimientos. Y si al día siguiente estaríamos vivos».

«Una de las cosas más terribles –interrumpe Fana– es la familia. Estar incomunicado durante años sin visitas, pensando qué pasará con mis hijos, con mis padres...», recuerda Fana

Fana fue apresado por conspirar contra el castrismo, revolución que apoyó inicialmente hasta que se desencantó «tras el ataque a la prensa. Ya en 1959 me di cuenta de que eso era comunismo, y había que enfrentarse a ese sistema».

En el caso de Zúñiga, este tenía 11 años cuando triunfó la revolución, «y mi familia simpatizaba con ella». Luego llegaron las confiscaciones de propiedades y las nacionalizaciones. Y el incumplimiento de muchas promesas , «como reinstaurar la constitución, y que habría elecciones». Luego murió su padre, y a su madre le quitaron una de sus pensiones. La puntilla la dio la prohibición de estudiar Derecho «al no tener adscripción política, ni estar apuntado a los comités de defensa. Ya era abiertamente un régimen que si no te doblegabas a él, no eras ciudadano ni tenías esperanza de nada».

Movilizaciones en la isla

En la conversación no podía faltar una referencia a la Marcha Cívica por el Cambio, que tendrá lugar el próximo lunes, «un derecho que está reconocido en la Constitución cubana», subraya Fana, pero que el Gobierno cubano ha calificado de «ilícita».

«Después del 11-J ha habido un renacimiento de la atención de la comunidad internacional y de los medios hacia Cuba», afirma Zúñiga

También aflora el fenómeno de las manifestaciones masivas e históricas que tuvieron lugar el 11 de julio en medio centenar de ciudades cubanas, lo que ha logrado poner el foco sobre la isla. «Después de ese día ha habido un renacimiento de la atención de la comunidad internacional y de los medios hacia Cuba», cuya dictadura parecía estar normalizada. «Hasta ese día se ocupaban de Venezuela, de Nicaragua...». Aquellas movilizaciones, que fueron completamente espontáneas –«lo vi en vivo»–, demuestran, en su opinión, «que la revolución cubana no ha podido crear el nuevo hombre (a su imagen), el de ahora no es comunista y piensa del Che Guevara la realidad: que era un asesino y que no hizo nada en beneficio del pueblo cubano», subraya Fana. «Ese mito que existe internacionalmente sobre el Che a los jóvenes cubanos no les ha engañado. No quieren ser como él, como obligaban a decir en las escuelas. Quieren ser como los ciudadanos españoles que buscan tener prosperidad».

Zúñiga, por su parte, está convencido de que la dictadura cubana tiene los días contados: «Los jóvenes que salieron el 11-J lo hicieron porque vieron cómo vivieron sus abuelos y sus padres, y ellos no quieren vivir de esa manera. Quieren vivir en libertad. Internet les mostró lo que el régimen les ocultó», zanja.

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