Qué es la libertad

Pedro Delgado: «Creemos que el ciclista es un ladrón»

Fue la alegría de España en tiempos de incertidumbre y de poca autoestima. Nació en Segovia en abril de 1960. Ganó el Tour en 1988

Pedro Delgado EFE
Salvador Sostres

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¿Qué es la libertad?

—Decidir. No me gusta la mascarilla pero me la pongo para respetar a los demás.

No es adulto encerrarse para resolver los problemas.

—Si es para siempre, no.

Segundo confinamiento.

—Los que claman para cerrar el país. No es la solución. Parar no soluciona nada. Lo que soluciona es avanzar. Con medidas, claro. Pero la vida sigue y enterrarnos no sirve.

La Vuelta.

—Tiene un gran formato, muy apreciado internacionalmente. Ha crecido tanto que países como Portugal, Holanda o Francia quieren que salga de allí. Lo que pasa es que a los españoles nos cuesta creérnoslo.

Elton John.

—Cuando le veo confesando lo que se ha metido pienso que la libertad no merma la personalidad. Pero lo que en los artistas crea fascinación, en los deportistas crea rechazo. El EPO es una tontería al lado de la cocaína y las dos sustancias influyen en el resultado.

Decepción y mito.

—Un ciclista que se dopa, decepciona, con Elton crece el mito.

El talento.

—Se gana por talento, no con las sustancias. Armstrong es un campeón. Igual no habría ganado 7 Tours, pero habría ganado 4 o 5.

Agravio comparativo.

—Lo hay y duele. Hay en deportes que casi no se hacen controles y en otros dicen antes de la competición, quién va a pasar el control.

A saco.

—Con el ciclismo se va a saco. En el fútbol mandan mucho los clubes, pero el ciclista es una víctima de la Unión Ciclista Internacional, la policía que siempre cree que eres un ladrón.

Los equipos.

—Y además los equipos no defienden al deportista involucrado, por la imagen que da. Aunque sepan que eres inocente, te quedas sin equipo «por si acaso». La duda se ha apoderado de la verdad.

Los medios de comunicación.

—Un gran ciclista gana una carrera y no sale. Un desconocido se ha dopado y sale en todas partes.

Origen del ciclista.

—Un día estaba en Pinto y pensé: «De aquí no puede salir un ciclista: todo autovías, todo llano, mucho calor». Y Alberto Contador es de Pinto. Dicen que la rosa más hermosa es la que nace en el desierto. También en Holanda hay escaladores, aunque no haya ni una cuesta. El talento nace donde quiere.

Es mejor fumar que lo que ustedes le hacen a su cuerpo.

—Yo ahora veo estas etapas de 200 kilómetros y tres puertos y me pregunto cómo lo pueden hacer. Ahora a partir de los 100 kilómetros y medio puerto veo al tío del mazo.

La punta de la flecha.

—Pero cuando eres joven tu cuerpo está preparado. La punta de la flecha se va afilando. Si ganas, te animas, te creces. Y, aunque es muy duro, puedes. Lo más duro es el aspecto psicológico.

Hombre, no me diga esto.

—Tú, porque para el esfuerzo físico no estás preparado. Para el gintónic te has entrenado a fondo.

El Tour fue lo mejor de su vida.

—Sí, por la repercusión mediática que tiene. Pero la ilusión es por ganar cada carrera. Las primeras veces se te quedan grabadas para siempre.

Costó.

—Se me iba escapando, pero al final lo conseguí. En el primero, en el 83, sin experiencia, lo pude haber ganado pero enfermé. En los siguientes Tours, me rompí la clavícula, falleció mi madre, todo me pasaba en Francia. Hasta que en 1988 por fin gané.

El mejor elogio.

—Me dicen muchos elogios y se agradecen, pero también, al ser una persona pública, recibo muchas críticas y no gustan. Al final trato de no hacer un mundo con ninguno de los dos.

Marca España.

—Yo sentí el cariño de la gente. Pero son ruedas. Lo importante es alimentar la marca España. Luego vino Induráin, Alonso, Nadal.

Ser un ejemplo.

—Tú sabes que inspiras a muchos pero no puedes ser otro para ser un ejemplo. Tienes que hacer las cosas según llegas. Si has tenido una trayectoria es lo que va a permanecer y es inútil tratar de fingir. Si eres un quinqui, tarde o temprano te saldrá el quinqui y será más ridículo si lo has tratado de disimular. Que la gente me quiera y me admire está bien, pero yo no seré otro para satisfacer a nadie.

Fanáticos.

—Hoy en las redes sociales hay mucho fanático. Javi Guerra es ahora el segoviano más ilustre. Es el atleta que nos representa en las Olimpiadas y con opción a medalla. Durante el confinamiento tenía un permiso especial para entrenar y los que tanto le admiran le gritaban e insultaban. Cambió de plan.

¿Usted habría cambiado?

—No. A la gente no hay que darle la razón. No hay que ceder ante los cuatro zumbados que te critican sin motivo.

Usted dio el mayor júbilo a Segovia.

—Y los mayores disgustos si fallaba.

¿También se enfadaban con usted?

—No, pero porque no estaba allí. Luego me lo decían: «aquel día te habría matado». En Segovia, como en todas partes, hay mucho loco que hace de su objetivo en la vida cualquier cosa.

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