MÚSICA

Miguel Poveda, puente y aparte desde La Habana

El cantaor de flamenco publica este viernes 10 de diciembre nuevo disco: 'Diverso', uno de sus proyectos más globales, con el que revisamos toda su discografía

Fragmento de la portada del nuevo álbum ABC

Luis Ybarra Ramírez

Se le ha visto entrar, casi imberbe, en una habitación jerezana junto a Luis El Zambo para robar el aire de bulería que se tiene allá en el Sur. También triunfar, años después, en el Wizink Center de Madrid, con esa misma bulería y otros palos, estilos y canciones que ha ido armando alrededor de tres décadas de música. Miguel Poveda, ese chiquillo de Barcelona que prefería a Los Chichos cuando sus amigos escuchaban a los Stones, ha llevado la cultura que aprendió en las peñas flamencas al gran público. Ganó la Lámpara Minera en 1993 y, desde ese y otros puntos de inflexión, los oles de un país entero, apareciendo, por ejemplo, en la gala de los Goya lleno de hondura pero con una estética pop. Sacó a Rancapino de Chiclana en una exitosa pompa de tres por cuatro: 'Qué disparate'. Entendió que Jesús Méndez debía adentrarse en un estudio de grabación, como Kiko Peña, entonces un niño de Écija con la voz hecha pedazos. Poveda le ha cantado a la señora de la silla de al lado, de tú a tú, en un escenario de dimensiones muy reducidas, y ha agotado después las entradas de la Plaza de toros de la Maestranza de Sevilla para inaugurar La Bienal que cerró Paco de Lucía. Ha hecho de la copla un género que también tarareamos los que ahora rondamos entre los 20 y 30 años. Ha puesto, como antes lo hicieran algunos de sus ídolos, a Lorca en el centro de su piedra. Y también nos ha acercado con el eco lastimado la palabra de Ángel González, Borges, Quevedo y otros muchos poetas que no habían gozado de demasiada presencia en el flamenco hasta entonces. Poveda, en definitiva, es tal vez el cantaor de su generación con la obra de mayor envergadura . Este viernes 10 de diciembre publica nuevo álbum, 'Diverso', y parece motivo de celebración. O, si cabe, de revisión.

El tiempo pasa volando, como se titula su trabajo anterior, y es tiempo, además, de retrotraerse en su discografía para entender el contexto en el que se ubica. Su generación, desaparecidos Enrique Morente, El Lebrijano y tantos otros maestros directos, está huérfana de ídolos con los que tomar un café. Se ha visto, de forma temprana y azarosa, obligada a dar un paso hacia delante. Y él es, fuera de las fronteras de lo jondo, una garganta de referencia entre sus coetáneos. Con María Jiménez ha vuelto a colocar la rumba bambinera en la palestra, como ya hizo versionando el 'Quiero' para la película 'Tarde para la ira', de Raúl Arévalo . Junto a Diego Carrasco se llenó el cuerpo de alfileres de colores para que tomara entidad de hit. Con los tangos de Triana, puente y aparte, meció lo que antaño bailaron los gitanos con El Titi para devolverlo a las masas en su estado natural y primigenio. Como siempre pero, por alguna razón que se nos escapa, para todos. No toca los cimientos del cante en exceso, pero sí que, innegablemente, los convierte en agua potable. Sobre todo, en los estilos festeros.

En sus conciertos , quien lo probó lo sabe, se arranca una nube del pecho para mostrarla a los espectadores durante más de dos horas. Esa es la duración que necesita para quebrarse por seguirillas y adaptar sonetos en directo, pasar por la copla, la canción, la música latinoamericana y todos los géneros y etapas que en él convergen. También para leer una vieja carta. Tatuarse la complicidad en los ojos y emocionar a aficionados y neófitos por igual.

El de Barcelona estrenó una sensación contemporánea de libertad al hablar de homosexualidad sin una necesidad forzosa de reivindicar nada y sin emplear, por supuesto, eufemismos. Claro como una soleá. Ha cantado en catalán , en el disco 'Desglaç', y colaborado con las máximas figuras con las que ha tenido oportunidad de coincidir, aunque no tuvieran mucho que ver con su propuesta: Raphael , Alain Pérez, Juan Gabriel, Chavela Varga s, Serrat , María Dolores Pradera, Pedro Guerra, Ara Malikian, Manuel Carrasco, Víctor Manuel… Es, por todo ello, una voz del cante con un pie en cada frontera. 'Triana, puente y La Habana', el single con el que avanza 'Diverso', promete una explosión de color y encuentro. Un trazo al pentagrama donde colocar las líneas sinuosas que lo han traído hasta aquí. Las idas y vueltas, lo oscuro, la tierra de calma que transitó con el productor y guitarrista Juan Carlos Romero y el porvenir. Que todo se resuelve en forma de incógnita: quién sabe por dónde se levantan sus confines.

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