Les Luthiers depositan su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

Los humoristas dejaron documentos que sintetizan el más de medio siglo de historia del grupo

Les Luthiers junto al director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, en la Caja de las Letras Efe
Julio Bravo

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La historia -condensada, naturalmente- de Les Luthiers descansa en la Caja número 1224 de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes . Los humoristas argentinos han depositado en ella un generoso legado -«Ana Belén solo dejó ¡un libro!», recordó Carlos López Puccio- que permanecerá allí hasta el 4 de septiembre de 2042.

«Son un ejemplo de la sutileza del idioma y de la imaginación», dijo Luis García Montero , director del Instituto Cervantes sobre el grupo que forman actualmente Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Horacio Turano, Martín O'Connor, Tomás Mayer Wolf y Roberto Antier . Los humoristas presentan mañana en Madrid su espectáculo «Viejos hazmerreírers», con la ausencia por enfermedad de Marcos Mundstock.

Los dos veteranos del grupo, Jorge Maronna (uno de los cuatro fundadores) y Carlos López Puccio, presentaron los objetos que depositaron en la caja : «al saber que nosotros dejábamos nuestro legado muchos otros artistas que también lo dejaron han exigido que se lo devuelvan», bromeó López Puccio.

La Caja número 1224 alberga ahora la primera hoja de la que es una «piedra fundamental» en la historia del grupo: la primera página de la partitura de la « Cantata Moratón » (más tarde rebautizada como Laxatón), «una parodia de la "Pasión según San Mateo" de Bach tocada con once instrumentos informales», según explicó Maronna. « Está escrita sobre papel para planos , porque las copias eran más baratas».

Hay además en el legado una carta que el fallecido Gerardo Massana , otro de los creadores de Les Luthiers, escribió a sus padres en 1967, cuando se constituyó el grupo; varias fotografías de su primer recital; la primera gacetilla de prensa, escrita por Marcos Mundstock; textos de varias obras, con sus tachaduras y correcciones; varios libros, entre ellos «Neneco», la biografía del desaparecido Daniel Rabinovich y un ejemplar de « Mi primer Quijote » que perteneció a Mastropiero. «Es muy adecuado para este lugar -dijo López Puccio-; Mastropiero no lo entendió cuando lo leyó, y ya era adulto».

Se completa el legado con una colección de los DVD de sus espectáculos; varios programas de mano, entre ellos el de su primer espectáculo, « Les Luthiers cuentan la ópera »; varios vinilos; una de las estatuillas de los premios Mastropiero; y dos «yerbomatófonos», instrumentos informales creados con mates. Con ellos interpretaron una pieza atribuida a Johann Sebastian Mastropiero de sospechoso parecido con la Novena Sinfonía de Beethoven.

Les Luthiers depositaron su legado en el marco de un homenaje que el Instituto Cervantes rindió a los humoristas argentinos. El acto estuvo presidido por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, y a él asistieron, entre otros, los miembros de Tricicle, Joan Manuel Serrat, Ana Belén y Víctor Manuel .

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