El Instituto Cervantes cerrará 2020 con 25 millones de pérdidas

La institución, que ha visto cómo este año han caído las matrículas y los cursos de español debido a la ausencia de actividad presencial en todos sus centros, atraviesa una situación económica muy complicada derivada del impacto de la pandemia

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, durante la rueda de prensa que ha ofrecido para hacer balance del año 2020 EP

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El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, echó mano de la poesía de Antonio Machado para describir la "difícil situación" que atraviesa la institución debido al "fuerte" impacto de la pandemia al hacer balance del año académico que se cierra. "El olmo seco y hendido es inquietante, pero esperamos anotar en nuestra cartera la gracia de las ramas verdecidas que permitan otro milagro de la primavera", dijo el también poeta.

Los "buenos resultados" económicos de años anteriores han permitido a la institución "flotar, más que navegar", así como la "reacción de la plantilla", a la que García Montero dedicó un especial agradecimiento por haber "intentado buscar remedios a este impacto de la pandemia". El Cervantes, que se financia con una transferencia del Estado y con su propio trabajo, a través de los servicios académicos prestados en sus 87 centros, contaba en 2019 con un presupuesto, prorrogado desde el año anterior, de 124,77 millones de euros, de los cuales un 47% es autofinanciación.

La llegada de la pandemia en marzo se convirtió en un macabro dominó que fue derribando, una a una, todas las piezas con las que la institución cuenta habitualmente para subsistir, empezando por la cancelación de cuentas actividades presenciales tenía pensado celebrar en todo el mundo, desde China a Brasil. Así las cosas, García Montero detalló que, hasta septiembre, el Cervantes ha perdido 18 millones de euros en autofinanciación, y calculan que a final de año las pérdidas ascenderán a 25 millones de euros (en 2018 "cuadraron las cuentas", y tuvieron 54 millones de ingresos), lo que se traduce en "una situación económica complicada".

Actividad presencial

En lo que respecta al número total de matrículas, en 2020 ha caído un 9%, pasando de las 148.600 de 2019 a las 135.736 de este año. Un descenso que también se ha hecho notar en los cursos de español: han bajado un 5,6%, pasando a 15.333, con 14.049 alumnos. "El paso de la actividad presencial a la no presencial -explicó García Montero- nos ha permitido mantener nuestra presencia, pero no ha evitado el impacto económico, porque se trataba de mantener fidelizado a nuestro alumnado, pero los precios de los cursos presenciales no son iguales a las ofertas en línea, rebajando la posibilidad de nuestros ingresos".

El impacto de la pandemia también ha sido importante en la certificación, otra de las actividades "fundamentales" del Cervantes. Las convocatorias de los Diplomas de Español como Lengua Extranjera (DELE) son presenciales, y el cierre de los centros ha supuesto una caída del 50%, hasta los 58.912 exámenes y diplomas en 2020. Con respecto al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE), la bajada ha sido del 28%. "La actividad presencial ha sido un problema en la pandemia -reconoció García Montero-, y reaccionamos en lo posible, estudiando un sistema de vigilancia en remoto para el examen SIELE que intentaremos poner en marcha a principios de enero". En la época más dura del confinamiento, el Cervantes se vio obligado a cancelar, en todos sus centros, 900 actividades culturales. De hecho, el total de asistentes a las mismas ha descendido este año hasta los 585.000, aunque 1, 7 millones de personas han participado en las ofertas no presenciales.

Por contra, y como único dato optimista de este año, la prueba de conocimientos constitucionales y socioculturales de España (CCSE), que evalúa el conocimiento de la Constitución y de la realidad social y cultural españolas y es uno de los requisitos para la concesión de la nacionalidad española para sefardíes originarios de España y para la adquisición de la nacionalidad para residentes en España, subió en un 13% este año. Una cifra que el director del Cervantes atribuye a que se trata de "una actividad solidaria y de servicio" para la que han hecho "convoctaorias extraordinarias". También acendieron en un 400% las consultas a la Biblioteca Electrónica de la institución.

Intentando huir de la tristeza, García Montero aseguró que esta crisis "nos invita a meditar sobre nuestras debilidades y fortalezas y a ver las posibilidades que tenemos en el futuro". En este sentido, es evidente que "el Cervantes, como representante de la lencua y la cultura españolas, tiene una clara voluntad presencial; enseñar un idioma es enseñar una cultura y para la cultura española la presencialidad y los vínculos son esenciales, somos una cultura del abrazo, pero el presente y el futuro nos invitan a pensar las posibilidades de las nuevas ofertas tecnológicas". Las clases no presenciales han abierto "nuevos horizontes" y el Cervantes espera poder aprovechar las "muchas demanda de matrículas de cursos" que hay en países en los que no está presente.

Recuperar la normalidad

Entretanto, la intitución está haciendo un "esfuerzo por recuperar la normalidad". Según reveló García Montero, "después del primer confinamiento y a la espera de lo que ocurra con esta segunda oleada", el 90% de los centros del Cervantes han iniciado ya algún tipo de actividad presencial, aunque a veces esta es sólo de administración. De cara al futuro, "en medio de la dificultad intentaremos desarrollar alguno de los proyectos que hemos conseguido poner en marcha", como la puesta en funcionamiento del Cervantes en Dakar, el primero del África subsahariana. Sin embargo, "con los datos que tenemos sobre la mesa", García Montero no puede comprometerse a abrir el anunciado centro de Los Ángeles (Estados Unidos), considerado como "decisivo".

Como cierre y a la espera de que se conozcan en detalle los datos del Anuario Cervantes de 2020, el director de la institución adelantó que "este año formamos arte de una comunidad linguística en la que participan 489 millones de hablantes". El español es ya el segundo idioma nativo, después del chino mandarín, y casi 600 millones de hablantes lo tienen como lengua de uso (somos las tercera lengua, por detrás del chino mandarín y del inglés). Nuestra lengua, dijo García Montero, "está en un momento de seguridad y fortalecimiento, y merece la pena apostar por ella", y "las caídas, que han sido pocas, por el interés por estudiar español se deben a la pandemia". En resumen, y pese a todo, "la situación del Cervantes es de fortaleza de ánimo para afrontar la dificultad, de agradecimiento a la plantilla y, al mismo tiempo, de agradecimiento a cualquier consideración que permita tomar conciencia de la importancia que la lengua y la cultura tienen en nuestra diplomacia cultural y que pueda ofrecer ayuda", remató el director de la institución.

Ya por la tarde, Don Felipe y Doña Letizia presidieron en el Palacio de El Pardo la reunión anual del Patronato del Cervantes, a la que acudieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los ministros de Exteriores, Educación y Cultura. Ante patronos de la institución como Mario Vargas Llosa, Santiago Muñoz Machado, Carmen Iglesias, Mariano Barroso o Carmen Linares, el Rey aseguró que "el español es un motor cultural y económico indudable, no solo por su potencial como idioma de aprendizaje en el mundo, sino también por los valores que encarna y transmite, compartidos por España y tantas naciones en varios continentes que, a través de una larga y rica historia conjunta, han llegado a ser lo que son: sociedades abiertas y vitales".

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