La historia oculta tras el traje de Jackie Kennedy en el asesinato de JFK

El hallazgo de un documento personal arroja algo de luz sobre el secretismo de la primera dama estadounidense

John F. Kennedy y Jacqueline Kennedy, a su llegada al aeropuerto de Dallas, el 22 de noviembre de 1963 Reuters / Vídeo: Medio siglo de la muerte de JFK

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El traje de chaqueta rosa con cuello azul marino que Jacqueline «Jackie» Kennedy llevaba el 22 de noviembre de 1963 en Dallas no fue una casualidad. Unos días antes, la primera dama había escrito con su puño y letra qué vestidos y complementos utilizaría en la gira con su marido, John Fitzgerald Kennedy, por Texas: un abrigo Chanel blanco con conjunto falda, blusa y sombrero para su llegada a San Antonio, un traje de noche de terciopelo negro para una cena oficial en Houston y el emblemático conjunto rosa –una copia de un diseño de Chanel elaborada por Chez Ninon, su sastrería de confianza en la neoyorquina Park Avenue– que desplegó en la caravana presidencial por las calles de Dallas, en el que la chaqueta refulgía bajo el sol tejano. Pocas horas después, con JFK ya muerto por los disparos de Lee Harvey Oswald , el traje volvía tomar protagonismo: Jackie Kennedy lo vestía, con restos de sangre de su marido, cuando el vicepresidente, Lyndon B. Johnson , juraba su cargo como nuevo presidente a bordo del «Air Force One», de regreso a Washington.

Ese documento, del que hasta ahora no se conocía su existencia, ha salido a la luz en circunstancias extrañas. Se lo encontró por casualidad Gil Wells , un entusiasta de la que fue primera dama, en el verano de 2015. Por aquel entonces, su madrina, Shirley Ann Conover , que sufría demencia, se había mudado a su casa en Richmond (Virginia). Uno de sus pasatiempos favoritos era revolver entre fotos y recuerdos del pasado. En una ocasión, Wells se sorprendió al ver que había sacado dos hojas manuscritas, guardadas en una funda de plástico, con el membrete de la Casa Blanca. Leyó las notas de Jackie Kennedy, sus tachones, sus correcciones, con la ruta del viaje a Texas, la hora de llegada a cada ciudad, los eventos que visitaría y la ropa que vestiría. «Sentí un dolor horrible en el estómago», ha recordado a «The New York Times», cuando vio escrita la fecha «22 de noviembre» y la nota «traje Chanel rosa y azul marino».

Todo apunta a que la primera dama escribió estas notas para su asistente, Providencia Paredes , la única hispana en el círculo íntimo de la pareja presidencial. Wells decidió donarlas en marzo de 2016 a la biblioteca presidencial de JFK en Boston , que alberga y organiza su legado: 400 colecciones, un total de 25 millones de páginas de documentos, de la familia Kennedy.

Sin embargo, el documento, de gran importancia dentro de los días previos al magnicidio, no se ha hecho público hasta ahora. En un principio, los gestores de la biblioteca dijeron a Wells que no se podía mostrar ni anunciar su existencia por deseo de la hija de Kennedy, Caroline, una guardiana celosa de todo lo que tiene que ver con su madre.

Geller, que compartió imágenes del documento con «The New York Times», falleció el pasado mes de mayo. Ahora, la biblioteca asegura que se mostrarán a la luz de inmediato.

El cambio de parecer tiene que ver con la complejidad de la gestión de estas bibliotecas presidenciales –mezclan motivaciones políticas, emociones familiares, exigencias de los donantes que las financian, la necesidad de contar un relato ajustado a la historia– a la que se suma la discreción extrema que Jackie Kennedy buscó en vida y que su hija Caroline ha tratado de perpetuar. En 2009, obtuvo el poder para decidir qué cartas personales de Jackie Kennedy salían a la luz y cuáles no. Y hay material clave que tardará en poder examinarse: las cintas de las entrevistas de William Manchester para el libro « La muerte de un presidente » están selladas hasta 2067, mientras que el vestido rosa y azul no se podrá mostrar al público hasta el siglo que viene, en el año 2103.

Lo que nunca se sabrá es cómo acabaron las notas en manos de Conover. Geller aseguró en su día que es posible que su madrina conociera a Paredes, la asistente de Kennedy, a través de un primo. Paredes falleció en 2015 y ese secreto, como tantos otros de los Kennedy, se ha ido con ella a la tumba.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación