La primera universidad de gastronomía, ubicada en San Sebastián, acoge estos días unos cursillos muy especiales. Los alumnos son casi todos turistas a los que les une una misma pasión, la cocina. "El objetivo es llegar al público de la calle, a la gente que tiene un pequeño interés por la gastronomía", explica Mikel Oñatibia. En grupos pequeños van a pasar una mañana metidos en fogones, en vez de irse a la playa de la Concha. Pero están encantados. Enseguida se ponen manos a la obra, trocear el chipirón o calamar y la bechamel.Máxima concentración. Aprenden técnicas diferentes y escuchan consejos. Durante el mes de agosto todas las semanas seguirán los cursillos: cocina wok, carnes o pescados y croquetas diez para sorprender a los invitados.
Explosión de creatividad entre los fogones del Basque Culinary Center
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