El español saca músculo político en Estados Unidos

Podría ser un factor decisivo en las próximas elecciones legislativas

Edificio del Capitolio en Washington EPA
Javier Ansorena

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Casi el 18% de la población de EE.UU. es hispanohablante y se calcula que en 2050 será el 26,6%. El número de personas que hablan español en la primera potencia mundial se ha disparado en las últimas décadas –un incremento del 531% desde 1970– y, con ello, su fuerza como arma política. La polarización de las últimas elecciones presidenciales también afectó a la lengua de Cervantes: Hillary Clinton emprendió una campaña casi bilingüe, con muchos mensajes en español –trufados de errores gramaticales–, mientras que Donald Trump arrancó la suya llamando «criminales y violadores» a los mexicanos y defendiendo en las primarias que él no usaba el español en campaña porque el idioma de EE.UU. es el inglés, y quien llega al país debe asimilarse. Los esfuerzos de Clinton no consiguieron los resultados deseados: no movilizó lo suficiente al voto hispano, que, aunque votó de forma mayoritaria a la candidata demócrata, dio un mayor porcentaje a Trump (29%) que al anterior candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney .

A pesar de todo, las elecciones mostraron que el español cada vez tiene más presencia en la política estadounidense. Arrancó con los clubes « Viva Kennedy » en las elecciones de 1960 que llevaron a John Fitzgerald Kennedy a la presidencia, ahora aparece como un factor decisivo en cualquier elección y solo ganará poder en el futuro.

Julián de Velasco

La temperatura de esa presencia la ha diseccionado el Hispanic Council en su estudio «El español en la política de EE.UU.», en el que repasa su uso en las principales instituciones legislativas del estado: la Cámara de Representantes y el Senado. De los 441 representantes que forman parte de la primera el 14% ha usado el español en su comunicación política: desde mensajes en redes sociales como Facebook , Twitter o Instagram , a una versión en español de su web o la diseminación de noticias y comunicados en este idioma. El porcentaje es menor que el de la población hispana, pero superior al de votantes, el 12% (la población hispana es la más joven de EE.UU., con una media de 28 años). En el Senado, el porcentaje es similar, con un 13% de los senadores que utilizan el español. En ambas cámaras se constata que las legisladoras mujeres son más proclives a usar el español, que además está mucho más representado en el partido demócrata que en el republicano. El español quizá se oiga más este año, en el que las elecciones legislativas de noviembre renovarán la Cámara de Representantes en su totalidad y parte del Senado. Los hispanos, un electorado bastante abstencionista–votó el 47,6% en las presidenciales de 2016– lo es todavía más en elecciones legislativas. Los candidatos que consigan llevarnos a las urnas tendrán mucho ganado, en unas elecciones que también serán el primer gran examen a la presidencia de Trump. El español será su mejor embajador ante estos votantes remolones.

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