La Guerra de la Independencia y la leyenda negra contra el inglés
La Guerra de la Independencia y la leyenda negra contra el inglés - Wikimedia

Entrevista a Gonzalo SerratsLas cartas perdidas del héroe vasco que defendió a España en Trafalgar y Waterloo

Gonzalo Serrats publica «El General Álava y Wellington», un libro en el que recopila las cartas inéditas que el español y el inglés se enviaron durante años

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Un tesoro de la Guerra de la Independencia española oculto desde hacía décadas. Unas joyas de valor incalculable guardadas en lo más profundo de una docena de ataúdes de madera en cuyo interior estaban destinadas a sufrir un destino más preocupante que la destrucción por el paso del tiempo: el olvido. Eso es lo que encontró el ahora investigador Gonzalo Serrats Urrecha -donostiarra de nacimiento- cuando abrió doce viejos baúles que tenía en su residencia familiar y que guardaban en su interior los recuerdos de toda una vida: la del general Miguel Ricardo de Álava, concretamente. Un militar vasco que tuvo el honor de ser el único que combatió tanto en Trafalgar como en Waterloo y que durante años fue la mano derecha del Duque de Wellington, el artífice de la derrota de Napoleón Bonaparte

y el hombre que ayudó a expulsar a los franceses de la Península Ibérica.

Portada del libro
Portada del libro - G. SERRATS

24-¿Se ganó la Guerra de la Independencia gracias a los británicos?

La Guerra de la Independencia se ganó por una colaboración, por una alianza que hizo frente a Napoleón y que logró hacerse con una victoria determinante en el sur de Europa. El pueblo peninsular (el español y el portugués), sus guerrillas, el menesteroso y resiliente ejercito español, el ejercito portugués (que se integraba dentro del británico) y el ejercito inglés y su armada (que fue fundamental) consiguieron juntos abatir una dinastía impuesta. Pero todos ellos. Sin alguno de ellos, quizá, esto no hubiera sido posible, y Álava engrasó estas relaciones. Fue ese nudo invisible que permitió que esta colaboración se mantuviera en lo alto. Como decía Napier.

25-¿Debemos estar agradecidos a los británicos?

La lealtad del gobierno británico y del ejercito que desplazo a la Península Ibérica fue encomiable. Otra cosa es que nos podamos lamentar del desastre que la guerra es, pero aquí los británicos se dejaron miles de almas. No es posible no estarles agradecidos. Cuando alguien me dice que defendían sus intereses, les digo que esa es la mejor colaboración, aquella en la que diferentes son capaces de perseguir un objetivo común. Esa es la clave.

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