Elia Barceló: «Escribo de lo que me enamora. Si hay un entusiasmo feroz, la historia llega al lector»

Noelia Camacho

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20/06/2022
Actualizado a las 01:38h.

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Es una maestra de la ciencia ficción, del terror, de la literatura juvenil y de la novela negra. A la escritora alicantina Elia Barceló (Elda, 1957) no se le resiste casi ningún género. Sin embargo, su última novela, 'Muerte en Santa Rita' (Roca Editorial), huele a mar, desprende luz, -concretamente la del Mediterráneo- y permite al lector olvidarse de la oscuridad que impregnó su anterior trabajo, 'La noche de plata' (Roca Editorial). «Aunque este nuevo libro sigue teniendo su muerto y su mala leche» , confiesa entre risas la autora a ABC. Barceló centra la trama en un antiguo balneario y sanatorio reconvertido en una especie de comunidad colaborativa donde conviven personas de toda índole y que pertenece a una novelista anciana, Sofía , que escribe libros de misterio con un pseudónimo. Mujeres y misterio en un volumen que se erige también como un homenaje a la literatura negra más clásica, con ecos de Agatha Christie, y que promete hacer las delicias del lector. Porque, como relata la autora , Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2020, si algo no le emociona, no es capaz de escribir una historia. Es su fórmula para conquistar a los numerosos fieles a su literatura , sobre todo a los más jóvenes. Barceló tiene en su extensa bibliografía libros como 'Cordeluna', 'El color del silencio', 'El almacén de las palabras terribles' o 'Disfraces terribles' , entre otros.

-¿Cómo definiría 'Muerte en Santa Rita'?

-Es una novela refrescante. Cuando terminé de escribir 'La noche de plata', que era un texto tan denso y tan negro y que hablaba sobre un tema tan duro como es la explotación infantil, sentí que tenía el alma arrastrada. Y luego viajé a Elche, vi las palmeras, las buganvillas... y me di cuenta de que estaba harta de todas esas novelas escandinavas, de bosques oscuros, de inviernos eternos... Así que dije: voy a escribir una una novela de celebración de nuestra luz, de nuestro mar, de nuestra comida. No tenía que documentarme mucho porque es mi mundo, el que más conozco. Por eso esta es una novela más ligera, más fresca pero también con muchos temas sobre los que reflexionar como la vejez y la responsabilidad que se siente por ser querido. Todo ello con un tono más luminoso.

-Una asesinato en Santa Rita marca el devenir de una novela que parece todo un homenaje a la literatura de misterio de los grandes clásicos como Agatha Christie...

-Es así. Cuando he terminado de escribir la segunda parte, me he dado mucha más cuenta de esos detalles, es un homenaje al estilo de Agatha Christie pero tiene también muchas otras cosas que yo cambio, retuerzo e, incluso, me río de ellas. Para los que conozcan esta tradición literaria, se darán cuenta de cómo me río en muchas cosas. Para los que no, pues descubrirán otras cosas.

-Ha dicho que la novela tiene ya segunda parte...

-Mi idea es hacer una novela de cada estación del año y cómo es en el Mediterráneo. Lo ideal es que sean cuatro. La primera ya está en las librerías, la segunda, ya la he terminado, y la tercera la tengo en la cabeza.

-¿Existe ese curioso lugar, Santa Rita, en la realidad?

-No. Ese espacio nace de unir diferentes elementos, de juntar Alicante, Santa Pola, las salinas... Creo inventarlo ha sido lo más sensato aunque hubiera podido existir. Al final, de lo que yo hablo es de esa gente que se va uniendo, de una comunidad a la que llegan personajes que no están contentos con sus familias y deciden ir y elegir a su familia. Porque uno de los problemas que tenemos en las familias es que no hemos podido elegirlas.

-¿Por qué en 'Muerte en Santa Rita' hace esa enorme reivindicación de las mujeres, no sólo maduras, sino ya de avanzada edad, a la hora de contar la historia?

-Muy pronto me di cuenta de que las mujeres, a partir de los 50 o así, cuando dejamos de ser un objeto sexual, parece que no tenemos pasado ni futuro, que no podemos tener planes y a nadie le interesa lo que haces. En este libro, hay personajes de todas las edades, pero sí quería mostrar que las mujeres siguen teniendo futuro hasta que les llega la muerte. Y ahora nos morimos tarde. Por eso me parecía importante quitar el propagandismo que hay alrededor de la juventud. Durante muchísimos años, a las mujeres de cierta edad no se les ha dado ninguna voz. En mis novelas, le doy mucho peso al pasado, porque influye en el presente. Por ello, necesito que muchas de mis protagonistas tengan ese pasado y esa experiencia.

-Parece que ahora se vive un auge de las historias que dan voz a las mujeres...

-Me hace mucha gracia que eso llame la atención. ¿Qué tiene de raro que escribamos sobre nosotras y planteemos nuestra forma de ver el mundo? En tres mil años, que se hablara y se escribiera de los hombres a nadie le ha parecido raro.

-Cuando como autora se decanta por la novela negra, un género con tantos seguidores, ¿teme no estar a la altura y decepcionar al lector?

-La pregunta tiene mucho miga (ríe). Siempre que una escribe una novela, es consciente de que no va a inventar la rueda. Pero una misma, como lectora, tiene sus bagaje. Hay que saber qué se ha hecho, qué no... Mi intención es siempre aportar algo nuevo.

-Es una de las escritoras preferidas de los jóvenes gracias a sus tramas fantásticas, de ciencia-ficción y terror. Es más, tiene en su poder el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'El efecto Frankenstein'. ¿Cómo se consigue el beneplácito de lectores tan exigentes, a los que se les presupone que no leen?

-Soy igual de entusiasta en mi faceta de escritora juvenil que cuando lo hago para adultos. No hago ningún tipo de diferencia. Lo que quiero con los jóvenes es ofrecerles posibilidades de lecturas que les enganchen y les hagan seguir leyendo. En mi pueblo, una muchacha me dijo que en el colegio leyó 'Cordeluna' y quedó fascinada. Eso hizo que quisiera seguir leyendo y leyendo y estudiar letras. Eso me hace muy feliz.

-Le habrán preguntado mil veces si existe la receta del éxito...

-No la hay. Yo escribo de lo que a mí me enamora. Si hay un entusiasmo feroz se comunica y llega a los lectores. Debe haber ese entusiasmo, a mí me gusta sobre lo que escribo. Y eso es muy importante porque a veces, yo como lectora, he empezado un libro en el que ves que el autor ha invertido mucho trabajo y muchos años, que lo ha escrito a conciencia, y al final te resulta una historia pesada y aburrida. Él lo ha hecho lo mejor posible, pero se ve el sufrimiento con el que lo ha escrito.

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