Descubren otro diablo oculto en los frescos de Giotto en Asís

En el fuego de una de las escenas de la vida de San Francisco se esconde un dragón, representación medieval del demonio

Detalle de la escena del encuentro entre San Francisco y el sultán de Egipto Wikipedia

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Un nuevo diablo ha sido descubierto en uno de los frescos que Giotto pintó entre 1290 y 1300 en la Basílica de San Francisco de Asís , en Perugia. Según publica la revista « San Francesco », el arzobispo de Benevento, monseñor Felice Accrocca, y el director de la Biblioteca del Convento Sagrado de Asís, fray Carlo Bottero, se percataron de la presencia de un dragón en la undécima escena de la vida de San Francisco de Asís, «Juicio por fuego».

Detalle del fuego Wikipedia

La escena narra el encuentro en Egipto de San Francisco con el sultán Malek el-Kamil , a quienes el artista florentino coloca en el lado derecho del fresco, señalando hacia un fuego que arde a la izquierda. Entre las llamas, oculto durante ocho siglos en lo que se creía que eran unas cuantas maderas ardiendo, se escondía supuestamente un dragón, una representación medieval del demonio . El descubrimiento ha abierto ahora el debate. ¿Por qué escondió Giotto a un demonio en esta reunión de cristianos y musulmanes?

Monseñor Accrocca distingue con claridad en la parte inferior de las llamas la figura de « una serpiente dragón » que, «al arder, se agita y se retuerce», alimentando el fuego. A su juicio, «es muy probable que Giotto haya querido indicar con precisión la capacidad del diablo para interponerse entre las partes e impedir el diálogo ».

La cara del demonio en las nubes de la escena de la muerte de San Francisco Reuters

Éste es el segundo diablo que ha aparecido en los frescos de Giotto sobre la vida de San Francisco de Asís. En 2011, la medievalista Chiara Frugoni descubrió un demonio entre las nubes de la escena de la muerte del fundador de la orden franciscana y patrón de Italia.

Según explicó entonces el fraile franciscano Enzo Fortunato, «en el medievo se tenía la creencia de que en el cielo habitaban indistintamente ángeles y demonios. Los primeros, llevaban las almas de los justos al Paraíso; los segundos, atraían las de los condenados».

Giotto aún pintó al diablo en una tercera escena y no a uno solo, sino a varios, aunque esta vez los representó de forma evidente en la expulsión de los demonios de Arezzo .

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