Crisis de vuelta en la SGAE: los músicos de la «Rueda» maniobran contra la Asamblea más decisiva

Otros músicos de diversa procedencia critican que se haga de forma telemática y no presencial

Jesús García Calero

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La crisis se ha instalado en el seno de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) durante los últimos años. Cuando parecía que lo peor podría quedar superado tras la moción de censura a Pilar Jurado y el cambio en la presidencia y la ansiada firma de la paz con el Ministerio de Cultura -que llegó a plantearse una intervención parcial de la SGAE- y también con la CISAC (internacional de las entidades de gestión), arrecia ahora de nuevo otra vez. En esta ocasión la mecha la ha prendido una demanda presentada ante un juzgado por los músicos asociados a la «Rueda de las TV», los que perdieron el poder con la caída de Pilar Jurado, y que ahora pretenden impugnar las decisiones adoptadas durante el confinamiento.

Saneamiento

Desde la moción de censura a Pilar Jurado, los nuevos responsables de la entidad celebran los cambios registrados, porque «ya no queda al mando ninguno de los músicos procesados por el caso de la "Rueda de las TV" en la Audiencia Nacional» . Desde fuentes de la SGAE se defienden los cambios que están «saneando los órganos directivos» en los que «durante años unos pocos miraron solo por sus intereses, llevando la casa al borde de la quiebra. Se recaudan 200 millones menos que en los años de Teddy Bautista y las decisiones adoptadas en el último año de Pilar Jurado obligarán a subir el descuento de administración seguramente».

Por eso consideran que la demanda de la «Rueda» viene a impugnar este proceso de «saneamiento». No se solicita intervención del juez para dar marcha atrás a la moción de censura sino para impugnar las decisiones subsiguientes, adoptadas en las Juntas del 17 y del 20 de abril, telemáticas, que sacaron de la vicepresidencia a Inma Serrano y al resto de miembros de la «Rueda» del Consejo de Dirección. Para la Junta Directiva convocada tras la moción de censura, el 17 de abril, se añadieron puntos en el orden del día, incluida la destitución de Serrano. Los demandantes creen que debía haberse hecho con mayor antelación y critican que la votación no se ajustaba a los estatutos. Incluso invocan problemas técnicos.

El ruido y las interferencias

Quienes cuentan aquellas juntas por teleconferencia recuerdan entradas de guitarras y música a tope y todo tipo de ruidos mezclados con las quejas de que no se oía y la conexión no era buena, así como demoras en las votaciones. «Modos de proceder que recuerdan a las mafias», dice una de las fuentes próximas a la SGAE. La demanda no se extiende tanto en detalles, sólo se queja de la naturaleza de las juntas. Las batallas de la entidad siguen estando en detalles pequeños y a veces sórdidos , cuando la crisis es eminente, urgente, profunda y muy peligrosa. A veces al observador que escucha a unos y otros le da la impresión de que se dirigen inexorablemente a la disolución.

Según fuentes de la entidad, tras decidirse la destitución de Pilar Jurado por mayoría se pidieron voluntarios para sustituir a Inma Serrano como vicepresidenta de Pequeño Derecho (el colegio de los músicos) y ninguno de los demandantes, nadie de los de la «Rueda» alzó la mano. Sí se presentó Pablo Salinas, que fue elegido con el respaldo de parte de los de Pequeño Derecho más los votos del resto de colegios. Los demandantes opinan que no se cumplen los estatutos porque exigen previa propuesta del Colegio afectado y consideran «antidemocrático» que sean los votos de otros colegios los decisivos para elegir la vicepresidencia del suyo.

El caso Williams

Pero la demanda no habla del caso de Clifton Williams , que Pilar Jurado ascendió a un cargo de nuevo cuño, subdirector general, cuando tenía prohibido por el Ministerio de Cultura tocar el organigrama sin autorización . Jurado negó haber sabido eso, pero -aparte de que la norma se cumple aunque no haya conocimiento directo- se demostró en las actas de varias Juntas Directivas que había sido avisada concretamente de esa cuestión, de que era ilícita y no podía hacerla. La guinda la pone el blindaje de Williams.

La Junta del 17 de abril le destituyó, al anular la creación de su puesto, y él ha pedido el blindaje que se le prometió en ese contrato una cláusula «de 120.000 euros, cuando estuvo en el puesto un par de días en los que seguramente no le dio tiempo ni a arremangarse », puesto que fue nombrado el 15 de abril y cesado el 17, comentan las citadas fuentes. Del ascenso en SGAE de Williams ya tratamos aquí. Aunque el Ministerio había instruido para que no se firmasen más blindajes tras la salida de Miguel Ángel Recio, una vez más esa orden fue ignorada por la presidenta. Según hemos sabido, Clifton Williams ha demandado recientemente a la entidad por 207.500 euros por impago de esa cláusula, que deberán salir del dinero que recauda la entidad si llega a ganar esa demanda.

Asamblea decisiva

Pero la asamblea de socios del día 30 de julio viene calentita. Será decisiva para el futuro de la SGAE. De ahí lo fuerte de las sacudidas de estos días de preasambleas. Se ha convocado de manera telemática, algo que no gusta a muchos, porque podría parecer «que Onetti y los suyos no quieren dar la cara» y «está prohibido por la ley de asociaciones», según dicen. La entidad da garantías al respecto. Allí deben recibir refrendo las últimas decisiones y debe informarse de los cambios a los estatutos aprobados el pasado 30 de enero que el Ministerio de Cultura, en el ejercicio de sus funciones, ha realizado. Otro punto importante será el reglamento de reparto. Son algunas correcciones concretas en varios puntos, sobre todo el contrato de gestión, remitidas a la entidad el pasado 22 de mayo. Con el horizonte de unas elecciones en octubre, el 22, que debería ser un "reset", un reinicio total para intentar dejar atrás por fin la crisis. ¿Qué significa eso? Para algunos, la salida definitiva de la «Rueda» de los ámbitos de decisiones de la SGAE .

La crisis no tiene pinta acabar sin nuevas pugnas, a la vista de lo que se comenta. La entidad defiende que se haga telemáticamente «porque está así posibilitado desde el Real Decreto de Estado de Alarma y justificado por los brotes que existen del Covid-19 y que convierten en peligrosa una reunión de tantos socios. «Sería una locura». Después existió la Orden de la Comunidad de Madrid que desaconsejaba reuniones de más de 80 personas. En las anteriores convocatorias suelen presentarse unos 200 socios. Y más tarde en el segundo Real Decreto se mantiene la recomendación de que sigan celebrándose de manera no presencial aunque ya no esté el estado de Alerta, al menos hasta el 31 de diciembre» . Por eso les parece «un ejercicio de responsabilidad hacer telemática la Asamblea en la que todo el mundo puede participar». Aseguran que no habrá límite de conexiones, que solo hace falta la acreditación de socio.

El audio de Fermín Cabal, poco cabal

En contra de esta decisión se muestran algunos que desconfían de un audio de Fermín Cabal -que cometió además la imprudencia de enviar a un chat de whatsapp- en el que bromeaba (si era broma) con la idea de cortar la línea a algún díscolo si se pasaba. No suena democrático y ni siquiera ha pedido disculpas públicamente al respecto. La entidad niega que se pueda cerrar la comunicación a nadie . Que se respetarán los turnos de palabra como en las Asambleas presenciales con las mismas reglas. Intervenciones de 5 minutos y réplicas de 3. Y cuando un tema haya protagonizado dos intervenciones y sus réplicas se dará por debatido.

Toda esta tensión viene muy bien a los demandantes de la «Rueda» que «quieren dinamitar la situación y lograr la impugnación de su derrota» por vía judicial. Y desde luego no faltan a la verdad quienes recuerdan que las últimas reuniones presididas por Pilar Jurado fueron también telemáticas. «¿Entonces sí valían y ahora no porque se decidió su salida de los órganos de decisión?» , se preguntan las citadas fuentes. Por cierto hay quien se queja de las dietas pagadas y los blindajes, porque solo en la etapa de Pilar Jurado se celebraron 23 Juntas Directivas, más de el doble de las que se hacían en tiempos de Teddy Bautista. Del legado de gastos elevadísimos de aquella época vendrá la subida del descuento de administración que ya se ha asumido que puede llegar al 20%. Muchísimo dinero que no llegará a los socios.

Rebrotes y renovación

Como un rebrote más, la crisis caldea la asamblea del próximo 30 de julio en la SGAE. Hay quienes se resisten a ver esta etapa como totalmente desgajada de la anterior, porque aún hay muchos miembros de la vieja Junta Directiva en la nueva, empezando por el propio presidente Antonio Onetti . ¿Alguien tiene que hacer posible la renovación?, se preguntan quienes le defienden. Pero no pocos responden que no debe hacerla quien estaba en la etapa anterior, «porque a lo mejor era parte del problema».

Las elecciones de otoño estarían teóricamente llamadas a renovar totalmente la vida de la entidad, para que se mire al futuro. Un futuro sin las maneras «mafiosas» de la «Rueda» pero en el que la música de las TV tendrá que estar presente, muy presente. Y ahí si se dibuja la guerra de fondo. La batalla entre los editores multinacionales y las editoras televisivas que pusieron la rueda a rodar y asaltaron el poder de SGAE indirectamente y promovieron la expulsión de los editores multinacionales. ¿Viene una etapa justo al revés?

¿Otra vez la guerra?

La mitad de la recaudación de la SGAE viene de las TV, según recuerdan algunos músicos. Hoy son cien de los poco más de 200 millones. Y hay sectores que no se conforman con esta batalla en la que los músicos son mera infantería. Incluso hay quien defiende que se firme la paz de los viejos repartos (ya se han revocado algunos de los decididos por la «Rueda» y se ha pedido reembolso a algunos socios). Porque, gracias a la crisis y al papel de la «Rueda» ahora están impugnados los repartos desde 2015 . Eso supone mucho dinero. Podrían ser millones en el caso de las TV. Esta es una madeja difícil de desliar, es el nudo gordiano que puede generar otra crisis. Otra batalla. Y viendo cómo la «Rueda» vuelve a recauchutar la crisis todo parece indicar que no será esta la ocasión en la que los intereses de unos y otros puedan volver a convivir en una entidad «normal». Como las otras entidades de gestión de derechos de España, Cedro, Dama, etc... que sufren el reflejo de la mala imagen de SGAE, que se convierte en mala imagen para los creadores y para el derecho de propiedad intelectual.

¿Y qué opina el Ministerio de Cultura que ha visto por fin que la SGAE deja de mostrarse en rebeldía contra su supervisión? No ha dicho nada relevante sobre esta presente situación, permanece a la espera, como ha hecho hasta ahora, tratando de ayudar a que vuelva el orden. O mejor dicho, sí hizo algo, introdujo una norma (una disposición en otra ley) que permitía el retorno de los editores multinacionales expulsados a los órganos rectores, incluso los que también son usuarios. Para el silencio que gasta Cultura, eso es mucho decir.

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