Papel de fumar

'Euphoria': una herida es algo que te aleja

La serie de HBO ha cerrado su segunda temporada confirmándose como uno de los títulos más interesantes de la ficción reciente

Zendaya, en 'Euphoria'
Bruno Pardo Porto

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Una herida es algo que te aleja. De ti mismo. Del resto. Por eso el dolor es la forma más terrible de la soledad. O es al revés, y es la soledad la que te condena. Quién sabe: no todo es binario. Hay un momento en el penúltimo capítulo de 'Euphoria' en el que Rue, la protagonista, está con su hermana Gia en la cama. «Es como si no supiera ya nada de tu vida», le dice. «Te lo contaré cuando vuelvas», le responde ella, cerrando el mejor diálogo de la serie, y el que le da sentido: al final era la historia de un montón de adolescentes yendo de sí mismos a otra parte, y buscando el camino de vuelta, su destino. Caída y redención. No inventamos nada.

Una herida es algo que te aleja. Por eso hay verdades que solo se tocan desde esa distancia: la de la cama del hospital, la del insomnio, la del asfalto. 'Euphoria', claro, está llena de drogas, que es la forma más depurada de la huida, y a veces la única. Ahí brilla la cámara, esa caligrafía visual entre alucinada y mística, una mirada hacia dentro o hacia fuera, según el momento, pero siempre excesiva, como la propia adolescencia. Tal vez esa sea la única manera de retratar un tiempo en el que todo es definitivo, porque todo es nuevo. O quizás la palabra del estilo sea más compleja. O indescifrable.

«En tu obra fue la primera vez que pude verme a mí misma sin odiarme», le confiesa Rue a Lexi, su amiga, después de ver la obra de teatro en la que cuenta su intimidad. Eso también es una distancia. La que la separa del amor, del espejo: se llama miedo, y te ciega, de ahí que Rue necesite otros ojos para verse, para entenderse. Lo que hay entre la realidad y la imaginación es diferente: una puerta. Y entrando y saliendo está ella. Y los demás personajes. Ninguna ficción es gratuita.

Cassie yendo y viniendo del amor o la locura, Nate consumido por su odio o por su infancia, Fezco empujado a la tragedia, como Héctor: cada uno se rompe a su manera, y nosotros asistimos al espectáculo de la intensidad. Y a su misterio, que es el de siempre: por qué los niños en 'Belfast' eran felices en la guerra, por qué los adolescentes de 'Euphoria' están tan tristes en la paz. Por qué hay tanta belleza en los límites. Lo más certero lo escribió Leonard Cohen: «Hay una grieta, una grieta en todo / así es como entra la luz».

Una herida es algo que te aleja. De ti mismo. Del resto. Pero también el tiempo te aleja del dolor. Así te acerca a la vida. Así te cura. «Jules fue mi primer amor y me gustaría recordarlo así, aunque no sé si fue así de verdad porque siempre iba puesta. Espero que me perdone», lamenta Rue. Eso es lo difícil del asunto: tener a alguien cuando vuelvas.

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