COAC 2022

Comparsa 'Los sumisos' de Martínez Ares: el desahogo del poeta

Martínez Ares regresa con una comparsa más terrenal. Sencilla, explota la pompa 'arestocrática' para descender al pueblo llano en un contexto carente de libertades

Martínez Ares: «las sensaciones han sido maravillosas»

Nacho Frade

J. M. Aguilera

El payaso triste y su sonrisa melancólica. En fin, el Carnaval en mayo es una charlotada más. Pinturas de guerra, viene beligerante el poeta. La luz de la chusma selecta se consume y la comparsa se sumerge en la misma puesta en escena pero apagada, resquebrajada, decadente. «Por cantar coplas prohibidas, acudió la Policía y en la cárcel yo me vi». Repleto de metáforas pues es fácilmente trasladable el contexto pretérito, carente de libertades, al actual momento, donde la dictadura del pensamiento único sólo es algo más sutil. «A cantar al señor alcalde y a la chusma más notable, cantarle las mismas coplas prohibidas por las que se me apresó». Al final obligado, con o sin golpes, el sometimiento es similar. «Vamos camino al desastre. Cuanto más nos quiten, más vamos a darle. El rebelde bufón».

Martínez Ares regresa con una comparsa más ¿mundana?, digamos terrenal. Sencilla, en la senda de 'Los Carnívales' o sus creaciones noventeras. Explota la pompa 'arestocrática' para descender al pueblo llano. En la presentación se advierte aún falta de engrase por tantos meses de ausencia. Adopta la fórmula de 'El perro andalú', con un personaje sumiso al incio que va mutando en descarnado y valiente, reactivo y furioso.

El autor da la cara, literalmente, y emerge en la escena en primera fila, en el centro , descargando las miradas del respetable. Letras duras y contundentes. No parece ésta una comparsa sensible, tierna, de piropo seductor. Los sones de un pasodoble clásico, con el esquema de sus agrupaciones más reverenciadas, son el vehículo para ejecutar su discurso más con furia en el contenido en el continente. El primer pasodoble describe a Cádiz por fuera y por dentro, con el olor a goma quemada impregnando la escena. «Estamos hechos de puro hierro».

El segundo es un mensaje dirigido al joven que se deja seducir por la ultraderecha y el falangismo, por la nostalgia que provoca la ignorancia y el paso del tiempo. Más complejo.

El cuplé no tiene el brillo musical de sus comparsas precedentes pero cumple la función de al menos hacer sonreír. Y sorprende con dos estribillos, a cada cual mejor.

«Donde están los lechuguinos, y los guacamayos. Callaos están. Fiestas típicas gaditanas. Mayo, hemos vuelto al mes de mayo. Que no000». Con 'Los sumisos' el de Santa María no ha venido a hacer amigos, ni entre el poder ni entre sus compañeros (ni los coulrofóbicos). Es fácilmente criticable su postura por incongruente y le lloverán palos, como Antes en la prevención, Ahora en redes. Buen paralelismo, admisible la exageración porque esto es Carnaval. «El Concurso se creó para someter al pueblo». Para hacer un doctorado.

El popurrí es una sucesión de brillantes cuartetas magníficamente interpretadas y engarzadas de forma sobresaliente. Ares sufre cuando las ideas se le esconden, se ensombrece, pero este año lo ha visto muy claro. Es un desahogo, un grito de indignación, o un berrinche. Pero impecable en su estética. Otro nivel.

PD: deliciosa la cuarteta a la bella dama inmortal a la que acaricia con sensualidad. Meritorio encender los ánimos con versos que son puro fuego.

Así fue la actuación de los sumisos en la final

Así fue la actuación de los sumisos en semifinales

Comparsa Los sumisos

Autor de letra: Antonio Martínez Ares

Autor de música: Antonio Martínez Ares

Dirección: Antonio Martínez Ares

Localidad: Cádiz

Agrupación año anterior: 'La chusma selecta'

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