SAN FERNANDO

Los rastreadores de la Armada en San Fernando conforman la primera línea para frenar la pandemia

Desde el 28 de septiembre, comienzan las labores de seguimiento y detección de 34 militares procedentes del TEAR de San Fernando para contrarrestar el avance del coronavirus en Andalucía

La SVE 1 ubicada en el Tercio de Armada de San Fernando ya se encuentra operativa Antonio Vázquez

José Pedro Botella

La semana pasada, la Armada anunciaba que Cádiz aportaría un total de 150 militares, procedentes del Tercio de Armada (TEAR) de San Fernando y de la Base Naval de Rota , para que formasen parte de la «Operación Baluarte» . Ésta –coordinada en Andalucía entre el Ministerio de Defensa y la Junta, bajo el mando inicial de la Unidad Militar de Emergencias (UME)– consiste en la formación de personal militar para el posterior desempeño de labores de prevención y seguimiento del coronavirus ante la incidencia de la pandemia. Del total de los 2.000 rastreadores formados para estos cometidos, 360 realizarán su actividad en Andalucía. Los 150 militares de San Fernando y Rota se dividen, a su vez, en cinco Secciones de Vigilancia Epidemiológica (SVE) de 30 rastreadores cada una, e integrada por dos pelotones (PVE) de 15 rastreadores, organizados de esta manera para mantener turnos de mañana y tarde. Cada SVE cuenta con un jefe de sección al mando, dos jefes de pelotón y un oficial sanitario, en total 34 profesionales militares por sección . Desde el lunes, 28 de septiembre, la primera de las SVE, correspondiente a una sección del Tercio de Armada de San Fernando, ha comenzado con sus nuevos cometidos para tratar de frenar el avance del coronavirus en Andalucía.

Funciones desempeñadas

Con motivo de la activación de los rastreadores, la Armada ha ofrecido una jornada a puertas abiertas para ofrecer más detalles. Dentro de las instalaciones desplegadas en la Brigada de Infantería de Marina del Tercio de Armada (TEAR) de San Fernando se encuentra la primera SVE de la Armada activada en Andalucía. La sección se sitúa en el Segundo Batallón del TEAR de San Fernando, dentro de un aula multidisciplinar. Desde esta última semana, la Armada ha realizado funciones de logística para proveer a esta sala, compuesta por material informático y líneas de teléfono para que los militares puedan trabajar en dos turnos de 15 personas cada uno, de lunes a viernes en horario de 08:00 a 20:00 horas . El jefe de esta sección es el capitán Amaya Trujillo . Aunque se declaró como activa desde el lunes 28, las labores de seguimiento y control del Covid-19 comenzaron el martes 29 de septiembre. El propio capitán Amaya Trujillo se encarga de explicar las funciones que desempeñan los 30 militares que constituyen la tropa de la SVE 1 de la Armada: «los rastreadores se dedican a llamar a cada uno de los casos diagnosticados como positivo mediante el uso de una aplicación gestionada por la Junta de Andalucía» . Los militares reciben los datos de la persona contagiada para establecer un contacto con ellos, con el fin de averiguar sus contactos estrechos, es decir, las personas con las que el positivo ha coincidido en los dos días anteriores a que fuera diagnosticado o al inicio de sus síntomas. Con esta información se genera una lista de contactos a los que los rastreadores llamarán para «advertir de que han estado en convivencia con un positivo por coronavirus y de que deberán realizar la cuarentena durante el tiempo que se establezca».

El positivo señalado , otorgado por la Junta a través de la aplicación de los rastreadores, se conoce como «caso índice» , tal y como cuenta la capitán Patricia Vidal, oficial sanitaria de la SVE 1 . A los sucesivos contactos generados en la lista rastreada se les preguntará por «los días exactos en los que ha tenido exposición con el contacto estrecho». Desde ese momento, los rastreadores «asesoran sobre cómo deben realizar el aislamiento domiciliario para evitar la propagación del virus». De la misma forma, las Secciones de Vigilancia Epidemiológica realizan un seguimiento del cumplimiento de las cuarentenas, «lo habitual es que cumplan con el protocolo, en caso contrario lo registramos en la aplicación, volvemos a asesorar y lo notificamos a las autoridades sanitarias». La oficial sanitaria especifica que los rastreadores trabajan en casos de «complejidad baja» dentro de la propia aplicación. De esta manera, los militares, de momento, no rastrean casos positivos dentro de brotes declarados , los cuales son considerado de «complejidad alta». Pese a que la primera SVE de la Armada en Cádiz lleva solo 2 días en activo, ya se han efectuado 332 llamadas, contactando con 245 casos índices , los cuales a su vez han servido para crear una nueva lista de contactos con 347 casos susceptibles, pudiendo hablar con otras 308 personas adicionales. Estas llamadas se realizan indistintamente a teléfonos móviles y fijos.

Los militares que forman parte de esta «Operación Baluarte» han sido seleccionados después de declararse voluntarios y son operativos una vez concluido sus procesos de «formación, integración y adiestramiento». Estos conocimientos han sido adquiridos gracias a los cursos impartidos por la Junta de Andalucía y la UME . Además, la propia Unidad Militar de Emergencias ha facilitado formación específica a todos los Cuadros de Mando que van a intervenir. En este sentido, la Armada añade que «la formación que han recibido, y que les capacita como rastreadores, se compone de cinco módulos en los que se aporta información básica sobre la enfermedad y cuyo objetivo es dotar al personal de los conocimientos necesarios para poder efectuar un seguimiento eficaz de los contactos, obtener la información necesaria para discriminar los posibles casos, calcular el tiempo de cuarentena en función de los datos».

Rastreadores militares voluntarios

Para trabajar en estas Secciones de Vigilancia Epidemiológica, los militares seleccionados fueron primero declarados como voluntarios. El cabo primero de Infantería de Marina, Alberto Barba Alfaro, es uno de los 30 rastreadores que compone la primera unidad de vigilancia en activo de la Armada en Cádiz. Él tomó la decisión de entrar en la «Operación Baluarte» dada su experiencia previa en las tareas de desinfección de zonas de gran concentración e influencia de la «Operación Balmis» y por su necesidad de «querer contribuir activamente» para frenar al coronavirus. La formación, para Barba Alfaro ha sido «bastante completa», constando de un curso de 20 horas y un periodo de integración de una semana en el que la SVE 1 se ha engranado para emprender sus cometidos. En cuanto a su cometido, los rastreadores del TEAR en San Fernando tratan de «obtener toda la información sobre los contactos estrechos previamente a la infección y mediante labor humana, intentamos conseguir estos nombres». En caso contrario, los rastreadores lo registran en la aplicación para que otro «equipo más especializado» se encargue de este contacto. Como técnicas de persuasión empleadas, el cabo primero Barba y el resto de rastreadores, tratan de hacer comprender a la persona a la que llaman de «la importancia de contar con estos datos para contener la pandemia» . Aunque reconocen que se suele cooperar, este rastreador también apunta a que existen «casos que no rechazan el seguimiento», estos son advertidos a las autoridades sanitarias.

Incorporación del resto de SVE

El objetivo inicial marcado por la Armada es que las distintas SVE se incorporen progresivamente a sus funciones de seguimiento y control de la propagación del Covid-19 –según las previsiones– hasta alcanzar la cifra deseada de 150 rastreadores militares correspondientes exclusivamente a la Armada. «A lo largo del mes de octubre es cuando –de ser necesario y mantenerse la petición de la Junta de Andalucía y por la evolución de la situación sanitaria– se incorporarían la totalidad del personal disponible para estos menesteres», clarifican desde el Cuartel General de la Flota. De esta forma, cada semana se incorporarían 30 rastreadores a la «Operación Baluarte». Los rastreadores de las SVE de la Armada en Andalucía están compuestos por efectivos de tropa y marinería de las unidades de la Bahía de Cádiz, siguiendo el siguiente orden y localización: SVE 1 San Fernando (Tercio de Armada); SVE 1 Base Naval de Rota; SVE 2 Base Naval de Rota; SVE 2 San Fernando (Tercio de Armada) y SVE San Fernando (Base Naval de La Carraca). En San Fernando, las instalaciones se sitúan en el Segundo Batallón del Tercio de Armada (SVE 1), en el Batallón del Cuartel General del TEAR (SVE 2) y en el Arsenal de la Carraca (SVE San Fernando).

Los militares se dividen en dos turnos de 15 rastreadores Antonio Vázquez

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