INDUSTRIA

Vuelve la incertidumbre a los astilleros gaditanos ante la falta de nuevas obras

La construcción de las corbetas saudíes mantiene la carga en San Fernando hasta 2022, mientras que Puerto Real agota a mediados de 2021 sus proyectos eólicos

Flotadura en Puerto Real de uno de los petroleros de la serie Suezmax LA VOZ

Javier Rodríguez

La incertidumbre regresa otra vez a los astilleros gaditanos tras un lustro de bonanza. De nuevo, la ausencia de contratos tanto de construcción naval como de proyectos offshore arrojan dudas sobre el futuro a corto y medio plazo de las tres plantas de la Bahía y de su industria auxiliar. La crisis sanitaria del coronavirus ha dado paso a una crisis económica que ha tenido un fuerte impacto sobre las expectativas de Navantia . Así, las grandes compañías de cruceros han aplazado ‘sine die’ las obras de reforma que tenían contratadas en el astillero de Cádiz para sus flotas, mientras los actuales encargos que se llevan a cabo en el astillero isleño y en el de Puerto Real se han tenido que reprogramar para cumplir con un nuevo plazo de entrega al cliente.

En estos momentos, la carga de trabajo en las dos principales factorías de Navantia en la Bahía, San Fernando y Puerto Real, está garantizada hasta primeros de 2022, salvo que la compañía logre en los próximos meses amarrar una nueva obra. Más difícil lo tiene la industria auxiliar con solo un 30% de ratio de actividad , lo que pone muy cuesta arriba, según el presidente de la patronal del metal y responsable del Clúster Marítimo Naval, Diego Chaves, el mantenimiento de las plantillas.

El tiempo apremia y ya se sabe que los contratos navales se maduran a muy largo plazo, es decir, pueden llevar años de gestión hasta que se materializa su firma. Navantia ha sufrido recientemente un nuevo varapalo. La tercera subestación eléctrica para Iberdrola no se construirá finalmente en el astillero de Puerto Real . Este importante proyecto offshore ha recaído sobre empresas francesas. La eléctrica española promueve en aguas de la bretaña francesa un nuevo campo eólico-marino, el de Saint Brieuc, pero, en esta ocasión, Iberdrola participa a través de un consorcio empresarial que, a su vez, está integrado por compañías galas. Esta situación ha llevado a que el reparto de tareas tenga también un marcado acento francés.

El astillero de Ferrol participa en esta obra bajo la UTE formada por Windar en la construcción de 62 plataformas jackets donde irán clavados los molinos. LA VOZ adelantó el pasado febrero que la intención de Iberdrola era adjudicar la obra de la subestación a la UTE formada por dos empresas vascas y a Navantia, pero no ha podido ser.

Un varapalo tras otro

¿Cómo hemos llegado a esta situación de crisis en los astilleros gaditanos?. En los tres últimos años Navantia ha perdido más que ha sumado. En mayo de 2018, la empresa española perdió el contrato para la fabricación de nueve fragatas para la Marina de Australia . La británica BAE Systems se hizo con el contrato. Lo mismo ocurrió en octubre de 2018.Navantia perdió el contrato para la construcción de doce fragatas para la Armada de Canadá . La compañía británica BAE Systems también se hizo con este concurso. La puntilla a las aspiraciones internacionales de los astilleros públicos españoles ha sobrevenido, precisamente, este mes de abril, cuando el gobierno norteamericano adjudicó a la italiana Fincantieri la obra de doce fragatas para la Us-Navy .

La factoría de la capital busca ahora la reparación de petroleros y gaseros ante la caída de las reformas de los grandes cruceros

Navantia era la favorita en los tres concursos pero, el Brexit, en el caso de Canadá y Australia, y las tensiones políticas, en el caso de EE UU, dieron al traste con la oferta española . Los tres proyectos navales eran por transferencia tecnológica , es decir, el impacto en la Bahía de estas obras no era tan importante, aunque suponía prestigio.

Las malas noticias han seguido tirando del hilo de la cometa. El pasado mayo, el Gobierno español, a través de una pregunta parlamentaria del PP, confirmaba que no estaba prevista, por ahora, la licitación de nuevas construcciones militares pata la Armada española . Se derrumbaba así la posibilidad de construir a medio plazo el séptimo BAM y los dos ferrys para el transporte de tropas del Ejército, unas inversiones incluidas en el plan industrial de Navantia, firmado en diciembre de 2018.

Esta situación deja a la constructora española casi sin cartuchos en el panorama internacional y también en el nacional. De hecho, solo le quedan cuatro opciones para seguir flotando, por un lado, el concurso abierto por el Gobierno de India para la renovación de su flota, que incluye la construcción de seis submarinos, y la intención del Gobierno de Marruecos de contratar la obra de dos patrulleros. Además, sigue abierta la posibilidad de que Arabia Saudí amplíe el actual contrato de las corbetas que se construyen en San Fernando con una nueva obra: la construcción de dos buques de apoyo logístico. También destaca el concurso del Gobierno británico para un proyecto de tres buques logísticos.

El Gobierno de India quiere además buques anfibios. Navantia se sumó en julio de 2019 al concurso abierto por el país asiático para designar al socio extranjero de los astilleros indios que se encargarán de construir los sumergibles, dentro de un plan ambicioso para aumentar su flota. Igualmente, Navantia presentó en 2018 una oferta para construir cuatro buques anfibios para la Marina de India . La oferta de los astilleros españoles está inspirada en el buque LHD de la Armada española ‘Juan Carlos I’. Navantia participa, junto al astillero local Larsen & Toubro, en el diseño y construcción de cuatro unidades anfibias con capacidad de portaeronaves.

Alianzas internacionales

Otro de los concursos a los que opta Navantia es a la construcción de tres buques logísticos para la Royal Navy inglesa . Precisamente, Navantia presentó en Londres en septiembre de 2019, junto con su socio británico BMT, su propuesta de barco para el programa de diseño y construcción de dos buques logísticos (FSS), que realizarán el aprovisionamiento en la mar de la flota. Navantia aporta en este concurso su experiencia en la construcción de buques de similares prestaciones (Armada española y Armada australiana), mientras que BMT aporta unas capacidades de diseño ya probadas.

El tercer contrato que persigue Navantia es con Marruecos. La propuesta de Marruecos está encima de la mesa de la empresa española y sus ingenieros ya trabajan en ella. No está decidido que Navantia vaya a construir estos tres patrulleros, muy similares a los cuatro Buques de Vigilancia del Litoral (BVL) que fabricó en el astillero de San Fernando en 2005 para el gobierno de Venezuela, entonces presidido por Hugo Chávez. El coste de los tres barcos ronda los 260 millones de euros y la operación está pendiente solo del visto bueno del rey Mohamed VI.

La industria auxiliar enciende la luz roja ante una carga de trabajo en el sector que no supera el 30%

El cuarto contrato internacional por el que puja Navantia es, precisamente, con Arabia Saudí. Cabe recordar que el contrato de las cinco corbetas que se construyen en el astillero de San Fernando puede tener una prórroga o, más bien, una ampliación con dos buques anfibios. El Gobierno de Riad está interesado en la compra de dos buques para el transporte de tropas con capacidad para el despliegue de blindados, helicópteros y lanchas de desembarco . La nueva iniciativa de la Marina saudí se dio a conocer de manera muy tímida en 2019, pero lo que fue un deseo se ha convertido ahora en una realidad que empieza a tomar cuerpo.

Los ingenieros de Navantia han tomado como referencia los dos buques anfibios (LPD) de la Armada española y, sobre ellos, están haciendo las modificaciones. Se trata de los buques ‘Galicia’ y ‘Castilla’, ambos con base en Rota, y construidos entre 1995 y 1998 en el astillero de Ferrol. Se trata de dos buques con hangar para cuatro helicópteros y la posibilidad de transportar hasta 600 efectivos, además de carros de combate. Cuentan también con un hospital en su interior.

Navantia tiene previsto entregar a Arabia a primeros de 2022 la última de las cinco corbetas que construye en la factoría isleña y no es descabellado, por tanto, que el acuerdo naval entre España y Arabia, firmado en julio de 2018, siga adelante con un nuevo encargo.

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