Pesca

Todo a punto en las almadrabas gaditanas para la primera ‘levantá’

Los almadraberos han terminado el calamento y se espera que la temporada arranque la semana que viene

Descarga de atunes de la almadraba de Conil en el puerto de Barbate LA VOZ

Javier Rodríguez

La llegada de la primavera es sinónimo de atún rojo en la costa gaditana. Las cuatro almadrabas ( Barbate, Conil, Zahara y Tarifa ) iniciaron el pasado febrero el tradicional calamento de las artes. Se trata de un trabajo que lleva a estos profesionales de la pesca a situar en el fondo del mar un laberinto de anclas y redes hasta formar el copo, donde cientos de atunes entran a descansar y a comer después de un larga travesía por el Atlántico antes de alcanzar las aguas cálidas del Mediterráneo.

La semana que viene se darán por terminadas las tareas de colocación de redes y, a partir, de ese momento será la climatología la que dicte la orden de levantar los primeros atunes de la temporada post covid . Durante los dos últimos años, esta pesca tradicional ha estado marcada por las medidas sanitarias contra la pandemia, sin embargo, en esta nueva edición, la situación cambia.

El responsable de las tres almadrabas que integran la  Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP-51), Diego Crespo , ha avanzado a LA VOZ que el calamento está terminado y solo restan unos detalles para estrenar la nueva temporada. «No hay problemas de atún porque la especie se ha recuperado y desde marzo ya se ven por nuestra costa», señala. Las almadrabas gaditanas mantienen en esta edición la misma cuota de capturas que el año pasado, 1.478 toneladas , de las que el 30% se van a la exportació n, sobre todo al mercado asiático, y el resto se comercializa en nuestro país.

El pasado noviembre, la Secretaría General de Pesca reveló, a través del BOE, cómo se repartiría la cuota de atún rojo para este 2022 en el marco del Plan de recuperación de la especie en el Océano Atlántico Oriental y el Mar Mediterráneo. En virtud del acuerdo alcanzado por a Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), se fijó un aumento de 376 toneladas. Además, se acordó una nueva evaluación de stock para el atún rojo del Atlántico este y Mediterráneo con el fin de incorporar los datos disponibles más recientes y utilizar un nuevo modelo de evaluación.

Así, la cuota asignada a España de pesca de atún es de 6.147 toneladas, de las que 1.068 corresponden a las almadrabas de Zahara de los Atunes, Conil y Tarifa. Esta cuota, aún resulta insuficiente y obliga a comprar a otras pesquerías que también se dedican a la pesca del atún rojo, como es la zona de Murcia y Motril, en Granada .

La pesca del atún rojo se ha convertido en una fuente de innovación gastronómica. Se trata de un icono de Cádiz que se traduce en la celebración de varios eventos hasta primeros de junio. Entre ellos, destaca la XXV Ruta del Atún de Conil del 29 de abril al 29 de mayo; la XIV Semana Gastronómica del Atún de Barbate, entre el 27 de abril y el 2 de mayo; la Ruta del Atún de Barbate, del 27 de abril al 8 de mayo, y, por último, la Ruta del Atún de Tarifa, que se celebra del 1 al 5 de junio.

Fuentes del sector han señalado a LA VOZ que las almadrabas tienen de nuevo el problema del alga invasora asiática . Se trata de la ‘Rugulopteryx okamurae’, causante de graves problemas para el ecosistema del Campo de Gibraltar, y por extensión para la pesca. A finales de la temporada de 2019, las almadrabas de Conil y Tarifa sufrieron la presencia de este alga, produciéndose en la primera la rotura de las redes. Por eso, para las temporadas posteriores se han probado redes fabricadas con nuevos materiales desarrollados en colaboración con el departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla.

Los almadraberos reconocen que han sido años muy duros con las restricciones pesqueras de la especie, pero el Plan de Recuperación de la especie ha permitido que, finalmente, se estabilice el sector. No obstante, señalan que la cuota asignada está todavía por debajo de sus demandas.

Para entender este tipo de medidas y de restricciones hay que echar la vista atrás y analizar las reuniones que cada noviembre celebra la ICCAT. En la cumbre de 2018 se llegó a un acuerdo sobre un plan de ordenación plurianual y se dejó constancia de que la especie estaba totalmente recuperada después de diez años de restricciones en su pesca, pero el reparto de cuota no favoreció en absoluto a las cuatro almadrabas de Cádiz, que esperaban para la campaña de 2019 llegar al nivel que tenían asignado cuando se aplicó la restricción en 2008, es decir, las 1.440 toneladas.

La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) confirmó en 2017 que la especie estaba recuperada de su amenaza de agotamiento gracias al plan de restricciones de pesca aplicado durante la última década. Pese a todo, el comité regulador optó entonces por un leve aumento de las cuotas de pesca entre 2017 y 2020. Pese a todo, el ICCAT no ha abierto la mano a un incremenbto de cuota y este 2022 seguirá casi en la misma proporción que en 2021. Todo puede cambiar en la temporada de 2023, con la nueva evaluación. Las almadrabas gaditanas llevan más de una década sufriendo las duras restricciones de pesca impuestas por este organismo.

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