INDUSTRIA

Temor a que la cementera Holcim de Jerez imite a otras multinacionales con un cierre

Los sindicatos sospechan de que el ajuste de plantilla y producción son la antesala de una deslocalización como ya hicieron Delphi, Visteon o Altadis

Pancartas de protesta en el acceso a la cementera FRANCIS JIMÉNEZ

Javier Rodríguez

La cementera de Jerez, bautizada desde el pasado 2014 como LafargeHolcim , resultado de la fusión de dos gigantes del sector, forma parte de la historia de este municipio, pero también del tejido empresarial de la provincia con una importante implicación en su industria auxiliar. La planta, ubicada junto a la autovía Jerez-Los Barrios, inició su actividad en la década de los setenta gracias la familia Alba. A lo largo de estos cuarenta años, la cementera ha cambiado de manos varias veces hasta que, en 2014, la unión de la francesa Lafarge y la suiza Holcim le pusieron un nuevo rumbo.

El sector gaditano de la construcción está íntimamente ligado a esta enorme planta de áridos que se alza a cuatro kilómetros de Jerez en dirección a Los Barrios. De sus turbas y hornos ha salido la materia prima necesaria para abrir carreteras, trazar puentes, desarrollar obras portuarias y levantar edificios. Sin embargo, esta empresa acaba de dar un giro , más bien un revés, a su actividad en Cádiz con la presentación de un ERE para el 70% de su plantilla y un reajuste en su cadena de producción. La compañía justifica los recortes por razones organizativas y productivas. Sin embargo, fuentes sindicales consultadas por LAVOZ, sospechan que detrás de esta maniobra vendrá otra más, quizás el final de su existencia en Jerez. No hay que olvidar, según las mismas fuentes, que la dirección de la compañía ha decidido recortar la producción , es decir, «nos quedamos con menos de la mitad de la actividad y se trae el producto terminado de otra planta».

Menos actividad

La cementera jerezana era, hasta la fecha, una locomotora que producía el cemento y sus derivados de principio a fin, pero la dirección ha considerado que, a partir de ahora, este proceso debe sufrir una reconversión. Holcim comunicó hace una semana a su comité de empresa y al resto de sus empleados su intención de comenzar un periodo de consultas en el marco de un despido colectivo. La compañía pretende así iniciar el proceso de conversión de su fábrica de cemento en una estación de molienda desde donde se continuaría atendiendo al mercado de la región, pero sin abordar todo el proceso. La compañía considera que esta transformación es imprescindible para garantizar su futuro. La decisión se lleva por delante 59 empleados y solo contempla la presencia de 24. De hecho, la compañía presentó el pasado jueves el ERE.

Holcim destaca que la reconversión eta basada en una lógica de reorganización y ajuste industrial por causas productivas y organizativas y viene a raíz esencialmente de un exceso de capacidad industrial, junto con la caída de las exportaciones, tanto en volumen como en precio, y la reducción de las asignaciones de derechos de emisión de CO2 conforme a la nueva normativa europea.

La compañía presenta el ERE para el 70% de la plantilla y solo mantiene una fase de la actividad

LafargeHolcim, cuenta en España con cinco fábricas de cemento con una capacidad instalada superior a los siete millones de toneladas anuales, 19 plantas de hormigón, una planta de morteros, seis terminales y una planta de valorización de residuos donde trabajan más de 700 empleados. La compañía se distingue por contar con el primer Centro de Investigación y Desarrollo de Nuevos Hormigones y Morteros donde se desarrollan productos específicos que satisfacen las necesidades concretas de los clientes y con el primer laboratorio con un área exclusiva de combustibles alternativos.

El comité de la factoría de Jerez estudia ahora la documentación entregada por la empresa, donde se explican los motivos que han llevado a la compañía a abandonar la producción de clínker , es decir, las tres fases clave para la obtención del cemento. La planta jerezana se quedará exclusivamente para moler la materia prima y enviarla a otro lugar para fabricar el cemento. Tanto UGT como CCOO estiman que la reducción de la actividad a la molienda en Jerez salpica a más de 200 puestos de trabajo indirectos entre empleados de las empresas auxiliares.

El ajuste de Holcim hace temer a los sindicatos una deslocalización futura de su actividad como ya ocurrió en la Bahía de Cádiz con Delphi, en 2007, con Visteon, en 2011, y con la tabacalera Altadis, en 2014. La cementera arrancó su actividad en 1973 y fue inaugurada por el entonces príncipe Juan Carlos I. En 2017 comenzó a comercializar un nuevo cemento especialmente diseñado para obras portuarias. Antes, en 2009, ya se planteó otro ERE que afectó a 35 de los 90 empleados directos fijos que entonces tenía en nómina en la cementera.

El impacto de esta medida puede afectar a unos 200 empleos indirectos en la provincia

La planta de Jerez produce clínker, materia prima del cemento, exportando el 60% de su producción al mercado nacional. Desde hace años comenzó a utilizar combustible alternativo : una de cada tres unidades de energía utilizada es combustible y materia prima alternativa, como neumáticos fuera de uso, combustibles pastosos, espuma de azucarera, etcétera. 

Su actividad ha favorecido al desarrollo de la provincia. En 2019, aportó más de 17 millones de euros a la economía de Jerez, una cifra resultante de la contratación de servicios de la región, convenios, proyectos sociales, impuestos y salarios, entre otros. Ese año la fábrica invirtió más de un millón de euros en perfeccionar la seguridad y el control de sus operaciones y en mejoras medioambientales y de reducción de la huella de carbono.

Todas estas medidas llevaron a la planta a evitar la emisión a la atmósfera de más de 6.000 toneladas de CO2 , el equivalente al consumo eléctrico de cerca de 5.000 hogares al año. Se trata de una cifra que duplicó los registros de 2018 gracias, en gran parte, al empleo de 31.000 toneladas de combustibles alternativos en su proceso de fabricación.

La planta de Jerez genera empleo para cerca de 330 personas, entre puestos de trabajo directos e indirectos, un registro que se reduce ahora con las medidas de ajuste. En el ámbito de la salud y la seguridad, la planta promovió más de 1.500 horas de formación a empleados, en materias como calidad, fabricación, mantenimiento, medio ambiente y seguridad. Durante el mes de mayo, la fábrica de Jerez celebró las Semanas de la Salud y Seguridad, en las que se puso de manifiesto la importancia de siete comportamientos asociados con las reglas de la compañía para mejorar la salud y la seguridad en el trabajo.

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