«La situación de los negocios de hostelería es insostenible»

En solo unos días de huelga, ya cuesta hasta encontrar refrescos. Entre la falta de transporte y el racionamiento de aceite de girasol, no he podido comprar a mis proveedores patatas fritas de bolsa desde hace una quincena. Ahora se suma la escasez de propano, indispensable para la calefacción de las terrazas que han sido nuestros botes salvavidas desde el año 2020.

Todos los negocios nos hemos visto obligados a subir los precios , aún a sabiendas de que nuestro cliente también sufre del bolsillo y puede optar por dejar de venir, o consumir menos de lo que hacía. Pero es que a nosotros nos han subido. Los proveedores y el Gobierno, que aumentó los impuestos en plena pandemia. Muchos compañeros se plantean cerrar, a algunos les sale más caro.

En mi caso, llevo muchos años en el negocio y he tenido que incrementar el precio de las consumiciones, muchos tiempo después de que otros sitios lo hicieran. Me he estado negando hasta que no me ha quedado más remedio.

Si sumas los gastos de alquiler, la luz, el incremento de los impuestos, el autónomo, el combustible, la escasez. Todo te va forzando cada vez más y hace que la situación se vuelva más complicada.