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Presos de ETA, pendientes por la pandemia de sus traslados de Cádiz a 'cárceles próximas'
En Puerto III al menos dos de estos reclusos condenados por delitos de sangre tienen suspendido el acercamiento que ya se les había autorizado
. En el año 2015 en los centros penitenciarios gaditanos cumplían su condena por terrorismo 44 etarras. En la actualidad, y según datos recogidos por este periódico, quedan menos de la mitad. El traslado de estos reclusos en los últimos meses ha sido la causa principal de este descenso, debido a que sus condenas –por pertenencia a banda criminal y varios delitos de sangre– son muy largas, así que pocos de ellos la han cumplido entera. Sus destinos:Logroño, Pamplona, Zaragoza, Soria... prisiones próximas al País Vasco. La razón: según el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, cumplir con la ley. Una vez que los etarras han dejado las armas y demuestran «arrepentimiento» se rigen por el artículo 25.2 de la Constitución y el 12 del Reglamento Penitenciario que avalan el cumplimiento de la condena en cárceles cercanas al lugar de arraigo.
Sin embargo esta explicación no convence del todo a partidos políticos que denuncian que este aluvión repentino de acercamientos se trata de un ‘favor devuelto’ del Gobierno de Pedro Sánchez «que se pliega a las órdenes de Bildu».
Pero la pandemia y sus efectos también ha frenado estos desplazamientos. La incidencia de la tercera ola ha suspendido algunos de estos traslados . Según ha podido saber este periódico, dos presos de ETA que llevan años internos en Puerto III están pendientes de ser llevados a otras cárceles. La autorización está ya aprobada pero, de momento, tendrán que esperar algo más. Se trata de Aitor Agirrebarena y Zigor Orbe, quienes seguirán los pasos de Sebasten Jon Gurtubay, Jon Igor Solana Matarrán, Manex Castro Zabaleta, o Jon Bienzobas, quienes ya han sido acercados.
Aitor Agirrebarena dejará Puerto III por la cárcel asturiana de Villabona. Se le condenó como el responsable del atentado mortal contra el funcionario de prisiones Máximo Casado y de dos guardias civiles en Sallent de Gállego, Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, en el año 2000 cuando los agentes estaban realizando una ronda de vigilancia en patrulla. Fernández Perera fue la primera mujer víctima de ETA dentro de la Benemérita.
El etarra, nacido en Tolosa en 1977, fue arrestado en un control policial de la Gendarmería francesa en 2002, cuando se encontraba en compañía de Asier Arzalluz Goñi, quien le había captado para formar parte del ‘comando Ttotto’, comando que asesinó al columnista del periódico El Mundo, José Luis López de Lacalle y que estuvo activo en Álava entre junio de 1999 y febrero de 2001.
Prisiones dice de este etarra, que progresa al segundo grado y cumple las tres cuartas partes de la pena en mayo de 2028, «acepta la legalidad penitenciaria, reconoce el daño causado a las víctimas, expresa su esperanza de reparar ese dolor y renuncia a la violencia».
De otro lado, también espera traslado Zigor Orbe . Este terrorista fue condenado en 2000 a 17 años de prisión por quemar un autobús aprovechando las fiestas del barrio de San Miguel, en Basauri, para apoyar la huelga de hambre que estaban realizando los presos de ETA.
Hace seis años había 44 reclusos etarras en las cárceles de Cádiz, ahora, son una quincena
Según recuerda la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), el conductor del autobús, que estaba dentro, sufrió importantes quemaduras en las manos y en la cara. Ese mismo año el etarra huyó y fue detenido en 2004 en Francia y entregado en 2010. Zigor Orbe Sevilla cumplirá las tres cuartas partes de la condena en noviembre de 2021. Del mismo modo, Instituciones Penitenciarias ha señalado que Orbe «acepta la legalidad penitenciaria y ha remitido escritos en los que rechaza la violencia, asume el daño causado a las víctimas y aboga por su reparación».
A pesar de estas dos nuevas salidas, Cádiz continúa siendo la provincia que más presos de la banda terrorista alberga en sus prisiones. Sin embargo, si este ritmo de traslados continúa, no lo será por mucho tiempo. De hecho en Botafuegos (Algeciras) solo queda un recluso de la banda, según datos del colectivo Etxerat que, además, está pendiente de su próxima conducción. En Puerto III, serán unos siete los que queden, según este mismo recuento. Sin embargo este colectivo de familiares y allegados de los miembros de ETA, no añaden en su lista a reclusos como Iñaki Bilbao, debido a que fue expulsado de la banda por repudiar el abandono de armas.
Indignación de las víctimas
Según datos de la Asociación Víctimas del Terrorismo, el total de traslados realizados bajo el mandato del PSOE asciende ya a 172. «Desde la AVT somos testigos cada viernes, con incredulidad e indignación, de cómo los verdugos que un día intentaron destrozar los pilares de la democracia de nuestro país, son recompensados con la derogación de la política de dispersión por parte de este Gobierno. Mientras se prepara la transferencia de la competencia de prisiones al País Vasco, la realidad es que a este ritmo, en pocos meses, todo apunta a que la mayoría de los terroristas estarán en cárceles de esta región», aseguran.
Para el colectivo, «está claro que el Ministerio del Interior tiene como uno de sus objetivos principales el de acercar a los presos etarras al País Vasco. Da igual si estos terroristas colaboran o no con la justicia, da igual que para las víctimas del terrorismo este tipo de decisiones nos resulten lesivas o que atenten contra nuestra dignidad, lo que a este Gobierno le importa es contentar a sus socios de Bildu», lamentan en un comunicado.
«En la AVT acarreamos 40 años de historia. Cuatro décadas de lucha infatigable en las que hemos tenido que lidiar con muchas situaciones dolorosas, por eso, queremos recordarle señor Marlaska, que seguiremos siendo el dique de contención, le guste o no, frente a este tipo de decisiones tan lesivas para nuestro colectivo. No dude de que la AVT siempre alzará la voz por la defensa de la verdad, memoria, dignidad y justicia de todas y cada una de las víctimas del terrorismo».
Entre los etarras trasladados desde las prisiones gaditanas se encuentran Jon Igor Solana Matarrán quien, entre otros delitos, está condenado por el asesinato a tiros del médico Antonio Muñoz Cariñanos, en Sevilla hace veinte años. O también Jon Bienzobas, conducido recientemente a Dueñas (Palencia) y autor de la muerte en 1996 del presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente, al que mató también a tiros entrando en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid.
Por otro lado, otros reclusos, que no han sido acercados, han cambiado también en prisión de módulos . Ese ha sido el caso de Iñaki Bilbao quien ha salido recientemente de aislamiento donde permanecía. Ha dejado el ‘quince’, el módulo donde se contemplan las medidas más restrictivas como tres horas de patios y con cinco acompañantes como máximo, al módulo uno, donde puede compartir tiempo y espacio con mayor número de reclusos.
Todos los terroristas están catalogados como presos de especial seguimiento, FIES, y la actitud que mantienen es diversa. Los que ni miran a la cara a los funcionarios y en el recuento intentan no obedecer claramente ningún requerimient, a los que, se muestran algo más ‘cercanos’.
