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Dolores la Pinilla y su hija, que cumplen pena de cárcel, entran en la Audiencia - V. L / M. A.
TRIBUNALES

La Pinilla reconoce que traficaba con droga y acepta siete años y medio de prisión

Los más de veinte procesados del llamado 'clan de la Pinilla' admiten los hechos ante el tribunal para ver reducidas considerablemente sus penas y evitar además el juicio

M. ALMAGRO
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Mañana maratoniana en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz donde más de una veintena de acusados por traficar con droga en Sanlúcar acudía a la celebración de las cuestiones previas para un juicio que estaba fechado para abril y que finalmente no se celebrará. Los 24 procesados en esta causa (que tiene su origen en una macrorredada que se realizó en Sanlúcar en la denominada 'operación Astrea' ) han admitido los hechos a cambio de que sus penas se hayan reducido considerablemente.

El fiscal que se ha encargado de este caso ha estado reunido durante más de dos horas con los diferentes abogados acordando las conformidades de cada uno de sus clientes. Finalmente, los condenados han aceptado penas que oscilan entre los siete años y medio y los dos años por tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal, en su mayoría, salvo algún otro procesado al que se había imputado por tenencia ilícita de armas. El Ministerio Público ha retirado por tanto el agravante de organización criminal, lo que ha recortado los años de condena.

Dolores Sánchez, alias 'la Pinilla ', considerada la cabecilla del grupo, se enfrentaba a 15 años de cárcel. Tras admitir los hechos la matriarca del clan tendrá que cumplir siete años y medio en la cárcel donde ya cumple condena. Su pareja sentimental, su hija María del Mar C. S., y uno de sus yernos han aceptado la misma sentencia de conformidad, por lo que sus penas se han visto rebajadas también a la mitad. Por su parte, Rafael B. T., también yerno de Dolores Sánchez, admitió una pena algo menor, 6 años.

Una acusada, en busca y captura

Otra de las procesadas, la otra hija de la Pinilla acusada en este caso, María del Carmen C. S., no acudió a la vista por lo que se encuentra en busca y captura. Su ausencia provocó que se pusiera en duda si se podía o no llegar a un acuerdo con el resto de los implicados, pero finalmente el Ministerio Público acordó abrir un procedimiento a parte para esta acusada con el objetivo de que esta circunstancia no retrasara más el procedimiento.

El resto de los imputados, que ejercían de subordinados del 'núcleo duro', haciendo las labores de venta, contacto, consumo y aguadores (las personas que vigilan si llega la Policía), han admitido los hechos por lo que sus penas también se han visto considerablemente reducidas hasta el año y medio de cárcel por delito contra la salud pública y seis meses más por pertenencia a organización criminal. El Ministerio Fiscal solicitaba en principio para ellos penas que oscilaban entre los once y los cinco años de prisión.

En el caso de estos condenados a penas menores y sin antecedentes, las defensas negociaron además la suspensión de la condena, opción que ha sido admitida por la magistrada a cambio de que cumplan tres años de trabajos en beneficio de la comunidad en su mayoría. La presidenta de la Sección Cuarta les ha advertido a todos estos procesados que si cumplieran algún delito durante este periodo tendrían que asumir el cumplimiento de la pena.

En cuanto a las multas las más elevados son para los máximos implicados, Dolores, sus hijas, su pareja y yernos que tendrán que abonar 187.500 euros. María del Mar C. S. ha querido declararse insolvente pero no se le ha admitido porque según ha especificado la magistrada tiene una finca en propiedad.

Además, la Sala ha acordado mantener el comiso de todos los bienes incautados durante la investigación como vehículos, móviles y otros objetos intervenidos.

Llegada a la Audiencia

Pasadas las nueve y media de la mañana dos de los yernos y la pareja de la matriarca eran los primeros en llegar en un furgón policial desde la cárcel donde cumplen condena. A continuación, accedían a los calabozos de la Audiencia la matriarca del clan y su hija algo nerviosas y quejándose de la «injusticia» que sufren.

Los hechos por los que se les ha condenado se remontan a 2013. La UDYCO Bahía de Cádiz, que se estrenaba con esta operación, puso en marcha una investigación para desarticular este grupo dedicado a la venta de estupefacientes, principalmente heroína y cocaína, en la localidad de Sanlúcar. La redada en la que se detuvo a doce personas (otros cayeron posteriormente) se desarrolló en la popular barriada de San Cayetano y en otras zonas del extrarradio de la ciudad.

Dolores La Pinilla ha sido condenada en varias ocasiones por tráfico al por menor. Si bien, también cuenta en su haber con una absolución. A principios de 2012, ella y nueve miembros de su familia eran absueltos de un delito de blanqueo de capitales. La Fiscalía los acusaba de haber amasado un patrimonio con el trapicheo de estupefacientes entre 1995 y 2003, basándose en un informe de la Policía. Pero fueron declarados inocentes.

Un año después, un juez envía al clan de nuevo a prisión provisional por los supuestos delitos de tráfico de drogas, blanqueo, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal. Esta circunstancia, no impidió, a la matriarca seguir con el negocio ya que mientras que estaba entre rejas continuaba dando órdenes.