Covid

Entrevista a Francisco Moreno: «El próximo otoño tendremos una normalidad bastante aceptable»

El inmunólogo gaditano se muestra optimista frente al avance de la vacuna, pero critica la gestión de la pandemia, sobre todo durante la primera ola

Francisco Moreno Benítez, inmunólogo gaditano. La Voz

Fran M. Galbarro

Francisco Moreno Benítez, miembro de Alergosur y doctor del Centro Médico Asisa Dr Lobatón, se muestra crítico con la gestión de los políticos, especialmente durante la primera ola. Pese a todo, es optimista respecto al avance de la vacuna del coronavirus, que permitirá «no depender de la saturación de recursos sanitarios ni de la gestión política».

¿Cómo ha afectado la pandemia a las consultas de inmunología?

El perfil del paciente ha cambiado. En primer lugar, el pasar más tiempo en casa provoca que los pacientes alérgicos a ácaros domésticos estén más expuestos;la sintomatología se exacerba. En segundo lugar, los pacientes alérgicos al polen mejoran porque salimos a la calle con mascarilla; así, los pacientes con síntomas más severos tendrán molestias más livianas y los que apenas tienen pues serán asintomáticos.

También vemos, aunque aún no hay un estudio completo, que el alérgico que consume un corticoide tópico, de nariz o inhalado, cuenta con ese factor protector frente al proceso inflamatorio que origina el coronavirus. Por ello, pedimos a los pacientes que sigan un tratamiento más riguroso y estarán mejor protegidos frente al virus.

¿La llegada del buen tiempo limitará los contagios?

Parece que con el coronavirus no hay una estacionalidad. El año pasado la bajada de contagios en verano podía relacionarse con que acabábamos de salir del confinamiento. Habrá que ver cómo responde la primavera este año y replicar los estudios.

«Los alérgicos con corticoides están mejor protegidos ante los efectos del coronavirus»

¿Qué conclusiones ha sacado de estos meses?

Ha habido una sobreinformación destructiva para la sociedad, que recibe informaciones que no sabe digerir y han acabado siendo muy dañinas. Las noticias contradictorias llevan a la contradicción. Además, los microbiólogos e inmunólogos hemos sido postergados, han tomado las decisiones los políticos. Todos intentan decir que hemos unido fuerzas, pero es para enmascarar algo intolerable, y es que la Sanidad sea utilizada como herramienta política. Un filósofo no puede estar al cargo de una dirección de Sanidad.

Acabó marchándose.

Sí, y ha venido otra personas sin conocimientos de sanidad. Una administrativa. Como si no hubiese ningún experto con cargos: directores de distritos, de hospital, de área, consejeros... Tendemos a olvidar lo malo como recurso de supervivencia, afortunadamente, pero no debemos olvidar que hemos sido dirigidos por incompetentes. No podemos consentir que esto se repita. ¿Cómo es posible que no hubiera un comité de expertos real? Con dos inmunólogos, dos epidemiólogos, dos internistas, dos directores de hospitales...

–¿Y qué saca en positivo?

Los compañeros de la sanidad se han partido el pecho, le han pedido no coger días libres y no los han tomado, han doblado horas, se han reciclado para afrontar la pandemia en condiciones adversas... Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estuvieron expuestos y la ciudadanía mostró un comportamiento ejemplar durante el confinamiento. Con esa respuesta popular hemos respondido a dirigentes responsables de lo que ha ocurrido: tenemos el mayor indicie de fallecimientos de Europa, sólo por detrás de Inglaterra, que tiene otra forma de contabilizar los fallecidos.

«No debemos olvidar que hemos sido dirigidos por incompetentes ni consentir que esto se repita»

Veo que habla en pasado. ¿Estamos ante el principio del fin?

Yo soy optimista y lo seré más a partir de abril o mayo. Hasta ahora la campaña de vacunación es un engañabobos porque tener a varios miles de personas vacunadas no resuelve ningún problema inmunológico. Pero empezarán a llegar cada vez más vacunas de Pfizer, de Moderna, de Astrazeneca, la de Janssen, pronto Novavax y puede que también Sanofi Pasteur/GSK. Alcanzando un 70 % de vacunados, el ratio de contagios que puede provocar cada positivo disminuye muchísimo.

¿Será suficiente con ese porcentaje?

Para la variante de Wuhan sí. Con la cepa británica, que es más contagiosa, probablemente habría que aumentar el porcentaje de vacunación para que el coeficiente de contagio esté por debajo de uno. De todos modos, soy optimista ahora que empieza de verdad la vacunación. No dependeremos tanto de la saturación de los recursos sanitarios y de la gestión política.

¿Pueden alterar el plan las nuevas cepas?

Es improbable que la vacuna no sea nada efectiva. Sí es cierto que el grado de protección no será tan exitoso como con las cepas oriundas con las que se demostró su eficacia. Es importante de cara al futuro. Si esas variantes, como ha pasado con la británica, tienen una incidencia importante, habría que ver si esas vacunas saben adaptarse rápidamente, como hace la de la gripe. Esto puede pasar con el Covid, que se tengan que adaptar.

Parece que el fallecimiento de la profesora de Málaga no fue causado por la vacuna, pero ¿qué pasa con las dosis de Astrazeneca?

Hay dos circunstancias a tener en cuenta. Una cosa es que tengamos incidencia de trombos esperable a la de la población normal; eso querría decir que no hay mayor riesgo, sino que a esas personas pudo pasarle ese fenómeno alrededor de tiempo en el que se puso la vacuna. Por otra parte: ¿es posible que la vacuna de Astrazeneca produzca un fenómeno inflamatorio que como efecto secundario pueda generar una trombosis? En ese caso, ¿con qué frecuencia? Porque puede ser que sea por la vacuna, pero con una incidencia tan baja puede que el riesgo haya que asumirlo. La ventaja que supone vacunar a la población es mucho mayor que la que suponen sus inconvenientes. Es tan infrecuente que no justifica la suspensión.

¿Cuándo recuperaremos la normalidad?

El próximo otoño creo que tendremos una normalidad bastante aceptable. Habrá un avance suficiente en el número de dosis de la vacuna y, aunque va a haber un goteo constante de casos, que son inevitables, será asequible por nuestros recursos sanitarios y será fundamentalmente en población que ya no será mayor, con una mayor mortalidad, sino en población más joven.

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