Condenado un maltratador reincidente por agredir y violar a su pareja en El Puerto durante años

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a un hombre a dieciséis años y nueve meses de cárcel por haber maltratado, vejado y agredido sexualmente a su mujer de manera continuada en la vivienda que compartían en El Puerto. Se da la circunstancia que el acusado ya tiene otras dos sentencias firmes por los mismos delitos. Una, dictada en 2017, como autor de malos tratos físicos de nueve meses respecto a esta misma víctima, y otra, de la Audiencia de Sevilla que le impuso otros dieciséis años y medio por violación, lesiones y amenazas a otra expareja.

En el fallo que ahora lo vuelve a condenar ha sido determinante el testimonio aportado durante la vista de dos de sus hijos menores de edad y testigos directos de las agresiones y vejaciones que su padre cometía contra su madre. La mujer, que sufre graves secuelas, no quiso declarar contra el agresor y tampoco lo denunció, sino que el caso se instruyó por otros cauces legales. El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Cádiz hace unas semanas.

La sentencia declara probados los hechos que se produjeron desde 2011. Ambos mantenían una relación de 13 años y con seis hijos en común. Según se dictamina, durante toda la relación el procesado mantuvo «un comportamiento hostil y vejatorio» hacia su pareja, en el domicilio familiar, primero en La Línea y luego en El Puerto. Todo ello en presencia de sus hijos menores de edad.

«Le agredía continuamente, propinándole diariamente puñetazos, patadas y diversos golpes en el cuerpo y en la cabeza con múltiples objetos, como juguetes de los niños, gomas, cuerdas, e incluso, le clavaba tenedores y cuchillos en las piernas y en los brazos, tirándole en una ocasión un tacón de hierro en la cabeza». Y todo, cuando incluso estaba embarazada .

Además, como añade la sentencia, le profería múltiples amenazas, diciéndole que, si iba al hospital, si presentaba denuncia o se marchaba, la mataría a ella y a su familia, y le quitaría a sus hijos, o le impediría relacionarse con su propia familia, llegándole un día incluso a romper los documentos donde tenía apuntados los teléfonos de sus seres queridos. Las vejaciones eran constantes llegando incluso a obligarla a estar de rodillas, tirándole comida al suelo .

El hecho más grave se produjo una Nochebuena. La pareja se encontraba en la casa familiar juntos a la habitación cuando él comenzó a agredirle. Ella, ante los numerosos golpes que recibía, intentó escapar pero el acusado le siguió pegando llevándola de nuevo al dormitorio. Fue entonces cuando la ató y consumó la violación. Todo en presencia de los niños que dormían en el mismo cuarto. Al día siguiente, Navidad, la llegó a coger del cuello y la agarró tan fuerte que la dejó inconsciente varios minutos. El terror que ella tenía hacia este individuo provocó que ni denunciara ni fuera tan siquiera al médico.

El Ministerio Fiscal acusó al procesado por un delito de agresión sexual agravado, otro delito de maltrato habitual y dos de lesiones. Tras la celebración del juicio ha sido condenado a dieciséis años y nueve meses, además se la ha impuesto una orden de alejamiento de la víctima y la obligación de pagar una indemnización económica. Contra este fallo cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.