SUCESOS

Así ha caído Samuel Crespo, el narco que se fugó del hospital de La Línea

Conocido por haber sido liberado a la fuerza por unos encapuchados, ha sido arrestado en Jimena en una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil

M. ALMAGRO / S. FERNÁNDEZ

Cinco meses ha sido el tiempo que Samuel Crespo ha podido eludir la acción de las fuerzas policiales y la justicia. El pasado 6 de febrero, después de ser arrestado por agentes de un radiopatrulla de La Línea, fue liberado por sus compinches del hospital de la localidad. Una veintena de encapuchados entró donde permanecía custodiado para ser atendido por un médico, lo agarraron y se lo llevaron a la fuerza enfrentándose con extrema violencia a la pareja de agentes que lo vigilaban. Arremetiendo contra todo lo que se encontraron por delante. A plena luz del día y en un lugar tan público como delicado. Tras aquel episodio cayeron varios de los implicados pero faltaba el protagonista de la historia, Samuel, y este miércoles ha sido arrestado.

Crespo, considerado miembro del ya famoso clan de los hermanos Tejón, 'Los Castañas', era detenido la mañana de este miércoles en una casa rural ubicada en Jimena en un operativo que han desarrollado de manera conjunta Policía Nacional y Guardia Civil. Según ha podido saber este periódico, agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil entraban en la finca «La Bordalla» en el marco de un operativo conjunto desplegado, y caían tanto Crespo como David Amat, alias 'El Tinte' con el que se había reunido. Ambos eran trasladados a los juzgados de San Roque para tomarles declaración. En este asunto están acusados de los delitos contra la Administración de Justicia, atentado a la autoridad y desobediencia.

Contra Samuel, de 32 años, pesaban cuatro reclamaciones , una policial y tres judiciales, dos de estas últimas ejecutorias son de ingreso en prisión por condenas relacionadas con delitos contra la salud pública por lo que todo apunta que una vez que le tomen declaración irá rumbo a la cárcel. El otro detenido, también tiene en vigor una orden de detención e ingreso en prisión de un juzgado de la provincia de Cádiz.

Crespo es uno de los narcotraficantes más buscados por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad desde que un grupo de encapuchados, relacionados supuestamente con el clan de los Castañas, lo liberaran a la fuerza del hospital, a donde fue trasladado tras caer de la ‘scooter’ que conducía durante una persecución policial. Entonces portaba documentación falsa con otra identidad.

Las teorías sobre dónde podía estar escondido han sido muchas. Desde que huyó a Marruecos nada más tener el accidente y allí fue atendido de urgencia por un médico (tenía una fractura en la pierna y lesiones en el rostro), hasta que nunca se marchó y estaba encerrado en alguna casa de la zona del Campo de Gibraltar, contando con el apoyo de la banda. Esta última opción es la que cobra ahora más fuerza. De hecho, como se recordará, Antonio Tejón, uno de los dos líderes del clan, fue arrestado hace dos semanas en una vivienda en La Línea de la Concepción, también en su propia ciudad, pese a que la Policía incluso lo buscaba desde que huyó con su hermano a Marruecos tras una importante operación policial en la que cayeron varios miembros de esta organización.

El hombre de confianza

A Crespo se le considera un hombre de confianza de los Tejón. Alguien que se encargaba de controlar y dirigir a otros para que se pueda alijar sin problemas. No un cabecilla como los propios Castaña, 'el Messi', ni nadie de mucho peso pero sí de esas personas imprescindibles para que este tipo de ‘negocios’ puedan funcionar.

Por su parte, Amat, alias 'El Tinte', apodado así por su antojo de ser moreno de piel y pelo «como los gitanos», tenía una orden de ingreso en prisión por un condena pendiente también por narcotráfico. Según fuentes consultadas, Amat es un viejo conocido de todos los cuerpos policiales y ha tenido siempre su propia ‘colla’, es decir, un grupo que trabaja también por su cuenta y para otros pero con cierta autonomía. Todos ellos, incluso sus jefes, suelen ser intermediarios, no propietarios de la mercancía de hachís que manejan, sino gente que se especializa en contactar con los proveedores, planear y ejecutar la manera de introducir la droga en la península. Y por supuesto, cobrar grandes cantidades de dinero por ello.

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