Cádiz

Cádiz, líder en explotaciones y en la cabaña de vacuno de carne ecológica

La mayor demanda de estos productos propicia que los agricultores, ganaderos e industriales de la provincia se vayan desligando de las ayudas

Elena Carmona

«La producción ecológica, también llamada biológica u orgánica, es un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las mejores prácticas ambientales junto con un elevado nivel de biodiversidad y de preservación de los recursos naturales, así como la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal, con la finalidad de obtener una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por los productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales». Así lo define el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y resulta que la provincia de Cádiz es la que ocupa el primer puesto a nivel autonómico en la mayoría de los rankings.

Es la primera provincia a nivel andaluz en «explotaciones, con 804; la primera en cabaña de vacuno de carne ecológica, contabilizándose 38.000 animales; es la primera provincia en superficie de pastos ecológicos con 133.000 hectáreas; así como es la primera provincia en producción de legumbres secas ecológicas, con 2.500 hectáreas». Con estos buenos índices, la radiografía de la situación en que se encuentra la provincia en producciones ecológicas es más que positiva. De ahí que desde Asaja Cádiz, su presidente Pedro Gallardo, afirme que «en ecológico, en la provincia de Cádiz se funciona muy bien y además llevamos muchos años de adelanto pues era la manera de funcionar que teníamos cumpliendo con los requisitos ecológicos que se exigen».

Sobre el mapa de la provincia de Cádiz, las zonas están muy marcadas en cuanto a la producción. El Campo de Gibraltar destaca con el vacuno, donde Jimena, Los Barrios y Tarifa se convierten en referentes; la oveja y la cabra son para la zona de la Sierra, donde también hay presencia de vacuno; mientras que la campiña de Jerez y la dehesa de la zona de Conil también destacan por la producción de vacuno. A juicio de Pedro Gallardo, esta manera de trabajar en el sector propicia que se tengan ayudas económicas al tratarse de producciones ecológicas, a la vez que posibilita que por ser producción ecológica se venda a mejor precio.

Como distintivo para que el consumidor pueda diferenciar los productos ecológicos, todas las unidades envasadas, deben llevar impreso el logotipo de la Unión Europea y el código numérico de la entidad de control de quien depende el operador responsable del producto ecológico además de su propia marca y los términos específicos de la producción ecológica.

LA VOZ se ha puesto en contacto con la entidad líder en certificación en Europa, CAAE, cuya representante en la provincia, María López, analiza el panorama provincial. En Cádiz, «trabajamos con 1.014 productores agrícolas y ganaderos, así como con 114 industrias» que cuentan con la certificación ecológica que se reclama desde la Unión Europea. Asimismo, destaca que «esta provincia está cada vez más desligada de las ayudas, puesto que cada vez hay una mayor demanda en comercialización de productos ecológicos». Eso significa que cada vez más industriales «requieren productos ecológicos». Eso posibilita, por ejemplo, que en España haya crecido el gasto per cápita anual de 42 a 46,5 euros en este tipo de productos, haciendo que el incremento sea de un 10 por ciento.

Por otro lado, de los productos ecológicos obtenidos, María López señala que «se sigue exportando fuera, pero cada vez hay un mayor consumo local», y eso está posibilitando que haya una «apuesta continua por la industria ecológica». Por lo tanto, la mayoría de la producción actual va destinada a exportación, que a nivel general obtiene un valor de mercado en España de más de 92.000 millones de euros. En estas exportaciones hay que señalar que Estados Unidos requiere el 43 por ciento de esa producción, cuando en este país, sin embargo, las explotaciones con certificación no llegan ni a un 5 por ciento, puntualizó la experta.

Andalucía, a la cabeza

Con estos datos se puede decir que Andalucía está a la cabeza de España y España a la cabeza de Europa en productos ecológicos. El único pero que aparece en esta radiografía es la necesidad de que haya un incremento de la demanda propia para que las producciones también se queden en el lugar de origen.

Como ejemplo de los cambios que está habiendo en la industria, en Cádiz aparece registrada con la certificación ecológica una docena de bodegas y embotelladoras, que «están apostando por la producción ecológica, posibilitando así un incremento de las hectáreas de superficie de viñas que cuentan con la acreditación». Como dato curioso, López declaró que mientras en 2016 constaban 80 hectáreas certificadas, en el año en curso ya son 300 hectáreas. Eso posibilita que la uva tenga un mejor precio con respecto a lo que se paga en convencional y que «se mantengan los precios lineales, dando estabilidad al sector y sabiendo que toda la producción está vendida».

Para llevar a cabo ese certificado ecológico se rige por el reglamento europeo 8.3.4 de 2007, que indica los requisitos de producción primaria que deben seguir agricultores, ganaderos e industriales. El trabajo que realiza el CAAE incluye el control, la toma de muestras, confirmar que no existen productos químicos ni organismos modificados genéticamente y así se da la opción a incluir ese etiquetado informativo y de calidad que además informa al consumidor que el producto cumple con toda la normativa.

El CAAE cuenta con más de 28 años de experiencia, trabaja con 13.452 operadores y lleva más de un millón de hectáreas certificadas

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