Monumentos de Cádiz
Los tesoros de la Catedral de Cádiz
La cripta, la Custodia, el Ecce Homo, la torre del reloj... el monumento más visitado de la ciudad trimilenaria es el punto donde convergen todas las miradas del visitante
La Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Cádiz es el punto donde convergen todas las miradas de los visitantes, recortadas sus torres con el mar de fondo y su cúpula amarilla fundiéndose con el sol. El monumento más importante de la capital y posiblemente de la provincia, uno de los más visitados (el que más exceptuando los recintos gratuitos), recibe durante todo el año un reguero de interesados tanto foráneos como locales.
En sus entrañas, guarda tesoros inimaginables, muchos ocultos por la ignorancia . De valor histórico incalculable. Una asombrosa cripta donde se entierran gaditanos ilustres, una Custodia de las más valiosas del país, pinturas y esculturas que atraen a estudiosos de medio mundo y una ubicación única, junto al mar, que se aprecia desde el mirador más alto de la Tacita de Plata. Estos son algunos de los tesoros de la Catedral de Cádiz.
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La cripta, única en el mundo
Impresionante, por debajo del nivel del mar, de piedra ostionera y con unas dimensiones extraordinarias que resalta el conocimiento matemático de su creador Vicente Acero. De bóveda vaída, casi plana , las voces retumban merced a su sonoridad. Regenta una escultura grandiosa de mármol de la Virgen del Rosario, cerca del cuerpo incorrupto de la mártir romana Santa Victoria.
Además de los obispos, se hallan enterrados Manuel de Falla y José María Pemán en sendos mauseoleos. Interesante el Cristo Crucificado de la escuela mexicana.
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La brillante Custodia: 5 metros y medio de plata
De plata brillante se levantaba la Custodia del Corpus (1648-1664) una pieza de orfebrería que mide 5,470 metros de altura al unirse el carro, del mismo material, del siglo XVIII. La única en España con el carro de plata.
Se encuentra en la capilla del Beato Fray Diego José de Cádiz. De estilo barroco asombra por la meticulosidad de sus innumerables relieves y grabados, entre ellos el escudo de Hércules y sus leones, emblema de Cádiz y Andalucía.
Procesiona cada año en la Festividad del Corpus Christi.
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Los tesoros del museo; de la custodia del millón al varón de Dolores
La casa de las Contadurías, fuera de la Catedral Nueva y junto a la Vieja , la de Santa Cruz, recopila las numerosas piezas que se exhiben en el museo inaugurado por los Reyes en el año 2000.
Es el mejor lugar para conservar todo el patrimonio histórico, artístico y documental. Resalta la 'Custodia del Millón', de plata, oro y piedras preciosas, y la del 'Cogollo', de estilo flamígero y que suele salir en procesión en la Festividad del Corpus. Sin par la de la benefactora Ana de Viya y los relicarios con el dedo de San Agustín y una espina de la corona de Cristo.
La tiara y la cruz papal de San Pedro , los ternos, el conjunto de orfebrería y platería y el varón de Dolores (terracota policromada) son objetos exclusivos brillantes.
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El Ecce Homo de la Roldana y los patronos San Servando y San Germán
Nada más cruzar la puerta de entrada de la Catedral de Cádiz, a la izquierda, la capilla de San Sebastián regala la vista del conocido como Ecce Homo de la Roldana.
Luisa Roldán esculpió esta talla serena (firmada en la cabeza), con la policromía de su marido. Es una de las obras más veneradas de la iglesia gaditana, junto a los patronos San Servando y San Germán , de la misma autora, que incluso se 'autorretrata' en esta última imagen.
Dos capillas gemelas con imágenes de finales del XVII.
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La torre del reloj, el punto más alto de Cádiz
Imponente, se alza sobre la plaza como el punto más alto desde el que admirar Cádiz y su mar . En su época de esplendor, la idea era levantar una catedral más alta que la propia Giralda de Sevilla, pero la crisis anidó en la Tacita con la pérdida de la hegemonía del comercio. La subida, aunque costosa, es accesible, con rampas y sólo una pequeña escalera al final del trayecto.
La recompensa es magnífica. Cádiz desde las alturas en 360 grados. Las torres de la iglesia de San Antonio, los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, las torres miradores entre las que luce la huidiza Bella Escondida, el puerto marítimo y por supuesto la playa. También el techo de la Catedral y el abovedado de Santa Cruz. El mejor lugar para inmortalizar la visita.
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El coro y su doble sillería
Uno de los coros más monumentales de Andalucía. Impresiona la sillería alta (cuenta con doble sillería) procedente de la Cartuja sevillana de las Cuevas.
Labrada en madera de cedro, caoba, roble y ébano, destaca la delicadeza de su tallado. Son 41 sillas, incluida la prioral y el fascistol, y siguen sonando los dos poderosos órganos. El más antiguo se trasladó desde Santa Cruz.
La reja de la puerta central, de hierro fundido y forja, se remata con el escudo catedralicio: la cruz sobre las aguas, originario de Alfonso X el Sabio.
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La capilla mayor: mármol, jaspe y bronce
En este lugar, como es habitual en las diferentes catedrales españolas, se encuentra la mayor riqueza decorativa. La decoración pictórica consta de cinco lienzos longitudinales.
Pero la mirada se dirige al templete de mármol, jaspe y bronce situado en el centro de la capilla, de trazado neoclásico al igual que el último cuerpo de la catedral, las torres. Talla pequeña pero preciosa de la Inmaculada Concepción, del escultor Alonso Martínez (1652).
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El mecanismo de uno de los relojes más antiguos de España
El mecanismo de los relojes más antiguos se puede observar en la torre de la Catedral de Cádiz. El maestro José Miguel de Zugasti construiría este instrumento a mediados del XIX, que estuvo funcionando desde 1851 hasta 1960 aproximadamente.
La mayoría de la maquinaria está realizada con forja, incluyendo también piezas de metal, bronce y madera . Recientemente restaurado por la Universidad de Cádiz.
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La pinacoteca, orgullo del museo
El museo catedralicio alberga lienzos de extrema belleza y enorme cuantía. La Inmaculada Concepción de un seguidor de Murillo, Alonso Miguel de Tovar, impacta porque representa a la perfección los valores estilísticos de la época.
Al igual que la Inmaculada Grande, de la escuela madrileña. Óleos de la escuela hispano-flamenca del XVI, interesante la Anunciación de Pablo Legot y el Fusilamiento de Nuestra Señora del Pópulo (1596), donde se ilustra la actual plaza de San Juan de Dios.
En la propia Catedral merece atención la pintura al óleo de Andrea Ansaldi (1621) que representa a San Sebastián, en su misma capilla.
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El patio mudéjar y los restos romanos
La Casa de la Contaduría o del Canónigo Terminali, donde se hallan los tesoros catedralicios, era el lugar donde se contaba todo lo que se desembarcaba de las Indias en la época de esplendor de la ciudad. Cuenta con un precioso patio Mudéjar , levantado por el deán Rajón en 1500.
Pero es que además el edificio se asienta sobre la cávea de Cornelio Balbo el Menor (siglo I a.c.), por lo que también se pueden observar sus restos romanos. Una gran oportunidad de apreciar los diferentes estratos que componen la Cádiz trimilenaria.
