Medio Ambiente

Las reservas de agua embalsada ya están al nivel más bajo en 30 años

La media de todos los embalses de la provincia baja al 30,4%, un nivel que no se registraba desde 1991 y 1995

El embalse de Bornos, cuando aliviaba exceso de agua en septiembre de 2019. EFE

La sequía es una realidad numérica. De no mediar precipitaciones intensas y regulares, frecuentes durante muchos meses de este otoño y el próximo invierno, queda agua embalsada en la provincia de Cádiz para algo más de 18 meses . Con los actuales niveles medios de consumo urbano y agrícola, el agua que está embalsada apenas llegaría a verano de 2023. A partir de ahí, todos son incógnitas si el actual régimen de precipitaciones se mantiene.

El curso 2020-2021 ha sido uno de los cinco más secos en los últimos 30 años y las consecuencias ya se perciben. Según Hidrosur (entidad dependente de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Junta de Andalucía), la última actualización –fechada ayer viernes– de agua embalsada en la provincia arroja una media del 30,38% del total . Para encontrar cifras similares o más bajas hay que remontarse a la primera mitad de la década de los 90 (1991 y 1995), un lustro en el que incluso fue necesario limitar los horarios de abastecimiento, con grifos secos en las casas de 21 a 8 horas, durante varias etapas.

De los diez embalses de la provincia, Barbate, Bornos y Celemín muestran los datos más preocupantes, con una capacidad que ya ha descendido del 14% . En hectómetros cúbicos almacenados actualmente son 643 respecto a una capacidad total de 1.821 si los diez estuvieran completamente llenos.

Tanto los técnicos de las confederaciones hidrográficas como los de la Junta de Andalucía plantean ya campañas de concienciación y ahorro. Técnicamente, estaremos en periodo de sequía dentro de una semana puesto que es necesario acumular un determinado tiempo con datos muy bajos para poder decretarlo de forma oficial.

Esa declaración llegará el próximo 1 de noviembre puesto que hacen falta dos meses consecutivos en situación de descenso acentuado de las reservas para poder decretarla. En cualquier caso, el proceso burocrático ya está activado. Una declaración previa, obligatoria según la Ley, es la de «emergencia» hídrica, que ya se declaró el pasado 1 de octubre como antesala de la confirmación administrativa de la sequía.

Una vez reunidos estos datos oficiales y cumplidos los plazos previstos, es necesario que la declaración se haga por Real Decreto Ley, que corresponde al Gobierno central, que suele aplicarlo de forma automática puesto que maneja los mismos números que la administración autonómica.

Entre las primeras medidas que se ordenarán a partir del lunes 1 de noviembre está la reserva de 400 hectómetros cúbicos de agua para el abastecimiento humano, aunque está garantizado durante más de 18 meses, incluso si no llueve.

También aumentarán las campañas de concienciación a la ciudadanía y se intensificarán el trabajo y la coordinación con otras administraciones para ahorrar agua en distintos frentes.

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