Jaime, el mayor regalo tras una utópica vuelta al mundo en Elcano

No hay mayor recompensa que llegar a puerto y poder conocer a tu hijo. Esto es precisamente lo que vivió en la mañana del domingo el Capitán Diego Páramo , embarcado en el Juan Sebastián de Elcano desde el pasado mes de diciembre. «Yo ya sabía cuando me embarqué que me perdería el nacimiento de mi hijo», confesaba el marino, que no podía ocultar la rebosante felicidad que irradiaba su rostro. Con su hijo recién nacido en brazos, Páramo contaba lo difícil de una aventura donde no sólo ha tenido que permanecer confinado en el buque a consecuencia de la pandemia, sino que además ha tenido que esperar semanas hasta poder conocer a su hijo Jaime.

«Ha sido una experiencia muy dura pero ahora estoy muy feliz. Toda disfrutar de la familia y por supuesto de mi hijo, que nació el pasado mes de febrero», aseguraba el capitán, que no quería dejar al bebé.

Han transcurrido cuatro meses desde que nació Jaime , y desde entonces, ha tenido que vivir lo que supone un nuevo nacimiento, desde la distancia. Afortunadamente, las nuevas tecnologías le han permitido estar un poco más cerca de su familia, aunque el contacto no ha llegado hasta este 13 de junio, cuando Diego bajaba del buque con una gran ilusión esperándole en el puerto. Allí estaba también su esposa, María, y su otro hijo pequeño, que también esperaba con más ganas si cabe este reencuentro. «Ha sido difícil porque el niño también necesitaba ya a su padre», confesaba con gran emoción.

Durante esta travesía, muchos tripulantes han vivido situaciones extremas en el ámbito familiar, algunas de ellas, con alegría, por el nacimiento de una nueva vida, como el caso de Diego, y, en otros casos, muy tristes, ante una pérdida irreparable, que en la mañana de este domingo se hacían aún más notables con su ausencia en el puerto gaditano.